EL MUNDO QUE PROFETIZÓ ORWEL EN 1984
La inevitable comparación del mundo de hoy con el mundo del “Gran Hermano”.
Constantemente los analistas comparan nuestra situación
actual en occidente con el mundo que describió George Orwell en su obra
1984, y en esto tiempos las situaciones se asimilan cada vez más, al
punto que el relato orwelliano no permite predecir lo que vendrá. Veamos
las similitudes.
Fuente: Crisis Magazine
1984 es un cuento futurista de Orwell sobre un mundo dominado por un gobierno definido por la ansiedad, el odio y la crueldad.
El Partido, cuya cabeza se llama respetuosamente Big Brother, preside a través de la vigilancia omnipresente y el control mental. Sus ciudadanos sojuzgados se programan, y no sólo aceptan si Gran Hermano dice que 2 + 2 = 5, sino que también lo creen.
Las aventuras de Winston Smith, el protagonista de 1984, comienzan
mientras lentamente y con temor sale de las sendas establecidas,
percibiendo la hipocresía que le rodea y penetra en ella, para buscar la
verdad. Lo que encuentra es dolor.
Comentando 1984 Orwell escribió:
“Yo no creo que el tipo de sociedad que describo necesariamente llegará, pero creo que algo que se le parezca podría llegar”.
¿Qué opina Usted?
Por supuesto, los paises del occidente desarrollado no son
autocráticos, pero muchos de los elementos perturbadores de 1984 existen
realmente sus sociedades. En algunos casos, lo que ocurre es más
draconiano e invasivo que cualquier cosa que Orwell concibiera.
Uno de los pilares del partido en 1984 es la guerra sin fin en una
escala global. La guerra, sin embargo, es una fabricación aceptada y
tratada como un hecho. Porque, irreal como es, no tiene sentido. Las
potencias mundiales se convierten en enemigos y aliados indistintamente
simplemente para mantener a las masas bajo un temor constante, la
industria perpetua, y el orden perpetuo.
La guerra proporciona salida para las emociones no deseadas, tales
como el odio, el patriotismo y el descontento, manteniendo la estructura
de la sociedad intacta y productiva sin aumentar el nivel de vida.
¿Dónde está el enemigo o el final guerra contra el terror de
occidente? ¿No es Al Qaeda en algunos lados aliado de occidente y en
otros su enemigo? El enemigo sin rostro y los objetivos son ilimitadas y
produicdos, en un ambiente generalizado de paranoia con las libertades
civiles restringidas. Para muchos, la guerra no significa mucho más que
un trabajo.
La guerra perpetua en 1984 sacrifica la libertad individual por la
libertad colectiva. Al someterse en su totalidad al Partido, la gente
rinde su identidad y los impulsos que surgen, recibiendo pasivamente
todo. Los principios de no libertad y desigualdad se perpetúan
conscientemente reprimiendo la revolución y rebelión, uniendose todos en
trance bajo la atenta mirada del Gran Hermano.
Mas de una vez el presidente Obama ha hablado de que la guerra contra el terrorismo requiere restringir ciertas libertades.
La verdadera libertad es la capacidad sin obstáculos para realizar el
bien humano. La libertad en occidente se define generalmente como algo
arbitrario, que esclaviza cuando las inclinaciones humanas se apartan de
lo bueno. Esta falacia occidental define la libertad como conseguir lo
que se quiere, y por otra parte, que el gobierno está ahí para
darlo. Sumisión a través de la subvención sin sentido de las dádivas del
gobierno y un auxilio económico que no es libertad, sino esclavitud.
Cualquier trasgresión contra el Partido es un crimen capital. El
hábito común, por lo tanto, es la ignorancia invencible: la apariencia
de la ortodoxia sin saber lo que implica la ortodoxia. La visión del
mundo del Partido es impresa con éxito en personas incapaces de
entenderla.
¿Ha alguien que haya leído la Ley de Asistencia Asequible (el
Obamacare)? El plan parece ser que engulle en una servicio ciego a la
ideología de un estado gigantesco. Esta mentalidad se vuelve común
mediante un sistema de educación caído en declive. En lugar de abordar
la plaga de la ignorancia, los estados occidentales parecen más
preocupados por la protección de los perfiles de los ignorantes y de la
desigualdad de oportunidades.
Esto lo vemos en las prebendas otorgadas a las minorías solamente por
serlo o por su poder de lobby, como los homosexuales, los negros, los
musulmanes, etc.
Prácticamente todos los lugares públicos y privados en el mundo
ficticio de Orwell son vigilados a través de la “telepantalla”, que
también emite anuncios, noticias y propaganda. Son los ojos insomnes que
vigilan cada movimiento, cada palabra, cada expresión facial, y cada
reacción involuntaria de cada persona en el esfuerzo para detectar el
pensamiento criminal, expresado en la frase “Gran Hermano te está mirando.”
Los medios sociales mantienen registros de nuestro “me gusta” y
nuestras actividades. Nuestras llamadas telefónicas y las historias de
navegación son accesibles a parecer para cualquier analista de la NSA en
EE.UU, según el Sr. Snowden, y seguramente en la mayoría de los países
occidentales. Nuestros números de seguridad social y los códigos
postales son cada vez más parte de las transacciones cotidianas.
Nuestras vidas privadas son espiadas. Los Drones vuelan sobre las
cabezas. Cámaras registran invisiblemente. Se recogen miles de millones
de datos cada minuto. Nosotros también estamos siendo observados.
Y para aclararlo todo, ya se está desarrollando la tecnología de “pre
crimen” para captar a los criminales antes que realicen el crimen, como
en la película “Matrix”.
Los miembros del Partido en 1984 practican una contorsión mental que
supone dos premisas contradictorias al mismo tiempo, en beneficio de
ejercer control sobre la realidad. Esta práctica se llama “doble
pensamiento”, y no deja sensación de que la realidad ha sido
violada. Este control de la mente, o el control de la memoria, permite
al Partido dar forma a su mundo:
“Quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado.”
Los políticos utilizan a menudo las formas de doble pensamiento
cuando mienten con cuidado y conscientemente. En una oportunidad, Al
director de Inteligencia Nacional de EE.UU., James Clapper, por ejemplo,
se le preguntó en una audiencia del Senado en marzo pasado si la
información que se recopiló en la NSA era sobre millones de
estadounidenses.
“No” respondió Clapper. “No con conocimiento de causa”.
Después, poco a pocola la operación de la NSA fue saliendo a luz y
efectivamente se controla la información de internet y de llamadas de
millones de norteamericanos.
Y lo mismo se puede decir sobre las operaciones de occidente en el
mundo musulmán, o sobre su supuesta protección de los valores
religiosos, o de las políticas que lleva la ONU para la despoblación
mundial o la promoción de la homosexualidad y el aborto, etc., donde la
mejor manera de conocer la verdad es buscarla por otro lado, porque el
estado y los medios de comunicación regular y descaradamente fabrican,
falsean y manipulan la realidad para llevar adelante su agenda de turno.
Una característica destacada de progreso en 1984 es el idioma
“neolengua”, una simplificada e impotente distorsión del inglés. Orwell
establece una conexión entre el éxito del gobierno tiránico y el
deterioro del lenguaje, en la medida que la neolengua hace ciertas ideas
literalmente impensables mediante la reducción del vocabulario y la
gramática. El control del lenguaje resulta en el control del
pensamiento.
Tenemos nuestras propias variaciones de “neolengua” que limita lo que
pensamos, limitando lo que decimos. El lenguaje “políticamente
correcto” es el sepeech que asegura el pensamiento. La tecnología de la
autocorrección y funciones de autocompletado a menudo dictan nuestra
fraseología. Los correos electrónicos y tweets promueven la comunicación
afectada. Y nos olvidamos de hablar en texto. En la medida que el
lenguaje se deteriora, las ideas grandes y nobles que es capaz de
expresar está en peligro de deterioro también.
Al aborto se le llama salud reproductiva y las que abortna son pro
elección, al ‘matrimonio’ homosexual se le llama matrimonio igualitario,
no es políticamente correcto llevar un crucifijo colgado al cuello,
pero sí una pulsera con el arcoíris que simboliza al movimiento
homosexual, etc.
Aunque no somos ciudadanos del mundo de Orwell, existe una
complacencia en nuestra civilización, que es similar a la capitulación
orwelliana. Los miedos y confusiones de una cultura cambiante y sus
dispositivos desorientan y desalientan.
Las cosas tal vez no sean tan espantosas como lo fueron para Winston Smith, pero pueden no estar muy lejos.
Después de todo, ¿puede el “facecrime” (expresión incorrecta en la cara o la conducta) ser realmente muy diferente del crímene de odio?
No es mucho lo que podemos hacer. Cuando todos se vigilan, todos son sospechosos.
“Nosotros somos los muertos. Nuestra
única vida verdadera está en el futuro. Vamos a tomar parte en ella como
puñados de polvo y astillas de hueso. Pero la distancia a la que el
futuro puede estar, no se sabe. Puede ser que sea a un millar de
años. En la actualidad no es posible más que ampliar el área de la
cordura poco a poco.“
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