Una vez, cuando
caminaba por la calle me vino al encuentro un hombre que quiso inducirme a la
herejía. Él poseía la Escritura (Miqra), pero no la Tradición (Mishnah).
Me
dijo: - La Escritura se nos ha dado sobre el monte Sinaí; la Tradición, en
cambio no se nos ha dado sobre el monte Sinaí. Le dije: - Hijo mío, sea la
Escritura, sea la Tradición, ambas han sido proclamadas por la boca del
Poderoso. En efecto, ¿qué diferencia hay entre Escritura y Tradición?
Han
contado una parábola: a ¿qué se puede comparar? A un rey de carne y hueso que
tenía dos siervos. A los dos los llamaba al amor perfecto. A cada uno de los dos
le dio la misma medida de trigo y un manojo de hilos de lino.
El más
inteligente, ¿qué hizo? Tomó el lino y tejió un mantel. Luego tomo el trigo y
los transformó en flor de harina: la molió, la coló, hizo una masa y la horneó.
Luego puso el pan sobre la mesa sobre la cual había tendido el mantel. El más
tonto, en cambio no hizo nada.
Después de unos días en rey volvió a su casa y
les dijo: - Hijos míos, tráiganme lo que les he dado. El primero le mostró el
pan de flor de harina sobre la mesa cubierta del mantel. El otro trajo el trigo
y el fajo de hilos de lino.
¡Cuánta vergüenza y confusión! ¿Qué dirás? ¿Cuál de
los dos será amado mas? – Aquel que ha preparado la mesa con el mantel y el pan
de flor de harina.
Entonces le dije:
- Hijo mío, si te sorprendo con el conocimiento de la Tradición de los Sabios,
¿acaso tus palabras nos se manifestarán como falsas?
Me respondió: - Sí.
Le pregunté: -
Hijo mío, cuando el sábado bajas delante el arca (desempeñas el oficio de
lector), ¿cuántas bendiciones dices?
Me respondió: - Siete.
Le pregunté: - ¿Y
los demás días?
Me respondió: - La oración (de las 18 bendiciones) toda entera.
- ¿Cuántos son los lectores de la Torá el día sábado?
Me respondió: - Siete. -
¿Y cuántos son en el oficio de la minchah de lunes a jueves?
Me respondió: -
Tres para todas y tres a la vez.
Le pregunté: - ¿Sobre las siete especies de alimento ( cfr.
Dt 8, 8 signos de la tierra prometida, por eso requiere una bendición
adicional), ¿cuántas bendiciones dices?
Me respondió: - Dos bendiciones, una
antes y otra después. - ¿Y sobre las otras especies? – Una bendición. - ¿Y
después de la comida? – Tres, y con Ha tov ve-ha-metiv (bendición después de la
comida [birkat hammazon] se divide en cuatro partes: sobre el alimento, sobre la
tierra, sobre Jerusalén y sobre la bondad de Dios) son cuatro.
Le dije: - Hijo
mío, ¿acaso todas estas cosas nos vienen del monte Sinaí? ¿No provienen, más
bien, de la Tradición de los Sabios? Es que cuando el Santo, bendito sea, dio la
Torá a Israel, no se la dio sino como trigo para sacar la harina y como lino
para tejer un mantel
Flijiahu Zuta II
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