martes, 26 de agosto de 2014

LOS POST CRISTIANOS

MILICIA SILENCIOSA INVADE LA IGLESIA DE OCCIDENTE, CRISTIANOS NOMINALES PERO IDEOLÓGICAMENTE SECULARISTAS
La corriente post cristiana utiliza los mismos textos nominalmente, pero le da un valor contrario, sin que cause demasiado escozor.
Fuente: Crisis Magazine

Algunos protestantes y evangélicos ya miran con asombro el desarrollo de una teología gay.

Sería un error pensar que la post cristiandad es un regreso al paganismo, puro y simplemente. Ciertamente, en sus alrededores se encuentran numerosas cepas del paganismo – Nueva Era, el ecofeminismo, “nueva cosmología”, misticismo, etc, y el post-cristianismo pueden ser fusionado con estas cepas.

Pero el habitante del post-cristianismo está marchando a un ritmo diferente. Él puede no ser consciente de las grandes enseñanzas distintivas del cristianismo, que se han incrustado durante siglos en las culturas occidentales.

Pero, como un producto tardío de la cultura cristiana, aplica estas enseñanzas en formas no previstas por las primeras generaciones de cristianos, ni por el mismo Cristo. Así, el post-cristiano ha adoptado una versión falsa y de moda de la cristiandad, compatible con la opinión ilustrada de nuestras elites culturales.

AMAR A LOS ENEMIGOS

“Amad a vuestros enemigos”, dice Jesús. “Haz el bien a los que os aborrecen, y orad por los que os persiguen y calumnian” (Mt. 5,44). Pero un post-cristiano, que no puede hacer el bien, puede felicitar y elogiar a sus enemigos.

Por ejemplo, el cristianismo se presenta como el principal competidor al Islam en número e influencia en la actualidad, y los islamistas en el Medio Oriente y en otras partes no escatiman esfuerzos en la erradicación de la influencia cristiana, pero los expertos cristianos y “portavoces” de civilizaciones tradicionalmente cristianas tienen dificultades para moderar sus inmoderadas alabanzas para el Islam.

JUZGAR

“No juzguéis, y no seréis juzgados” (Lc. 6,37). El Señor nos exhorta a no juzgar el estado del alma de cualquier persona, ya que no sabemos las circunstancias y las tentaciones, y las dificultades encontradas por tal o cual persona, que no ha estado a la altura de la moral cristiana.

Pero el post-cristiano transforma esta reticencia a juzgar a las almas de personas a la prohibición de ser “crítico”. Así, nuestros encuentros con la conducta pecaminosa e incluso penal por parte de vecinos, compañeros de trabajo, o incluso de la familia, a menudo se catalogan como elecciones “estilo de vida”, o son puestas en la categoría de “personales y privados”. Quedan si criticar o, si es penal, sin reportar.

 AUTOCRÍTICA FEROZ

“¿Por qué ves la paja que está en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en tu propio ojo? Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mt. 7,3).

La respuesta post-cristiana normal a esta recomendación es enfocar la crítica a la historia del catolicismo – el patriarcado y la jerarquía, la subordinación de las mujeres y el antisemitismo de los individuos que malentienden el espíritu de los Evangelios (y no nos olvidemos de la inquisición, las cruzadas y el supuesto matrato a Galileo).

Con toda esta autocrítica entre los católicos post-cristianos, poca energía queda, para la políticamente incorrecta crítica, por ejemplo al protestantismo.

RESTRICCIÓN DE LA RELIGIÓN EN LO PÚBLICO

“Dad, pues, a César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (Mc. 12,17).

La distinción de lealtad a Dios y al Estado que predica Jesús se convierte, a los ojos de los post-cristianos. Como resultado, para los post-cristianos, Dios y la fe se convierten en algo totalmente privado, que no permite que la creencia religiosa levante su fea cabeza en la plaza pública, mientras que el poder del Estado crece más allá de los límites previstos por los fundadores de la nación.

EL PERDÓN

En Mt. 18,22, Pedro le pregunta a Jesús cuántas veces debía perdonar a su hermano y Jesús dice:
“Yo no digo, hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.

La advertencia de Jesús acerca de la voluntad de perdonar pecados contra sí mismo se extiende en post-cristianismo al perdón de los delitos contra los demás.

Por lo tanto hemos oído hablar de algunos obispos sensibles perdonar y simplemente reasignar a sacerdotes abusivos, sobre madres perdonando el abuso de su hijo por el padre del niño o el novio de la madre, o feministas que perdonan las impropiedades sexuales de los políticos pro-aborto.

Y, en el escenario mundial, la decisión generosa de la comunidad internacional de mirar hacia otro lado, y evitar interferencias con los genocidios que tienen lugar en Sudán, Ruanda y otros países.

 AMAR O SER AGRADABLE ¿?

“Ama a tu prójimo como a ti mismo”, Jesús ordena a sus seguidores (Mt. 22,39).

Para el post-cristiano, esto se reduce a ser “agradable”, a la aceptación del otro, y al apoyo de la diversidad, incluso si se trata de extrema diversidad moral (el mal).

Así, incluso los que merecen ser criticados duramente y en público o reprendidos (algunos políticos contemporáneos pueden venir a la mente) son recibidos con gusto en una atmósfera húmeda de inclusión.

LO SOBRENATURAL

Jesús en su vida pública, y sus discípulos, realizaron numerosas señales, Dios respaldó al Mesías y su mensaje con la evidencia de la aprobación divina. Sin embargo, Jesús también desacredita a aquellos que anhelan milagros y advertencia sensacionales,

“Generación mala y adúltera que demanda señales: no le será dada mas señal, sino la señal de Jonás” (Mt. 16,4).

El post-cristiano toma esta advertencia y la lleva a un nuevo nivel: lejos las supersticiones religiosas. Nuestra dedicación a la ciencia se opone a cualquier interferencia con las leyes de la naturaleza. Cualquier ajuste aparente o suspensión de las leyes de la naturaleza por una divinidad, como una respuesta a la oración, es una explicación desviada y la creencia en este tipo de cosas constituyen signos de irracionalidad.

El prejuicio contra lo sobrenatural contuvo al Premio Nobel Alexis Carrel, que había sido testigo en Lourdes de la curación milagrosa de una mujer con peritonitis tuberculosa en 1902, y la curación milagrosa de un niño ciego de nacimiento, en 1910, de su eventual conversión al catolicismo 30 años después.

La generación post-cristiana, después de la hegemonía absoluta de la ciencia y la fe en el Hijo de Dios, que resucitó de los muertos, tiene un reto casi insuperable por este “cientificismo”.

PERFIL DE UN POST CRISTIANO

Así, el perfil de un post-cristiano podría ser algo como esto:

  • un secularista occidental que no es capaz de encontrar nada malo sino cosas buenas en los enemigos del cristianismo,
  • capaz de comprender y tolerar atrocidades sufridas por otras personas en otros países,
  • con mucho cuidado para asegurarse de que la religión nunca muestre su rostro en la plaza pública,
  • que nunca juzga a nadie (excepto a los cristianos) por las guerras y persecuciones y toda la injusticia a través de los siglos,
  • y para quien los sobrenatural es irracionalidad y magia.

 

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