'EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO'
Lc. 1,26-38
Hoy, el Evangelio toca un acorde compuesto por tres notas. Tres notas no
siempre bien afinadas en nuestra sociedad: la del hacer, la de la
amistad y la de la coherencia de vida. Hoy día hacemos muchas cosas,
pero, ¿tenemos un proyecto? Hoy, que navegamos en la sociedad de la
comunicación, ¿tiene cabida en nuestros corazones la soledad? Hoy, en la
era de la información, ¿nos permite ésta dar forma a nuestra
personalidad?
Un proyecto. María, una mujer «desposada con un hombre llamado José, de
la casa de David» (Lc 1,28). María tiene un proyecto. Evidentemente, de
proporciones humanas. Sin embargo, Dios irrumpe en su vida para
presentarle otro proyecto... de proporciones divinas. También hoy,
quiere entrar en nuestra vida y dar proporciones divinas a nuestro
quehacer humano.
Una presencia. «No temas, María» (Lc 1,30). ¡No construyamos de
cualquier manera! No fuera caso que la adicción al “hacer” escondiera un
vacío. El matrimonio, la vida de servicio, la profesión no han de ser
una huida hacia adelante. «Llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc
1,28). Presencia que acompaña y da sentido. Confianza en Dios, que —de
rebote— nos lleva a la confianza con los otros. Amistad con Dios que
renueva la amistad con los otros.
Formarnos. Hoy día, que recibimos tantos estímulos con frecuencia
contrapuestos, es necesario dar forma y unidad a nuestra vida. María,
dice san Luis María Grignion, «es el molde vivo de Dios». Hay dos
maneras de hacer una escultura, expone Grignion: una, más ardua, a base
de golpes de cincel. La otra, sirviéndose de un molde. Ésta segunda es
más sencilla. Pero el éxito está en que la materia sea maleable y que el
molde dibuje con perfección la imagen. María es el molde perfecto.
¿Acudimos a Ella siendo nosotros materia maleable?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
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