La apostasía y la interpretación ortodoxa del mensaje
bíblico están mezcladas en el cristianismo hoy, entre los laicos y en
los púlpitos, pero lamentablemente tenemos pocos conocimientos para
poder separar una cosa de la otra, porque ambos usan un lenguaje
adorador de Jesús. Pero algunas cosas quedarán más claras si entramos a
exponer lo que es el ateísmo cristiano (o cristianismo ateo) y su primo
cercano, la teología moderna liberal.
A primera vista, el término
“ateísmo cristiano” parece una tontería. ¿Cómo es que simultáneamente
puede existir tal creencia cristiana y atea al mismo tiempo? Pero no, es
una corriente establecida. El ateísmo cristiano es una ideología que
rechaza a Dios, pero sigue las enseñanzas de Jesús. Su idea es que las
historias de Jesús están relacionadas con la vida moderna, pero no deben
ser tomadas literalmente, mientras que Dios es solamente un símbolo.
Fuente: Ascending Mount Carmel
El ateísmo cristiano es un fenómeno relativamente reciente, visto
sobre todo en el trabajo de teólogos como Paul van Buren y Thomas J.J.
Altizer.
Pero es la lógica del callejón sin salida de un poco más de un siglo
de modernismo y de teología liberal que ha despojado al mensaje del
cristianismo de cualquier significado fuera de sentimientos personales.
Esencialmente, dice que el Dios del cristianismo nunca fue, o en
realidad está “muerto”; la edad moderna es incompatible con la
tradicional creencia cristiana ortodoxa; y que Jesucristo era poco más
que un maestro moral ejemplar.
Hay unos conceptos básicos comunes a quienes le siguen, Thomas
Ogletree, profesor de Teología Constructiva del Chicago Theological
Seminary, lista cuatro:
- Inexistencia de la idea de Dios en nuestro tiempo. Esto incluye el entendimiento de Dios parte de la teología cristian atradicional.
- Formar parte de la cultura contemporánea es una característica necesaria de cualquier trabajo teológico responsable.
- Existe, en varios grados y formas, una alienación de la iglesia con la sociedad tal como está ahora constituida.
- El reconocimiento de la centralidad de la persona de Jesús en la reflexión teológica.
Este tipo de pensamiento puede encontrarse, al menos en forma de
semilla, en la Biblia de Jefferson por ejemplo (en la cual Thomas
Jefferson mutiló los evangelios al omitir y cortar todos los eventos
sobrenaturales, milagros, etc..).
La idea de Jesús como simplemente un maestro moral puede ser
encontrada también, por ejemplo, en los escritos espirituales de Leon
Tolstoy, y algunas de las semillas del ateísmo cristiano pueden
encontrarse latente en las escrituras difíciles de Paul Tillich, un
prominente teólogo protestante del siglo XX.
Como el ateísmo, el ateísmo cristiano afirma que Dios no existe, pero
más que eso, afirma que Dios está en realidad muerto y es totalmente
irrelevante en la era moderna en la que vivimos ahora.
Según a Paul van Buren, un teólogo de la “Muerte de Dios”, la
palabra Dios en sí misma es “engañosa o sin sentido”. El autor sostiene
que es imposible pensar en Dios. Van Buren, dice que:
“No podemos identificar nada a favor o en contra que pueda verificar las afirmaciones concernientes a Dios”.
La mayoría de los cristianos ateístas creen que Dios nunca existió, pero hay algunos que creen que Dios ha muerto literalmente.
Thomas J. J. Altizer es un reconocido cristiano ateísta debido a su
enfoque literal sobre la muerte de Dios. A menudo habla de la muerte de
Dios como un evento de redención. En su libro “El Evangelio del Ateísmo Cristiano” habla de que:
“actualmente todo hombre que esté
abierto a la experiencia sabe que Dios está ausente, pero sólo el
Cristiano sabe que Dios está muerto, que la muerte de Dios es un final y
un evento irrevocable y que la muerte de Dios ha actualizado en nuestra
historia una humanidad nueva y liberada”.
Lo que es alarmante es que los paralelos entre el ateísmo cristiano y
la teología liberal modernista son increíblemente similares – Jesús es
“el Cristo” sólo en el sentido de ser ejemplar, un gran maestro moral,
pero aún al final, simplemente un hombre que alcanzó las alturas de lo
que estamos llamados a vivir en nuestras vidas. Él es un maestro y poco
más.
Ahora compare esto a cómo a menudo escuchamos hablar acerca de Jesús
hoy, dentro y fuera de la iglesia – a menudo, su divinidad es restada al
punto en donde uno olvida que Jesús es Dios.
El ateísmo cristiano simplemente toma las corrientes de pensamiento
de la teología liberal y las arrastra a sus conclusiones lógicas: si
Cristo era sólo un hombre ejemplar que fue mitificado por los primeros
cristianos como un “gran, ser celestial pre-existente quien se convirtió
en hombre” (Rudolf Bultmann), si él alguna vez existió, entonces el
mensaje de la Cruz es nulo como lo hemos entendido en el sentido
ortodoxo. Dios entonces se dice que no existe, o incluso más,
extrañamente, que en realidad ha muerto.
Por lo tanto, el mensaje del cristianismo, de Cristo, debe ser mirado
en una forma radicalmente nueva. Aquí es donde los cristianos ateos, al
parecer toman las palabras famosas de Nietzsche sobre la muerte de Dios
literalmente.
Para su crédito, sin embargo, el ateísmo cristiano es una posición
mucho más honesta que si uno simplemente acepta algunos de los
pensamientos seudo-cristianos, que son un poco más que vacío e
indescriptible panteísmo vinculado con sentimientos.
Tan paradójico como el término “ateísmo cristiano” puede ser, al
menos tiene la honestidad de tomar una posición firme fuera de los
límites de la ortodoxia cristiana, más que gran parte de la teología
modernista que aparentemente no puede decidir donde está parada en
absoluto y aún así se disfraza de ser ortodoxa detrás de una pared de
oscuridades académicas.
Uno sólo necesita ser testigo de las palabras de estos teólogos modernistas como Edward Schillebeeckx, quien declara que “en
el hombre Jesús la revelación de lo divino y la revelación de la
verdad, buena y feliz para los hombres y mujeres… coinciden
completamente en una misma persona”. Si uno sólo se alimenta con las
fuerzas centrales impulsoras detrás de pensamiento modernista,
sinceramente no se ve cómo alguien podría llegar a una posición mucho
mejor.
Por esta razón la enseñanza y la creencia de la ortodoxia cristiana
es tan importante. Los padres estaban preocupados no en “encontrar” al
“Jesús histórico” – los apóstoles lo conocían, los primeros padres lo
conocían por los apóstoles, y así sucesivamente a partir de ahí – por
eso la importancia de la tradición, algo a menudo totalmente ignorado
por el cristianismo moderno, como si nunca hubiese existido.
Si somos indiferentes de la viva tradición de la iglesia, si el único
criterio utilizado para investigar la fe del cristianismo es el
deliberado escepticismo, críticismo y un deseo constante de hacer a una
fe antigua y fuera de tiempo supuestamente “pertinente” a nuestra edad
particular, si todo lo que la teología liberal popular –
inexplicablemente bien conocida de hoy – puede decirnos es que Jesús era
simplemente un hombre exaltado, que era muy agradable y nos enseñó a
ser agradables a los demás, entonces no es de extrañar tal cosa como el
ateísmo cristiano exista.
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