MILICIA SILENCIOSA INVADE LA IGLESIA DE OCCIDENTE, CRISTIANOS NOMINALES PERO IDEOLÓGICAMENTE SECULARISTAS
La corriente post cristiana
utiliza los mismos textos nominalmente, pero le da un valor contrario,
sin que cause demasiado escozor.
Fuente: Crisis Magazine
Algunos protestantes y evangélicos ya miran con asombro el desarrollo de una teología gay.
Sería un error pensar que la post cristiandad es un regreso al
paganismo, puro y simplemente. Ciertamente, en sus alrededores se
encuentran numerosas cepas del paganismo – Nueva Era, el ecofeminismo,
“nueva cosmología”, misticismo, etc, y el post-cristianismo pueden ser
fusionado con estas cepas.
Pero el habitante del post-cristianismo está marchando a un ritmo
diferente. Él puede no ser consciente de las grandes enseñanzas
distintivas del cristianismo, que se han incrustado durante siglos en
las culturas occidentales.
Pero, como un producto tardío de la cultura cristiana, aplica estas
enseñanzas en formas no previstas por las primeras generaciones de
cristianos, ni por el mismo Cristo. Así, el post-cristiano ha adoptado
una versión falsa y de moda de la cristiandad, compatible con la opinión
ilustrada de nuestras elites culturales.
AMAR A LOS ENEMIGOS
“Amad a vuestros enemigos”, dice Jesús. “Haz el bien a los que os aborrecen, y orad por los que os persiguen y calumnian” (Mt. 5,44). Pero un post-cristiano, que no puede hacer el bien, puede felicitar y elogiar a sus enemigos.
Por ejemplo, el cristianismo se presenta como el principal competidor
al Islam en número e influencia en la actualidad, y los islamistas en
el Medio Oriente y en otras partes no escatiman esfuerzos en la
erradicación de la influencia cristiana, pero los expertos cristianos y
“portavoces” de civilizaciones tradicionalmente cristianas tienen
dificultades para moderar sus inmoderadas alabanzas para el Islam.
JUZGAR
“No juzguéis, y no seréis juzgados” (Lc. 6,37). El Señor
nos exhorta a no juzgar el estado del alma de cualquier persona, ya que
no sabemos las circunstancias y las tentaciones, y las dificultades
encontradas por tal o cual persona, que no ha estado a la altura de la
moral cristiana.
Pero el post-cristiano transforma esta reticencia a juzgar a las
almas de personas a la prohibición de ser “crítico”. Así, nuestros
encuentros con la conducta pecaminosa e incluso penal por parte de
vecinos, compañeros de trabajo, o incluso de la familia, a menudo se
catalogan como elecciones “estilo de vida”, o son puestas en la
categoría de “personales y privados”. Quedan si criticar o, si es penal,
sin reportar.
AUTOCRÍTICA FEROZ
“¿Por qué ves la paja que está en el ojo de tu hermano y no ves la
viga que está en tu propio ojo? Saca primero la viga de tu propio ojo, y
entonces podrás ver para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mt. 7,3).
La respuesta post-cristiana normal a esta recomendación es enfocar la
crítica a la historia del catolicismo – el patriarcado y la jerarquía,
la subordinación de las mujeres y el antisemitismo de los individuos que
malentienden el espíritu de los Evangelios (y no nos olvidemos de la
inquisición, las cruzadas y el supuesto matrato a Galileo).
Con toda esta autocrítica entre los católicos post-cristianos, poca
energía queda, para la políticamente incorrecta crítica, por ejemplo al
protestantismo.
RESTRICCIÓN DE LA RELIGIÓN EN LO PÚBLICO
“Dad, pues, a César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (Mc. 12,17).
La distinción de lealtad a Dios y al Estado que predica Jesús se
convierte, a los ojos de los post-cristianos. Como resultado, para los
post-cristianos, Dios y la fe se convierten en algo totalmente privado,
que no permite que la creencia religiosa levante su fea cabeza en la
plaza pública, mientras que el poder del Estado crece más allá de los
límites previstos por los fundadores de la nación.
EL PERDÓN
En Mt. 18,22, Pedro le pregunta a Jesús cuántas veces debía perdonar a su hermano y Jesús dice:
“Yo no digo, hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.
La advertencia de Jesús acerca de la voluntad de perdonar pecados
contra sí mismo se extiende en post-cristianismo al perdón de los
delitos contra los demás.
Por lo tanto hemos oído hablar de algunos obispos sensibles perdonar y
simplemente reasignar a sacerdotes abusivos, sobre madres perdonando el
abuso de su hijo por el padre del niño o el novio de la madre, o
feministas que perdonan las impropiedades sexuales de los políticos
pro-aborto.
Y, en el escenario mundial, la decisión generosa de la comunidad
internacional de mirar hacia otro lado, y evitar interferencias con los
genocidios que tienen lugar en Sudán, Ruanda y otros países.
AMAR O SER AGRADABLE ¿?
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”, Jesús ordena a sus seguidores (Mt. 22,39).
Para el post-cristiano, esto se reduce a ser “agradable”, a la
aceptación del otro, y al apoyo de la diversidad, incluso si se trata de
extrema diversidad moral (el mal).
Así, incluso los que merecen ser criticados duramente y en público o
reprendidos (algunos políticos contemporáneos pueden venir a la mente)
son recibidos con gusto en una atmósfera húmeda de inclusión.
LO SOBRENATURAL
Jesús en su vida pública, y sus discípulos, realizaron numerosas
señales, Dios respaldó al Mesías y su mensaje con la evidencia de la
aprobación divina. Sin embargo, Jesús también desacredita a aquellos que
anhelan milagros y advertencia sensacionales,
“Generación mala y adúltera que demanda señales: no le será dada mas señal, sino la señal de Jonás” (Mt. 16,4).
El post-cristiano toma esta advertencia y la lleva a un nuevo nivel:
lejos las supersticiones religiosas. Nuestra dedicación a la ciencia se
opone a cualquier interferencia con las leyes de la
naturaleza. Cualquier ajuste aparente o suspensión de las leyes de la
naturaleza por una divinidad, como una respuesta a la oración, es una
explicación desviada y la creencia en este tipo de cosas constituyen
signos de irracionalidad.
El prejuicio contra lo sobrenatural contuvo al Premio Nobel Alexis
Carrel, que había sido testigo en Lourdes de la curación milagrosa de
una mujer con peritonitis tuberculosa en 1902, y la curación milagrosa
de un niño ciego de nacimiento, en 1910, de su eventual conversión al
catolicismo 30 años después.
La generación post-cristiana, después de la hegemonía absoluta de la
ciencia y la fe en el Hijo de Dios, que resucitó de los muertos, tiene
un reto casi insuperable por este “cientificismo”.
PERFIL DE UN POST CRISTIANO
Así, el perfil de un post-cristiano podría ser algo como esto:
- un secularista occidental que no es capaz de encontrar nada malo sino cosas buenas en los enemigos del cristianismo,
- capaz de comprender y tolerar atrocidades sufridas por otras personas en otros países,
- con mucho cuidado para asegurarse de que la religión nunca muestre su rostro en la plaza pública,
- que nunca juzga a nadie (excepto a los cristianos) por las guerras y persecuciones y toda la injusticia a través de los siglos,
- y para quien los sobrenatural es irracionalidad y magia.
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