«REZAD CADA MAÑANA»
Un verdadero deseo en el corazón de cualquier cosa buena
es una prueba que Dios te envía por adelantado para indicarte que ya es
tuya. Así que ese deseo que tenéis, esa comezón que sentís de ser lo
que sea que queráis ser de bueno, es la prueba que Dios os envía para
indicaros que ya es vuestro. ¡Ya lo tenéis! ¡Proclamadlo!
Fuente: Tyrense Gibson
Entended esto también: los sueños, sin objetivos, se quedan en sueños, sólo en sueños, y terminan alimentando la desilusión.
Lo sueños, sin objetivos (anuales, mensuales, diarios, minuto a
minuto), se quedan en sueños y al final alimentan el desencanto. Los
objetivos, en el camino hacia su cumplimiento, no pueden ser alcanzados
sin disciplina y sin constancia. ¿Habéis comprendido? Entre los objetivos y su cumplimiento están la disciplina y la constancia.
Rezo para que todos vosotros, por la noche, pongáis vuestros zapatos
bien debajo de la cama... ¡para que así tengáis que arrodillaros cada
mañana para encontrarlos! [Aplausos.] ¡Y para que mientras estáis así, de rodillas, agradezcáis a Dios por la gracia, por la misericordia, por comprender que estamos a pocos pasos de la gloria, que tenemos de todo! ¡Si empezaseis ahora a pensar en todas las cosas por las que tenéis que dar gracias, os llevaría todo el día, fácilmente todo el día!
En nuestra obra -estamos representando A Raisin in the Sun- actúa un niño [Bryce Clyde Jenkins], y todos los días hacemos un círculo y rezamos, y él mira a lo alto y pide que salgamos ahí esa noche y toquemos a alguien. Él dice: "Dios, alguien ahí fuera nos necesita esta noche".
Todos nosotros tenemos un don único, el de salir y tocar a la gente, llegar a la gente. Comprended ese don, proteged ese don, apreciad ese don, emplead ese don... no abuséis de ese don. Es un tesoro. Lo tenéis, ya lo tenéis.
Lo diré otra vez. ¡Nunca veréis un camión de mudanzas detrás de un
coche fúnebre! He tenido la suerte de ganar cientos de millones de
dólares en mi vida. No me los puedo llevar conmigo. Ni tampoco vosotros.
Así que no se trata de cuánto tienes, sino de qué haces con lo que tienes
Todos tenemos diferentes dones.
Unos tienen dinero, otros tienen amor, otros tienen paciencia, otros la habilidad de tocar a la gente. Pero todos tenemos algo. Úsalo. Compártelo. Eso es lo que cuenta.
No qué coche conduces... No en qué avión vuelas... No qué tipo de casa
le compraste a tu madre... (¡Pero compradle una casa a vuestra madre!)
[Risas.]
Comprended que todos estamos juntos en esta hermandad. Yo sólo soy uno
de vosotros. Sólo soy otro actor aquí, sobre el escenario. Todos hemos empezado de la misma forma.
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