NO SÓLO SE DA EN LA IGLESIA CATÓLICA, ENTRE LOS EVANGÉLICOS NACE LA "HIPERGRACIA"
Ellos dicen: Dios ni castiga ni la justicia es su tema, no
existe ni el infierno ni el diablo, la gente no tiene por qué esforzarse
en no pecar sino en vivir feliz, la santidad no es relevante.
Actualmente en el catolicismo hay una herejía similar, que en su
momento denunció el papa Pío X en su encíclica “Pascendi” como
‘modernismo’, y que si uno se toma el trabajo de leer sus
recomendaciones para extirpar al modernismo, se dará cuenta que la
Iglesia optó por el camino inverso.
Fuente: Gospel Prime
Según el sitio web de la revista Charisma, un nuevo movimiento ha
surgido y tiene preocupado a pastores y líderes de América, ya que se
está extendiendo rápidamente a otros países.
El nuevo movimiento ha sido llamado “Hipergracia”, enseñanzas que se
basan en la opinión de que Dios no castiga a nadie. Probablemente
influenciado por la exigencia casi omnipresente de que la gente sea
“políticamente correcta”, muchas de sus enseñanzas confrontan
directamente con la Biblia.
Para los críticos, la medida es una “evolución” de una iglesia que en
las últimas décadas han sido testigos de un descenso en la doctrina y
predicación bíblica. Poco a poco, la teología de la terapia motivacional
ha tomado lugar en el púlpito. Por otro lado, la búsqueda de la
prosperidad ha socavado algunos de los fundamentos que el cristianismo
mantuvo durante siglos.
Muchas iglesias y predicadores ahora se niegan a combatir el pecado.
Rara vez se menciona la necesidad de arrepentimiento o ni siquiera se
habla de temas como el infierno y el juicio. Muchas de estas iglesias
permiten a sus líderes vivir sin tener que preocuparse por pagar las
cuentas, incluso si están lejos de lo que cabría esperar de ellos.
El movimiento de Hipergracia, es una la versión actualizada de la
antigua herejía conocida como antinomianismo (en griego, significa anti
“contra” y nomos, “ley”). Es la creencia de que la ley moral del Antiguo
Testamento fue completamente abolida.
¿Cómo vivimos después de la venida de Cristo? Podemos vivir de la
manera que queremos, porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia.
¡El Nuevo Testamento termina con la Ley del Antiguo Testamento, así que
todo es gratuito!
Ideas como palabras proféticas, la busqueda por el Espíritu Santo, la
guerra espiritual, o la voz de Dios son deliberadamente ignoradas y, a
menudo ridiculizadas.
Los teólogos y pastores que están advirtiendo acerca de este
movimiento, aseguran que esto puede poner en peligro el futuro del
cristianismo y engañar a miles de personas.
Es evidente que los líderes que integran este movimiento no admiten
que pertenecen a él. Después de todo, esto no es un movimiento
organizado, pero su existencia e influencia ha crecido a través de la
literatura cristiana que enfatiza el éxito personal y eclesiástico.
Posiblemente no utilicen el término y dicen que llegaron a estas conclusiones por sí solos.
Con certeza la Biblia habla de la gracia, pero al parecer estas personas no leen o convenientemente han olvidado Ro. 6,1-2
“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos
en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera. Porque los
que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”.
El teólogo Joseph Mattera, creó una lista de los 8 signos más claros de que una iglesia está siguiendo la Hipergracia:
1. Los predicadores no hablan en contra del pecado: Si usted
está en una iglesia como esta, se dará cuenta de que la palabra “pecado”
por lo general sólo se menciona en el contexto del perdón de los
pecados en Cristo. A veces se reprende a la gente que se atreve a
insistir en el asunto, clasificándolos de “legalistas” y “fariseos”.
2. El pastor nunca toma una posición firme sobre la santidad: En
un intento por atraer a más gente, todo se hace para que las reuniones
sean más agradables, especialmente el sermón. Los ministros no toman una
posición pública, o enseñan a los miembros sobre cuestiones que están
en la agenda como el aborto, la homosexualidad, la legalización de las
drogas, o cualquier cosa que pueda confrontar a la audiencia. Se ignora
cualquier intento de establecer a los miembros los parámetros para una
vida de santidad.
3. El Antiguo Testamento es casi totalmente ignorado: En estas
iglesias, el Antiguo Testamento es tratado como un registro que no
tiene un valor real con nuestro estilo de vida moderno.
Convenientemente, no hay ninguna mención de los Diez Mandamientos o a
las partes bíblicas donde Dios se muestra como un juez.
4. Los líderes se les permite enseñar y predicar abiertamente viviendo en pecado: No
hay condenación hacia los pecados como la fornicación, la avaricia y la
embriaguez, y son tolerados. Ya sea para los miembros ordinarios o
personas en posiciones de liderazgo, esto no es “importante”, ya que no
reflejaría el amor al prójimo y el respeto a sus decisiones.
5. Los mensajes muchas veces se vuelven en contra de la “iglesia institucional”: Los
pastores que han abrazado la Hipergracia están constantemente en contra
de las iglesias más “conservadoras”, porque creen que su mensaje ya no
es relevante para la cultura de hoy. Además de eso, estos
“fundamentalistas” sólo colaboran para que las personas en general
tengan una mala impresión de los evangélicos.
6. Los pastores predican en contra del diezmo: La Hipergracia,
no estimula a la gente a leer la Biblia y llegar a sus propias
conclusiones, pero se preocupan por decir lo que no se puede creer.
Aunque si hablan de las ofrendas y anuncian las necesidades
financieras de la iglesia. Los pastores afirman que el diezmo es otra
ley que fue abolida en Cristo. Por lo tanto, cada miembro puede decidir
si lo desea o no involucrarse financieramente.
7. Los pastores predican sólo mensajes motivacionales: Desde
los púlpitos de las iglesias resuenan sólo mensajes positivos sobre la
salud, la riqueza, la prosperidad, el amor de Dios, el perdón de Dios y
de cómo tener éxito en la vida. No existe una preocupación o interés en
proclamar “todo el consejo de Dios”, ni estimular el trabajo
evangelístico y misionero que requiere arrepentimiento y cambio de vida.
No mencionan la existencia del diablo y demonios. Dios ama a todos y
cuida para que ningún daño les ocurra.
8. Miembros de la Iglesia no deben temer a ningún tipo amonestación por parte de su liderazgo: Los
participantes de una iglesia que siguen la Hipergracia están
convencidos de que, a causa del fuerte énfasis en la gracia, todo está
permitido. Es decir, no se espera ningún cambio real de ellos, sólo
asistir a los cultos de adoración y ser “mejores personas y más
felices”.
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