Todos podemos conseguir grandes cosas, y tenemos en nosotros lo necesario para conseguirlas. No debemos darle importancia a la belleza exterior, y querer cambiar sólo por cómo nos vean los demás
1Pe. 3,4-6 Vuestro atavío, pero sea la persona interior del corazón con el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que a la vista
de Dios es muy precioso. Porque así es como las santas mujeres que
esperaban en Dios para adornarse, estando sujetas a sus propios maridos,
como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor. Y son sus hijos, si
hacéis el bien y no temen ninguna amenaza.
Prov. 3,15 Más preciosa es que las piedras, y ni lo más deseable se le compara.
Mt. 5,8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU COMENTARIO, PRONTO ESTAREMOS COMUNICANDONOS CONTIGO...
CON AMOR, MARIAM...