COALICIÓN INTERNACIONAL
Roma, el Vaticano, es para los musulmanes el símbolo de
occidente, al que identifican con el cristianismo, por eso, la
estrategia del Estado Islámico es provocar a occidente, especialmente al
catolicismo, para lograr unir a los musulmanes bajo su bandera.
En respuesta a esto el papa
Francisco ha ideado una estrategia que enfatiza que el ataque del estado
Islámico no es sólo contra los cristianos sino contra todas las
minorías, inclusive contra los musulmanes que no están a su favor.
Fuente: Agencias
Esta estrategia se complementa con una coalición bélica liderada por
EE.UU. pero integrada por países musulmanes y por diversas
manifestaciones de musulmanes moderados anti jihadistas en occidente,
como la que sucedió en Francia el viernes pasado.
La promesa de Abu Muhammed Al Adnani, portavoz de Isil, el Estado
Islámico de Irak y el Levante liderado por el califa Abu Bakr
al-Baghdadi, en un documento publicado por los medios de comunicación de
todo el mundo, habla de “conquistar su Roma, aplastaremos sus cruces, vamos a reducir sus mujeres a la esclavitud.”
¿Cómo podemos interpretar esto?
Los del Estado Islámico gritan y amenazan con la esperanza de
encontrar reacciones frenéticas de occidente que aviven el fuego del
enfrentamiento. Y eso va a permitir que el califa argumente que hay una
guerra en curso entre el califato y occidente, los cruzados, los
cristianos, y por lo tanto, es el deber de todo buen musulmán correr al
rescate del califato y enrolarse bajo su bandera.
Lo que algunos han llamado una “estrategia Francisco” – el nombre del
Papa, que la propuso por primera vez – aparece como la única respuesta
política y culturalmente apropiada a la provocación Isil. Es insistir en
que el califa no sólo masacra cristianos, sino también miembros de
otras religiones como los yazidíes y los musulmanes chiítas y los
sunitas que incluso no están de acuerdo con su interpretación extrema y
ultra-fundamentalista del Corán.
La guerra no es entre el califato y los cristianos, es entre el
califato y el mundo, y el modo de deslegitimar la propaganda del
califato es desplegar en su contra una coalición política y militar que
también incluya a los no cristianos, metiendo en la bolsa a los
musulmanes sunitas, cuya retórica no puede ser fácilmente etiquetada
como cristiana o cruzada.
Tras el visto bueno de sus diputados en Londres y Copenhague, el
Reino Unido y Dinamarca han alcanzado la coalición internacional formada
alrededor de los Estados Unidos para luchar contra el Estado
islámico. Estos dos países, junto con Francia, son los únicos países
europeos que participan directamente en los ataques aéreos, pero sólo en
el territorio iraquí. Sin embargo, contribuciones militares de
distintos niveles ya están previstas por Alemania, Italia, Polonia,
República Checa, Estonia y Albania.
Hasta el momento, los bombardeos se llevaron a cabo no sólo por
Washington sino también por Arabia Saudita, Jordania, Emiratos Árabes
Unidos y Bahrein. Sólo Qatar no ha confirmado oficialmente la
participación de sus bombarderos.
En pocos días la coalición debe ser ampliada y mejorada con la
participación de los militares turcos. Esto fue anunciado por el
presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a su regreso a Ankara tras la
Asamblea General de la ONU.
“Ahora nuestra posición ha cambiado
(…) Una orden para autorizar la intervención de nuestras fuerzas de
seguridad será depositada en el Parlamento para su votación en el orden
del día 2 de octubre”, anunció Erdogan, tras semanas de una política ambigua.
También las demostraciones de los musulmanes moderados en occidente apuntalan la estrategia lanzada por Francisco.
Con una marcha en silencio musulmanes moderados de Francia dijeron “basta a la barbarie”
y condenaron el accionar de los terroristas. También rindieron homenaje
al francés secuestrado y decapitado en Argelia por un grupo extremista
afín.
“Esos criminales no representan al islam”, afirmaron
Centenares de musulmanes se manifestaron el viernes pasado en Francia
para expresar su rechazo a los actos terroristas cometidos en nombre
del Islam por grupos jihadistas y en recuerdo del rehén francés
asesinado por un grupo radical en la semana en Argelia.
La principal concentración de toda Francia se realizó la tarde del
viernes en la Gran Mezquita de París y fue encabezada por el rector del
templo, Dalil Boubakeur, y por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
Boubakeur rechazó los atentados terroristas cometidos falsamente,
según dijo, en nombre del Islam por grupos jihadistas como el Estado
Islámico en Irak, grupo al que Francia le declaró la guerra y ha atacado
en varias ocasiones en los últimos días a través de bombardeos.
“Esos criminales no representan en nada al Islam”, enfatizó el rector de la Mezquita y presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM).
Boubaker subrayó que “el Islam ordena el respeto por la vida, la paz”, no los valores que propagan los jihadistas.
“Estamos aquí juntos para decir no al terrorismo”, afirmó por su parte la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ante un público integrado en su mayoría por musulmanes franceses.
“Frente a la inhumanidad de los terroristas, les enviamos juntos un mensaje de unidad y un mensaje de humanidad”, añadió Hidalgo.
El Islam “prohíbe el asesinato de un inocente”, declaró a su
lado el rector de la Gran Mezquita de París al denunciar el asesinato
de Gourdel, un guía de montaña que cayó en manos del grupo “Soldados del
Califato” mientras practicaba montañismo.
Además de la concentración de París, en otras ciudades francesas
varias organizaciones musulmanas convocaron manifestaciones para el
sábado de condena del terrorismo jihadista.
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