domingo, 23 de enero de 2011

EL EJERCICIO ILEGAL DE LA DIVINIDAD VI...

MARIAMCONTIGO.-

CUARTA FICHA

1. EL TERRORISMO VERBAL: "TODOS LO HACEN"

1) Habíamos dejado pendiente esto de "Si todas/os lo hacen…" "No vas a ser el/la único/a raro/a". Un muchacho me decía: "Hoy no hay ninguna que llegue al matrimonio virgen" ¿Es posible volver a estos valores cuando hoy el mundo nos grita otra cosa? Primero que es mentira que todos lo hacen. No es verdad que todos lo hacen… Hay que desmitificar esas afirmaciones basadas en falsas estadísticas y en alardes de lo desviado. 

2) ¡Eso es terrorismo del número! Es mentira que todos lo hacen. Eso lo dice una generación de adultos que quiere sumergir a los jóvenes en la lujuria. El psicosociólogo francés, Tony Anatrella, en su libro "El sexo olvidado", denuncia la inmadurez sexual de esta civilización sexista, que propulsa programas de despersonalización del sexo, a los que se resiste una juventud, víctima de los errores de sus padres, que cada vez anhela más la personalización de las relaciones de amistad. [Cito este autor en "El lazo se rompió..." (p. 28)]

3) En otro libro titulado "Sexo y amor en el Uruguay" (Alfa, Montevideo 1970), de orientación totalmente laicista, leemos esta denuncia: "La propaganda erótica, que está invadiendo todo, se hace con afán de vender [...] pero fíjense quién inventa la explotación del erotismo en la publicidad: ... no son hombres de las nuevas generaciones. ¿Quiénes son esos señores que piden esas campañas publicitarias que cuestan millones de dólares? ¿Qué edad tienen, qué mentalidad, qué educación sexual han tenido, si es que la han tenido? ¿Cuántos complejos e inhibiciones, cuántos traumas andarán boyando entre toda esa gente que nos quiere obligar a comprar más y más?" (O.c. p. 170-171). Esto lo ha desenmascarado también el psicólogo Erich Fromm en su libro "Psicoanálisis de la Sociedad Moderna". 

4) Son testimonios muy interesantes porque desenmascaran todas estas mentiras. ¡Es mentira que todos lo hacen! Terrorismo del número. Intimidación social. Claro que de esa manera siguen acumulando cada vez más para su molino y siguen desorientando cada vez a más jóvenes. Nosotros tenemos que reorientar a los que podemos. Primero en familia, entre ustedes las mamás y los papás; después también en la educación escolar en la medida que podamos y nos dejen los gobiernos del mundo y nuestros ministerios de educación y nuestras escuelas. 

5) Aprovechemos todos los espacios de libertad que tenemos y que nos dejan. A nosotros no nos toca ganar una guerra, tenemos que luchar batallas, escaramuzas. Hoy estamos dando ésta. Estoy seguro que muchísimos adolescentes jóvenes, mujeres que me han escuchado han dicho "Amén. Así es. Eso es verdad. Eso es lo que pasa." 

6) Está lleno de gente que sabe que esto es verdad. Lo que pasa es que no tiene el poder para publicarlo ni de comunicarse entre sí. Y los que tienen los medios y el poder, son los que quieren desorientar, son los poderosos, los que medran con la desorientación de los jóvenes y la destrucción de la familia. Así que no hay que asustarse. ¡Somos mayoría, aunque seamos una mayoría dispersa, perseguida y oprimida! 

7) Tú, joven, no eres un/a raro/a. La conciencia que te dicta otra cosa es la conciencia que has recibido de tu pueblo santo, de la nación santa a la que pertenecieron todos tus antepasados y a la que tú también perteneces (a menos que decidas abandonarla). Tú no eres un ser aislado. Eres sí un miembro de una nación dispersa y perseguida, pero que es la luz y la sal de este mundo. Actúa según tu conciencia y la doctrina santa de tu fe católica.

8) No cedas. El que cede puede ser que alcance un cierto bienestar, que no es lo mismo que felicidad, pero no va a encontrar la felicidad. Porque Jesús vino a decirnos esto: 'Es estrecho el camino que conduce a la vida y pocos van por él, y es ancho el camino que va a la perdición'. No te acomplejes por el número aparente, según algunos dicen, hay un terrorismo estadístico que quiere asustar con números y mayorías.

9) Eres hijo/a de Dios. Sé valiente. Y mirá, m'ija, tú que me estás escuchando: "Más vale soltera que mal casada. No cedas al chantaje del que te pide una prueba de amor cuando es él quien debe dártela empezando a morir a su pasión por amor a ti y por respetarte hasta el matrimonio. No cedas por temor a perderlo o a quedarte soltera. Suponiendo que te cases y no te deje antes, es una mala manera de casarse. Es una mala manera de empezar tu relación con ese hombre ceder a su lujuria.

10) Hoy en día también se da el caso de que no es él el que la induce a ella a darle la prueba de amor. Sucede hoy, que es la joven la que, siendo más madura que el chico de su misma edad, lo elige, y se apodera de él entregándosele.

2. LA PAREJA LA DA DIOS PADRE A SUS HIJOS. MÁS QUE DE ELEGIR SE TRATA DE PEDIR, RECONOCER Y RECIBIR

11) Te estoy aconsejando como si fueras hijo o hija mía" Si fueras mi hijo o mi hija ¿qué le diría? Lo que les digo a todos mis hijos e hijas. Porque tengo cientos. Nuestro Señor me dio ciento por uno… ¿Qué les digo? Esto: "¿Te vas a casar por miedo a quedarte soltero o soltera? ¡Pero es un error! Si tu Padre Celestial quiere, podrá enviarte un esposo o una esposa para vivir santamente y engendrar adoradores de Dios. Ése es, según Dios, el fin del matrimonio. 

12) El fin del matrimonio no lo determina la herida del pecado original en él o en ella. No consiste ni en tener una casa para tener una mujer, ni en tener un esposo para tener una casa. Si tú amas al Padre y quieres vivir como hijo, vas a ser feliz por este camino. Pero si no, no sé por qué camino llegarás a ser feliz. No hay ningún otro camino que le dé la felicidad verdadera a los que no lo aman. No está Dios para que lo pongas de servidor de tu proyecto de felicidad matrimonial. Eres tú y tu descendencia la que ha de servir a Dios.

13) La pareja la da Dios. Por eso se le pide a Dios. Y uno, más que elegirla, la encuentra viviendo en Dios. De lo contrario se elige la que uno se merece por sus pecados, y suele ser un castigo. Un purgatorio en la tierra. Esto vale tanto para la mujer como para el varón. La amistad es un don de Dios y la amistad matrimonial no es una excepción .Es también el Padre el que produce el encuentro. A veces mediante circunstancias inverosímiles. Vivir en Dios nos hace atentos a las oportunidades que él nos brinda. 

14) La experiencia parece enseñar que, por lo general, es al varón, a quien el Padre le señala la esposa poniendo en su corazón el amor hacia ésta en particular. Pero el Espíritu Santo habla bajito mientras que la lujuria habla a los gritos. Si vives en gracia y amando a Dios, vas a estar atento a la voz de Dios y esa voz te la señalará. De modo que el amor filial al Dios Padre, es la condición necesaria para todo en tu vida. No puedes organizar una vida feliz si no es empezando sobre ese fundamento. Jesús dice que si no se edifica sobre esta roca, cuando viene la tormenta se lleva todo.

15) He aquí cómo relata el creyente filósofo argentino Alberto Caturelli el primer encuentro con su esposa Celia y cómo considera, iluminado por su fe, ese encuentro, el reconocimiento y la mutua elección matrimonial, como una obra de la Providencia divina: "En ese instante misterioso, más interior que la misma interioridad del alma cristiana, el Señor del castillo (se refiere a la alegoría del castillo que utiliza Santa Teresa para describir el camino del alma hacia la interior unión con Dios) me hizo descubrir y re-conocer, en mayo de 1948, a quien sería, conmigo 'una sola carne', en el estado nuevo del matrimonio. Encontré a Celia, mi mujer, egresada como yo de Filosofía, en la biblioteca de la Facultad donde hacía poco había comenzado a trabajar. Después de una larga conversación que mantuvimos, me despedí, bajé por el ascensor, salí a la calle y, caminando lentamente, sentí una especie de estupor, mientras me decía a mí mismo: he conocido a mi mujer. Se trató de una suerte de intuición llena de un temor expectante e inexplicable y de una certeza: yo no la merecía y sigo sin merecerla después de cincuenta años". (La Historia Interior, Gladius, Bs.As. 2004, p. 56) 

16) Pero si es un varón que tiene el corazón lleno de lujuria y los ojos encandilados por la lujuria, no va a elegir bien. Va a elegir según su lujuria. Por eso ¡no se debe vivir en pecado, ni dejarse llevar por las propias pasiones. Si es un avariento, se va a elegir según su avaricia: se va a buscar una mujer rica. Se va a elegir según las propias pasiones; va a elegir mal. Va a estar ciego y sordo para la voluntad del Padre y aunque éste le ponga delante a la mujer de su vida, la va a dejar pasar. 

17) O si ella aspira a dominar, aunque a Dios le ponga delante el esposo que la haría feliz y la sanaría de sus heridas, lo va a dejar por otro que le llena más el ojo de sus pasiones. Todos conocemos casos en que ella dejó a su primer novio que las quería y respetaba, pero a las que ellas decían no querer, y se buscaban otro, elegido por ellas. A veces, el verdadero motivo es que lo encontraban más manipulable por ser más pasional. 

18) A los jóvenes que me estén escuchando les digo: "Pónganse a vivir en Gracia y van a hacer una buena elección matrimonial. Vivan por el camino del Señor. Háganse hijos del Padre y van a encontrar la dicha de la felicidad matrimonial a la que son llamados, de la amistad matrimonial."

3. A LO QUE LAS HIJAS DE DIOS ASPIRAN

19) Uno escucha las quejas de chicas buenas, cristianas, que quisieran vivir un matrimonio según Dios. Una señora con la que hablábamos de este tema por Radio Familia en Mendoza me decía: "Mi hija se queja de que ella se siente mirada por los varones como si fuera una pata de pollo". Se siente como que la miran así. Con un apetito que no es hacia una persona sino hacia una cosa. 

20) Esa es la mirada de los varones a la mujer en esta cultura. Así le enseñan a mirar a la mujer, con una mirada que la despersonaliza. ¿Cómo la van a hacer feliz? Puede ser que la mujer se resigne y diga: "Si no hay más remedio que vivir en un mundo así, bueno… me dejo comer como una pata de pollo". Pero no es ése el ideal de su corazón. ¿A qué aspira ella? Primero a tener amigas y después el gran amigo, el esposo, el que le escuche el alma, el que tenga el amor para escuchar un alma de mujer, su corazón que quiere decirse.

21) Julián Marías compara a la mujer con una fuente, dice que la mujer es un ser fontal, porque es un misterio que nunca acaba de decirse y que tiene necesidad de decirse. Por eso siempre habla y nunca acaba de decirse. Es una fuente que el Señor pone en el jardín de su hijo para que él se duerma escuchándola… Pero también para que la entienda, la comprenda y la explique, la interprete. (Me refiero aquí a ella como creatura de Dios prescindiendo aquí de las heridas del pecado original que pueden envenenar la fuente)

22) Por eso a la mujer le encanta que el esposo le adivine. ¡El esposo debería saber, ya debería conocerla! A esa alma femenina, que es delicada, rica, compleja, tan compleja, yo la comparo con el tablero de un avión Boeing 707, que tiene como trescientos relojitos. El tablero del varón, en cambio, es como un tablero de un Ford viejo con cinco relojitos no más… No tiene esa complejidad, pero tiene que ir enriqueciéndose en el matrimonio. Haciéndose un oyente atento del alma de la esposa, él crece en una complejidad espiritual mayor, se enriquece a sí mismo haciéndose el intérprete del corazón de la esposa. Y ella, cuando encuentra un oído de amigo atento y comprensivo donde volcar su alma, halla su felicidad. ¡Es eso lo que la esposa quiere! El varón lujurioso jamás podrá entender esto y la hará sufrir espantosamente porque rechazará la confidencia de la esposa.

23) Así los esposos encuentran la alegría en la amistad matrimonial. El vino mejor. Alegrándose el uno en el otro y con el otro.

24) Después de superar una prolongada crisis matrimonial debida a diabetes y alcoholismo del esposo, la dilapidación del patrimonio familiar en malos negocios y otras dificultades, una hija de Dios oraba y daba gracias a Dios por haber podido salvar el matrimonio en medio de tan graves y dolorosas dificultades, y haber podido recuperar al fin la admiración y la amistad del esposo. Cierta vez que oraba dando gracias a Dios, tuvo una luz muy fuerte que le hacía ver cómo: "mi fuerza en la espera la fui modelando desde mi noviazgo, en el amor puro de pareja que no fue fácil mantenerlo hasta llegar al altar" (Texto extenso entre los testimonios).

4. PARA COMENTAR

1) ¿El noviazgo es una elección, o más bien se trata de un don de Dios? ¿Crees que es Dios quien da a sus hijos esposo/a? Si es así:

2) ¿Qué hacer para reconocer al que Dios nos destina y disponernos al encuentro y al reconocimiento mutuos? ¿Cuáles son los impedimentos para encontrar al cónyuge que viene de Dios? ¿Cuáles las condiciones para reconocerse y aceptarse el uno al otro?

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