HACE 75 AÑOS UNA CORRIENTE OCULTISTA CASI HACE CONTROL VISIBLE DEL MUNDO
Como en ningún otro momento de la historia contemporánea una
corriente ocultista, esotérica y mágica casi se hace con el control del
mundo a la vista de todos, nos referimos al nazismo y a la experiencia
del tercer Reich, liderado por Adolf Hitler. Estaban a la vista de quien
lo quisiera ver estas tendencias ocultistas que guiaban su política,
cosa que fue encubierto a las generaciones posteriores por un análisis
solamente geopolítico de sus intereses.
Fuentes: Periódico ABC, Más Allá, Cutting Edge
La creencia en la alquimia, las runas o el péndulo radioestésico era
común en los círculos de poder nazis. Pues, las creencias esotéricas y
ocultistas de Hitler eran más que palpables, y se veían reflejadas, por
ejemplo, en la importancia que le daba a asuntos místicos, tales como
por ejemplo la búsqueda del Santo Grial o la Lanza De Longinos, entre
muchos otros.
HITLER Y LA MAGIA NEGRA
El ocultista cree que las Fuerzas del Universo le han permitido a
cada individuo el Libre Albedrío para determinar por si mismo si usará
los secretos y los poderes de lo Oculto para el Bien o para el Mal.
La mayoría de los adherentes a la Nueva Era usarán el término,
“Sendero de la Mano Derecha” para referirse a la Magia Blanca y el
“Sendero de la Mano Izquierda” para referirse a la MagiaNegra.
Si una persona decide ejercer sus poderes ocultistas para el Bien, se
dice que se ha embarcado sobre el “Sendero de la Mano Derecha”, y está
practicando Magia Blanca. Sin embargo, si una persona decide ejercer sus
poderes ocultistas para el Mal, se dice que se ha embarcado sobre el
“Sendero de la Mano Izquierda” y está practicando Magia Negra.
Por supuesto, los cristianos se burlan de tal distinción, ya que
creen que todo ocultismo viene de satanás, ¡que no hay diferencia
entre la Magia Blanca y la Negra!
A principio de los 1930, los ocultistas del mundo estaban en un
estado de anticipación, porque estaban esperando que El Grandioso
surgiera en 1933. La mayoría de los líderes ocultistas, incluyendo Alice
A. Bailey, creían que Adolfo Hitler era ese Grande; sin embargo, poco
después de llegar al poder, Hitler escogió la cruz gamada como su
símbolo nacional, pero el la volteó al revés, significándole a todo el
mundo ocultista que había escogido el Sendero de la Mano
Izquierda. Repentinamente, los líderes del Sendero de la Mano
Derecha estaban horrorizados.
LA LANZA DE LOS SANTOS
Hitler anhelaba la posesión de la Lanza del Destino, supuestamente la
lanza con la cual el soldado romano traspasó el costado de Cristo.
Todos los ocultistas anhelan reliquias religiosas, porque ellas
supuestamente han tener poderes inherentemente. Los ocultistas le
atribuyen un gran poder a esta Lanza del Destino, también conocida
como la Lanza de Longino.
Supuestamente, el líder que la poseyera y entendiera los poderes que emanaba, sostenía el destino del mundo en sus manos para bien o mal.
Esta lanza ha sido guardada en la Casa de Viena, Austria, por siglos.
Uno de los primeros actos oficiales de Hitler, una vez que anexó a
Austria, fue el ir en carro a Viena en una procesión, llegó al museo, y
tomó posesión física de la Lanza del Destino. Hitler creyó que él poseía
el poder para sobreponerse a todas las posibilidades y conquistar el
mundo.
En ese punto, la 2da Guerra Mundial se volvió inevitable. Poco tiempo
después, cuando Hitler publicó la Cruz Gamada invertida como el símbolo
de su Partido Nazi, los ocultistas de Magia Blanca en el mundo se
quedaron sin aliento en alarma, mientras se daban cuenta que él iba a
usar su poder para el Mal, no para el Bien. Y, ¡se dieron cuenta que el
poseía la Lanza del Destino!
Hitler también dedicó su vida a la búsqueda del Santo Grial. El Santo
Grial es supuestamente la copa o platillo usado por Jesús en la Ultima
Cena, preservada por José de Arimatea, quien la llevó a España o
Bretaña, y fue custodiada por numerosos caballeros.
La leyenda ocultista comenzó a construir un interés único en
referencia al Santo Grial; este vino a representar un sendero Occidental
único a una conciencia trascendente. Los ocultistas generalmente creen
que, si uno verdaderamente quiere obtener este Santo Grial, debe
aprender el arte de la Magia Negra.
Pero esta ansiedad y fanatismo ocultista no era sólo de Hitler sino
de todo su entorno en el partido nazi, que se abocó a buscar las
reliquias cristianas.
LA LANZA Y LA PIEDRA
Según cuenta Janire Rámila en La Ahnenerbe, la sección esotérica de
las SS, quiso robar de la abadía de Westminster la Piedra de Scone sobre
la que se coronan los reyes de Inglaterra y que, creían los nazis, que
fue sobre la que Jacob se recostó antes de soñar con la escalera que
llevaba a Dios. Pero el Tercer Reich no consiguió hacerse con esa
«poderosa arma».
La Ahnenerbe tuvo también entre sus objetivos la Lanza del Destino,
con la que el centurión romano Cayo Casio Longinos hirió en el costado a
Cristo. Existían cuatro lanzas, pero los nazis creían que la que se
encontraba en el Museo Hofburg de Viena era la auténtica. Cuando el
Tercer Reich se anexionó Austria, la pieza pasó a manos de Adolf Hitler.
Se suponía que otorgaba la victoria por siempre a su poseedor, y la
derrota y muerte a quien la perdiera. Horas antes de que el «führer» se
suicidase en su búnker berlinés, soldados estadounidenses habían logrado
hacerse con la Lanza de Longinos o del Destino. Sobre la autenticidad
de la pieza que robó Hitler no hay duda. Los análisis efectuados en 2003
revelaron que la hoja de la lanza es de los siglos VII u VIII.
EXPEDICIONES AL TIBET Y SUDAMÉRICA
Algunas teorías de los racistas nazis sostenían que el Tíbet pudo ser
la cuna del pueblo ario. Según cuenta Heather Pringle en El plan
maestro: arqueología fantástica al servicio del régimen nazi, «los investigadores raciales afirmaban
que los ancestros de Alemania conquistaron Asia en el pasado remoto,
dando lugar a una poderosa clase dominante de cabellos rubios».
La sección arqueológica de las SS envió una expedición al Tíbet
dirigida por el biólogo Ernst Schäfer. Según Pringle, el investigador
racial Bruno Beger, encargado de la parte más esotérica de la misión,
midió los cráneos de 376 personas y sacó moldes de las cabezas y rostros
de 17. El equipo de Schäfer llevó también a Alemania numerosos
volúmenes de textos sagrados tibetanos. La Orden Negra, organización
paralela a la sección ocultista de las SS, estaba interesada en los
rituales de los lamas para contactar con los «seres superiores».
Los nazis de Ahnenerbe también se interesaron por Sudamérica. Heather Pringle cuenta en su obra que el ocultista «Edmund Kiss creía que la
antigua capital andina de Tiwanaku era creación de unos colonos
nórdicos que habían llegado a Bolivia por mar hacía más de un millón de
años [...] Convenció a Himmler de que le enviara en una expedición de
veinte hombres a Bolivia, un plan que sólo se vería frustrado por el
inicio de la guerra».
Según Rámila, un comando de la sección esotérica de las SS, al mando
de Karl-Maria Wiligut, viajó a Sudamérica a fin de hacerse con distintos
«objetos de poder», como el Martillo de Wotan o las misteriosas calaveras de cristal precolombinas.
HIMMLER Y HITLER
En el gran mitin del partido nazi en septiembre de 1936, Adolf Hitler
dirigió contra el primer presidente de la Ahnenerbe, Herman Wirth, las
siguientes palabras:
«Nosotros no tenemos nada que ver con
esos elementos que sólo entienden el nacionalismo en términos de
habladurías y sagas y que, en consecuencia, lo confunden demasiado
fácilmente con vagas frases nórdicas, y que ahora están iniciando una
investigación basándose en una mítica cultura atlante».
Himmler no pensaba igual. Sobre el «reichführer», Heather
Pringle afirma: «Himmler quería librar a la Alemania nazi del
catolicismo. Para conseguirlo cultivó de forma muy especial una gran
amistad con Karl-Maria Wiligut, un excoronel del Ejército Imperial de
Austria y antiguo paciente psiquiátrico que a sus 67 años afirmaba ser
descendiente del dios nórdico Thor y poseer conocimientos secretos de
las antiguas tribus germánicas».
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