EJÉRCITOS ISLÁMICOS PODEROSOS, INSTALACIÓN DE CALIFATOS
La conquista de los jihadistas de una franja que abarca el
este de Siria y el Norte de Irak, y su avance hacia la capital de Irak,
Bagdad, indica que ya está funcionando un califato islámico sobre la
base de la sharía, en el corazón de la Mesopotamia. Si a esto agregamos
lo que sucede en Nigeria con Boko Haram, y en otros países africanos,
nos encontramos que en un par de años el desafío de los jihadistas se ha
tornado global. De una lucha de células terroristas se ha pasado a una
batalla librada por ejércitos islámicos bien equipados, que el propio
occidente alimentó a partir de Siria.
Fuente: Memri, Tempi
Y a estas alturas parece que
occidente sigue sin comprender, que detrás de esto hay la interpretación
de una religión y de un libro sagrado, El Corán, que les pide a sus
fieles la supremacía física sobre el mundo y combatir a los infieles.
Los jihadistas islámicos con banderas negras en Siria, que ha
avanzado desde el norte de Irak, ahora están casi a las puertas de la
capital, Bagdad y han demostrado que son realmente capaces de establecer
el califato islámico, un verdadero estado en el centro del Medio
Oriente.
Los jihadistas del ISIL parecen ser capaces de mantener el control de
la tierra que están ganando en el norte de Irak, y han demostrado que
su proyecto es muy serio.
El califato no es el resultado de la visión de un imán zafado
arengando en una mezquita, sino una estrategia que Occidente no
entiende.
Por un lado, está la creación de un verdadero Estado basado en la
regla de islamismo radical, por el otro una base logística para desafiar
a los estados islámicos vecinos (que ellos llaman traidores) y luego
hacer frente a Occidente.
Ellos no tienen miedo de la confrontación militar directa y confirman que tienen la capacidad de plantear un desafío global. Ya no sólo es lanzado por el ISIL sino por
todos los afiliados jihadistas que son capaces de moverse y luchar desde
el Sub-Sahara a la Mesopotamia. Ellos fueron capaces de conquistar
Tombuctú, a miles de kilómetros de Irak. Ahora sitian la capital de un
estado de medio oriente con un ejército regular y bien equipado.
Ahora nos enfrentamos a un peligro completamente diferente. Ya no es
más la Al Qaeda de Bin Laden. Esa fue una red dispersa de terrorismo
sobre el planeta. Bin Laden era siempre invitado de algún país,
Afganistán, Pakistán. Negociaba con los gobiernos, dependía de ellos.
El nuevo Al Qaeda – por así decirlo – ha elevado el nivel de
confrontación y de sus objetivos. Ya no estamos tratando con células
terroristas, clanes, brigadas, sino con ejércitos que se mueven desde el
Sahara hasta la Mesopotamia.
¿Cuándo sucedió este cambio? Doménico Quirico, periodista italiano
que estuvo secuestrado 125 días en Siria, dice que fue hace ya dos años, “en mi libro sobre la primavera
árabe, explico – no como historiador o analista, sino como un periodista
que ha tenido pruebas directas – que Al Qaeda estaba pronto a utilizar
las revoluciones contra los tiranos para transformar sus propias
estrategias. Desgraciadamente, Occidente ha ignorado el peligro, porque
subestima a los jihadistas“.
“No las comprende. No puede entender que no tienen intereses
económicos o políticos. Para mover la historia, de hecho, eso no es
todo: también existe la religión. Los jihadistas, con su bandera negra,
siguen las órdenes de un Dios cruel, sanguinario, luchador“.
“Debemos darnos cuenta de esto. Por
desgracia, los occidentales y los estadounidenses en primer lugar, no
quieren darse cuenta de ello. Dondequiera que han ido, a lo largo de los
años, se limitan a establecer sus mayordomos, sin pensar en las
consecuencias. Los estadounidenses están confiando en la gente
equivocada, por cálculo, por interés, ignorando el desorden que
crean. Es inevitable que alguien va a poner remedio a esta enfermedad. Y
en Irak lo estamos viendo con los jihadistas“.
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