LA GRAN TRIBULACIÓN
Los evangélicos creen que las señales en la naturaleza son
el fuerte indicador de la llegada de la Gran Tribulación, especialmente
miran lo que llaman “Lunas de Sangre”. Mientras que los católicos son
menos afectos a las profecías, pero un grupo presta especial atención a
la secuencia de profecías, cuyo cordón umbilical pasa por las
apariciones de La Salette, Fátima, la Señora de Todos los Pueblos, Garabandal y Medjugorje.
Si bien es claro que sólo Dios
sabe el día y la hora, no es menos cierto que el arremolinamiento de
señales es un poderoso acicate para profundizar la amistad con Dios y
para pedir lo mismo a nuestros familiares, amigos y conocidos.
Fuente: WND
Los católicos conocemos poco sobre las líneas proféticas de los evangélicos, por eso traemos aquí una visión de ellas.
Mark Biltz es uno de los que ha trabajado más en el tema. Teólogo,
pastor evangélico y estudioso de las profecías, cree que hay señales
claras en los cielos y en la Tierra que indican que la “gran tribulación” se iniciará en 2015. Para él, la aparición de la “primera luna de sangre” en la pasada Pascua de este año, marcó el inicio del proceso.
¿La luna de sangre del 15 de abril de 2014 fue un signo apocalíptico?
Señales en la luna y el sol, para los judíos y los gentiles
¿Qué signos están prediciendo las profecías en estos últimos 50 años?
Desde 2008 él ha estado haciendo lo que él llama “alerta para la iglesia” a través de las cuatro lunas de sangre en fechas proféticas entre 2014 y 2015.
Biltz es de origen judío ha pasado años estudiando las profecías
sobre el Sol y la Luna desde el Génesis, donde la Biblia establece que
las luces en el cielo servirían de “señales para las estaciones del año”.
“El término hebreo implica que no es sólo una señal, sino una señal de su venida”, explica. Biltz, añade que la palabra traducida como “estaciones” tiene el sentido de “tiempo determinado”,
lo que implica la celebración de las fiestas establecidas por Dios en
el Antiguo Testamento y que siguen el calendario lunar adoptado por los
judíos.
“Los eventos ahora están fuera de control”, dijo él en un artículo para el sitio WND. Una lista de estos “eventos”
incluye ataques contra los cristianos por parte de musulmanes radicales
como Estado Islámico y Boko Haram. También menciona el brote de Ébola
en África, que afecta a por lo menos cinco países y amenaza con
convertirse en una epidemia continental.
Aunque con menos espacio en los medios de comunicación, los ataques
terroristas en Jerusalén han crecido de manera exponencial en los
últimos meses, de acuerdo con el Shabak (Servicio de Seguridad de
Israel).
Con un estudio sobre los terremotos, se demostró el aumento de
temblores que han llegado a más de 6 puntos en la escala de Richter. Han
ocurrido 116 terremotos este año, 70 de ellos desde la primera luna de
sangre. Es decir, en el 2014 han ocurrido más un promedio de más cuatro
veces si se compara con los grandes terremotos en la última década.
Biltz, no tiene ninguna duda de que son “los dolores de parto de la Venida del Mesías”. Para el estudioso, estamos viviendo el reloj profético y los días del calendario profético. Además de las llamadas “Lunas de Sangre”, él cree que durante Rosh Hashaná (año nuevo judaico en 25/9) iniciará en Israel un nuevo “shemitá” -Sabático-.
El Shemitá es el séptimo año del ciclo de siete años cuando la tierra
de Israel tenía que descansar, siendo un año de reposición económica
para el sistema financiero judío.
Desde el Génesis, Dios trabaja en ciclos relacionados con los siete
días de la creación. Hay una semana de siete días, con el sábado para
descansar. El ciclo de siete años es conocido como Shemitá y el ciclo de
siete shemitás, totalizando 49 años, que termina en el año del Jubileo.
Aunque discutido por muchos, los estudios de Biltz comprueban que no
es una coincidencia que el Rosh Hashaná en el año 2001 y 2008,
ocurrieran caídas drásticas en el mercado de valores estadounidense.
Esto generó la crisis financiera en todo el mundo.
Mark Biltz recuerda que la mayoría de los teólogos están de acuerdo en que la “gran tribulación” tendrá una duración de siete años. Él cree que hay un ciclo profético de shemitá que perdura desde hace siglos.
Así que la tribulación será uno de esos ciclos de siete años. Según sus cuentas, el Rosh Hashaná del 25/9 tiene “enormes implicaciones proféticas”,
porque cierra uno de estos ciclos. Aunque admite que es imposible
afirmar que la tribulación profetizada en la Biblia comenzará en 2015,
comprende que el reloj ordenado por Dios se puede ver desde las señales
en la tierra y en el cielo.
Por lo tanto, el fenómeno llamado “superluna de sangre” aparecerá por
primera vez en la historia de Jerusalén, en el séptimo mes del
calendario bíblico, e incluso al final del séptimo año de un ciclo, así
que no puede ser sólo una “coincidencia”. En el libro que escribió sobre
el tema, se hace una lista de estas señales.
La principal fecha profética, el día que cumple 70 años de
Independencia en Israel (14 de mayo 2018), se marca el renacimiento de
la nación. Jesús, dijo que no pasaría de una generación (70 años) para
que ocurriera el cumplimiento de las profecías de su regreso (Lucas 21:
30-32).
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