Dos
grandes figuras dominan esta imagen: Verdad y mentiras velada,
vistiendo una minifalda de color rojo a rayas hecha jirones y negro. Las rejillas de ventilación se encuentran con lengua bífida (duplicidad) su ira contra la Verdad. Se trata de golpear la Verdad con piedras, pero en vano.
Mentiras, saltando más allá de la corriente de lágrimas, pisotea con
sus pies, una mano en el corazón (amor), por otro lado la cruz (la fe).
La verdad, sin embargo, con su mano derecha se arrancó la máscara de la
cara se encuentra la hermosa, con la mano izquierda se defendió de los
ataques de mentiras (que indica el haz de luz). Con el pie pisotea la serpiente. Esto simboliza la victoria del bien.
La mitad oscura de la imagen está dominada por el mal. Un rostro satánico, y por el aliento venenoso encanto de ojos, que simboliza el glamour del mal. Las nubes oscuras son un símbolo de la insinuación no es pensamientos buenos y malos.
En el árbol del mal con sus frutos (diferentes manos) se encuentra el
"padre de la mentira" con su cerbatana (fabricación de mentiras).
Desde el charco de defecto de dos figuras femeninas tienden sus manos
hacia el mensajero del amor, que conduce al amor misericordioso de Dios a
todos los que se arrepienten y se convierten.
En el fondo, el Buen Pastor espera a la oveja perdida. El radio de proclama la protección de Dios por todo lo que es bueno.
MARÍA MAGDALENA HAFENSCHEERER
En la segunda mitad del siglo XX vivió
en Austria una simple ama de casa que recibía mensajes proféticos del
cielo, que los plasmaba en lienzos, mostrando el recorrido histórico que
habría de vivir la humanidad desde la perspectiva divina.
Fuente: Profezie per il Terzo Milenio
Maria Magdalena Hafenscheer nació en Austria 21 de julio 1892 y murió
en Viena el 11 de febrero de 1968. Era un ama de casa y costurera, se
casó con un plomero con quien tuvo un hijo.
No fue un artista en el sentido tradicional del término. María Magdalena fue guiada
misteriosamente y e instruida en la realización de las pinturas por
guías celestiales, al inicio guiando su mano, luego el contenido se le
fue comunicando sólo con inspiraciones, visiones y “locución interior”.
Entre 1948 y 1966 realizó los 28 óleos de distintos tamaños, que son una verdadera y propia revelación.
La pintora estaba convencida de que no podía crear estas pinturas con sus propias habilidades e imaginación, sino sólo por la voluntad de Dios. Se le revelaba el tamaño del cuadro, su título y el tiempo en que debía ser comenzado.
A menudo, no sabía lo que estaba pintado sobre
lienzo, todo sucedía muy rápidamente. Cuando pintaba no se encontraba en
un estado de trance, sino plenamente consciente. El inicio de las obras
era precedido por una preparación interna de oración y ayuno.
El propósito de estas imágenes era sacudir y despertar a la gente. La artista escribe en sus notas:
“A pesar de que los críticos de arte niegan con la cabeza un montón de cosas acerca de estos cuadros… un día estas obras lograrán el propósito querido por Dios“.
El director de la sociedad de investigación parapsicológica de la
Academia Católica de Viena, prof. Peter Hohenwarter, llamó a la señora
Hafenscheer “una pintora mística bendecida”.
Las explicaciones de los cuadros, están la parte posterior de las telas y se pueden leer la explicación cuadro a cuadro en Profezie per il Terzo Milenio (en italiano).
PRINCIPALES TEMAS DE SUS CUADROS PROFÉTICOS
Por razones de espacio no publicamos el comentario de cada cruadro
sino un resumen general de la obra, presentando el link para ver cada
lienzo.
La obra de María Magdalena Hafenscheer es esencialmente una
revelación profética por imágenes. El mensaje contenido en las pinturas
nos habla de la condición dramática espiritual y moral en que se
encuentra la humanidad: muchos han sido llevados por la calzada
del materialismo y por varias otras ideologías. Nos advierte de las
consecuencias trágicas de esta aberración: que podría acabar en el
abismo (cuadros II y V).
Pero las pinturas también quieren darnos esperanza: ¡la “Luz Eterna” vence! (cuadro III).
La verdad prevalecerá sobre la mentira (cuadro I).
Cristo lanza a la humanidad el último recurso para la salvación: María (cuadro XIII).
Vencerá el amor que se sacrifica, de ambos Corazones Unidos de Jesús y María (cuadro IV).
Al final satanás, el príncipe de este mundo, ha sido juzgado (cuadro XX), encadenado y hecho inofensivo durante mucho tiempo (cuadro IV).
Al igual que otros místicos y videntes católicos, también María Magdalena a través de sus pinturas profetiza una “nueva era”, un período de paz, lleno de armonía, fraternidad y amor puro por Dios.
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