"Hoy quiero expresaros mi
gratitud maternal por haber acogido la invitación a consagraros a mi Corazón
Inmaculado.
En gran número habéis
respondido de todas las partes del mundo. Seguid respondiéndome con generosidad
y dejaos conducir por Mí al seguro refugio, que mi amor maternal ha preparado
para vosotros.
En estos tiempos,
todos necesitáis correr al refugio seguro de mi Corazón
Inmaculado, porque
graves peligros de males os amenazan.
Son ante todo males de
orden espiritual, que
pueden dañar la vida sobrenatural de vuestras
almas.
El pecado se extiende
como la peor y más perniciosa de las epidemias, y lleva a todas partes la
enfermedad y la muerte a muchísimas almas. Si vivís habitualmente en pecado
mortal, estáis espiritualmente muertos; y si llegáis al término de vuestra
existencia en ese estado, os aguarda la muerte eterna en el
infierno.
El infierno existe, es
eterno, y hoy muchos corren el peligro de caer en él, por estar contagiados por
esa enfermedad mortal.
Hay males de orden
físico, como
enfermedades, desgracias, accidentes, sequías, terremotos, males incurables que
se propagan. También en esto que sucede en el orden natural, ved una señal de
aviso para vosotros.
Debéis ver en todo una
señal de la Justicia Divina, que no puede dejar impunes los innumerables delitos
que se cometen cada día.
Hay males de orden
social, como la
división y el odio, el hambre y la pobreza, la explotación y la esclavitud, la
violencia, el terrorismo y la guerra.
Para protegeros de
todos estos males, os invito a guareceros en el seguro refugio de mi Corazón
Inmaculado.
Pero en estos tiempos,
tenéis necesidad, sobre todo de ser defendidos de las terribles
asechanzas de mi Adversario, que ha logrado instaurar su reino en el
mundo.
Es el reino que se opone
a Cristo, el reino del Anticristo. En el último período de vuestro siglo su
reino llegará a la cumbre de su fuerza, de su poder, de su gran
seducción.
Se acerca la hora en la
que el hombre inicuo, que se quiere poner en el puesto de Dios, para hacerse
adorar él mismo como Dios, se manifestará con todo su
poder.
Bajo el flagelo
sangriento de esta terrible prueba, ¿cómo podréis evitar la dispersión y el
abatimiento y permanecer fuertes en la fe y fieles sólo a Jesús y al
Evangelio?
Mi Corazón Inmaculado
será vuestra defensa fortísima, el escudo de protección, que os salvará a todos
de los ataques de mi Adversario.
Pero hoy tenéis
especial necesidad de ser consolados.
¿A quién podréis
recurrir, en los dolorosos momentos que os aguardan, cuando llegue al culmen la
gran apostasía y la humanidad llegue al vértice máximo de la negación de Dios y
de la rebelión, de la iniquidad y de la discordia, del odio y de la destrucción,
de la maldad y de la impiedad?
¡En mi Corazón
Inmaculado seréis consolados!
Por esto os repito hoy a
cada uno de vosotros lo que dije en Fátima a mi hija Sor Lucía: -Mi Corazón
Inmaculado será tu refugio y el camino seguro que te conducirá a
Dios.
En este día, en que la
Iglesia me venera de modo particular, deseo que mi Corazón Inmaculado se
muestre como el áncora de salvación para todos".
(Mensaje de la Virgen
al Padre Gobbi)
PROMESAS DE MARIA AL CONSAGRADO
(María
del Rosario de San Nicolás – Argentina)
Este Mensaje enuncia lo
que podríamos llamar la gran promesa de María:
- Esto digo a mis hijos
de todo el universo: Volcaos a Mi Corazón y desde allí viviréis con toda
docilidad al Señor.
Desde Mi Corazón lo
amaréis; desde Mi Corazón, lograréis fidelidad hacia Él; desde Mi Corazón
llegaréis a su Sagrado Corazón.
Gloria al Todopoderoso. (M. 1369)
- María promete liberar
al Consagrado del demonio y le garantiza la vida eterna:
(M, 275): A todos mis hijos que se Consagren a vuestra Madre, os digo: Mi Corazón recibe gozoso esa entrega, ese amor que ofrecéis porque son almas que se salvan de las garras del mal mereciendo la Gloria Eterna, la Gloria del Señor.
(M, 275): A todos mis hijos que se Consagren a vuestra Madre, os digo: Mi Corazón recibe gozoso esa entrega, ese amor que ofrecéis porque son almas que se salvan de las garras del mal mereciendo la Gloria Eterna, la Gloria del Señor.
- María promete la
libertad interior, el crecimiento y la renovación espiritual, su Corazón de
Madre y el amor total a Jesús:
(M. 939): La Consagración
no quita la libertad del cristiano, no lo anula, sino que lo hace crecer
interiormente, hace que el espíritu se renueve día a día, se introduzca en Mi
Corazón y se alimente completamente de Él. De esta manera se llega a amar a
Jesús en forma total, sólo por medio de Mi Corazón.
Mi Corazón da y exige,
más no exige lo imposible.
- María ofrece al
Consagrado el vínculo que lo une a Su Corazón y una particular
atención:
(M, 973): Que la
Consagración, sea el vínculo que una vuestro corazón con el
Mío.
Cada hijo necesita una
particular atención de la Madre.
- María asegura que el
Consagrado fiel jamás será abandonado por Dios:
(M.1042): Deben obrar de manera que Dios, siempre habite en ellos y no se verán por Él, jamás abandonados.
(M.1042): Deben obrar de manera que Dios, siempre habite en ellos y no se verán por Él, jamás abandonados.
- María se compromete a
conducir al Consagrado por el camino de la fidelidad al Señor.
(M. 1 223): Quieran mis hijos, ser totalmente Míos; eso hará que sean fieles al Señor, porque Yo, los conduciré a Él.
(M. 1 223): Quieran mis hijos, ser totalmente Míos; eso hará que sean fieles al Señor, porque Yo, los conduciré a Él.
-María se ofrece a sus
hijos como auxilio y protección y ofreciendo al humilde introducirlo en Su
Corazón.
(M. 1242): Como Auxilio
de los Cristianos, quiero rescatar a mis hijos, pidiéndoles la conversión y
luego la Consagración a Mi Corazón de Madre.
Yo les digo: Responderé a
vuestra Consagración con Mi Protección, es decir, os defenderé de toda
adversión.
Haceos pequeños e
interiormente humildes y entraréis en Mi Corazón.
-María promete ser para
sus hijos refugio y consuelo y los conducirá con especial ternura:
(M.1305): En la Consagración, el hijo se entrega a la Madre y Ella a su vez, será su Refugio y su Consuelo, porque es el Arca, donde los hijos depositan el corazón.
(M.1305): En la Consagración, el hijo se entrega a la Madre y Ella a su vez, será su Refugio y su Consuelo, porque es el Arca, donde los hijos depositan el corazón.
Responded a Mi llamado, responded a Mi pedido, veréis que tiernamente seréis conducidos por Mí.
El texto de Jeremías 24,7
señala: “Les daré un corazón para que me conozcan a Mí, que soy el Señor. Ellos
serán mi pueblo y Yo seré su Dios, porque volverán a Mí de todo corazón”.
Y agrega el mensaje en su parte final:
(M. 1337): “Benditos sean
mis hijos por Consagrar su corazón a María”.
“La Consagración irá
directamente al corazón de María y Ella hace promesas concretas de unión con su
Hijo a quien se dirige con amor y con la oración constante del
Rosario”.
(M. 1426): Esa
Consagración, que no requiere papeles ni fórmulas, porque esa Consagración irá
directamente a Mi Corazón: será única y exclusivamente para Mi Corazón y será
recibida por Mi Corazón.
Debéis tener amor y devoción a María; oración constante del Santo Rosario y participación diaria en la Santa Eucaristía.
En el amor a la Madre, hallaréis al Amor del Hijo; en la oración a la Madre, estaréis en unión con el Hijo y en la Santa Eucaristía, os encontraréis con el Hijo.
El mensaje nos invita a
pertenecer a la Madre Y al Hijo, y la luz de María quitará toda oscuridad en el
camino:
(M. 1534): Deben saber
mis hijos, que los llamo a la Consagración, porque siendo Consagrados a Mi
Corazón, pertenecen a la Madre y al Hijo.
Mi Luz quitará toda
oscuridad y ayudará a mis hijos, a caminar el Camino que el Señor, ha
establecido.
Para consagrarnos al
Inmaculado Corazón de María, recitemos la oración de abajo el día de nuestra
consagración a María, que conviene que sea un día de fiesta mariana, por
ejemplo, Inmaculada Concepción, Virgen Niña, Anunciación, Asunción, primer
sábado de mes y muchas otras que hay en el calendario. Y luego es
conveniente que la recemos todos los días para renovar nuestra consagración:
“¡Oh Madre! Quiero
Consagrarme a Ti.
Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida, para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en Ti mi alma encontrará reposo
y la angustia en mí no entrará,
mi derrota se convertirá en victoria,
mi fatiga en Ti fortaleza es. Amén”.
Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida, para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en Ti mi alma encontrará reposo
y la angustia en mí no entrará,
mi derrota se convertirá en victoria,
mi fatiga en Ti fortaleza es. Amén”.
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