COMODIDAD O MIEDO
Mt. 25,14-30
Hoy contemplamos la parábola de los talentos. En Jesús apreciamos como un
momento de cambio de estilo en su mensaje: el anuncio del Reino ya no
se limita tanto a señalar su proximidad como a describir su contenido
mediante narraciones: ¡es la hora de las parábolas!
Un gran hombre decide emprender un largo viaje, y confía todo el
patrimonio a sus siervos. Pudo haberlo distribuido por partes iguales,
pero no lo hizo así. Dio a cada uno según su capacidad (cinco, dos y un
talentos). Con aquel dinero pudo cada criado capitalizar el inicio de un
buen negocio. Los dos primeros se lanzaron a la administración de sus
depósitos, pero el tercero —por miedo o por pereza— prefirió guardarlo
eludiendo toda inversión: se encerró en la comodidad de su propia
pobreza.
El señor regresó y... exigió la rendición de cuentas (cf. Mt 25,19).
Premió la valentía de los dos primeros, que duplicaron el depósito
confiado. El trato con el criado “prudente” fue muy distinto.
El mensaje de la parábola sigue teniendo una gran actualidad. La
separación progresiva entre la Iglesia y los Estados no es mala, todo lo
contrario. Sin embargo, esta mentalidad global y progresiva esconde un
efecto secundario, peligroso para los cristianos: ser la imagen viva de
aquel tercer criado a quien el amo (figura bíblica de Dios Padre)
reprochó con gran severidad. Sin malicia, por pura comodidad o miedo,
corremos el peligro de esconder y reducir nuestra fe cristiana al
entorno privado de familia y amigos íntimos. El Evangelio no puede
quedar en una lectura y estéril contemplación. Hemos de administrar con
valentía y riesgo nuestra vocación cristiana en el propio ambiente
social y profesional proclamando la figura de Cristo con las palabras y
el testimonio.
Rev. D.
Albert
SOLS i Lúcia
(Barcelona, España)
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