AUN SIN FE ES POSIBLE RECIBIR MISERICORDIA DE DIOS
¿Has naufragado? o ¿Estas a
punto de naufragar: Económicamente, Socialmente, Matrimonialmente?
La mayor parte de las veces cuando naufragas no te ahogas, sino que
sigues en una larga agonía. No entendemos, a veces, o no queremos
entender, que estos son los momentos que Dios usa para que le busquemos
con un corazón sencillo y honesto. A menudo, esperamos hasta naufragar para pedir ayuda. Nuestra soberbia
nos consume, y nos impide aceptar la voluntad de Dios y pedir auxilio.
¿Cuánto profunda debe ser nuestra caída para que volvamos los ojos a
Dios?
J.C.F.Z.
Desde una isla
remota, el único sobreviviente de un naufragio oraba fervientemente,
pidiendo a Dios que lo rescatara, y todos los días revisaba el horizonte
buscando ayuda, pero esta nunca llegaba.
Cansado, eventualmente
empezó a construir una pequeña cabañita para protegerse junto con sus
pocas posesiones. Un día, después de andar buscando comida, encontró la
pequeña choza en llamas, el humo subía hacia el cielo. Todo lo que le
quedaba se perdió en aquel incendio. Confundido y enojado con Dios le
decía:”¿Cómo pudiste hacerme esto?” y se quedo dormido sobre la arena.
Temprano en la mañana del día siguiente, escucho asombrado la sirena de un barco que se acercaba a la isla. Venían a rescatarlo. Cuando arribaron les preguntó , “¿Cómo sabían que estaba aquí?” Y sus rescatadores le contestaron, “vimos la señales de humo que hiciste”.
Ver como Dios ve, requiere transcender el desastre de nuestro naufragio, y apreciar todo con una nueva perspectiva. Hasta el último minuto de vida es una oportunidad y no una amenaza para volverse a Dios y recibir misericordia... Esta en ti...
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