VIRGEN DE LA MERCED
Para protección, injusticias, envidias, difamación, rencor, traición
Santísima Virgen María de la Merced,
Madre de Jesucristo y de todos los hombres,
vida, dulzura, esperanza nuestra,
seguridad y consuelo de los afligidos,
Tú que siempre nos acompañas en el dolor
escucha las súplicas que con sencillez te hacemos;
Madre atiende nuestros ruegos como atendiste
en otro tiempo los de los cautivos cristianos,
y como a ellos los libraste de las cadenas de la opresión,
líbranos hoy a nosotros de todo mal y enemigo,
líbranos de los que por maldad o envidia nos quieren dañar,
aléjanos de la mentira, el engaño y la traición,
defiéndenos de las calumnias y difamaciones,
líbranos de la avaricia, del egoísmo y la ira,
líbranos de la injusticia, del odio y del rencor.
Ayúdanos Santísima Virgen de la Merced,
a buscar y a encontrar remedio a nuestros problemas;
Madre mediadora, Madre de bondad,
Tú que siempre nos sostienes con maternal amor,
no nos dejes solos danos fuerzas para no desfallecer,
intercede ante tu Hijo Jesucristo
para que solucione nuestras tribulaciones y angustias,
en especial esto que ahora tanta aflicción nos causa:
(pedir con inmensa esperanza lo que se quiere conseguir).
Otórganos Madre y Corredentora,
Reina de nuestros corazones,
las gracias que hoy te presentamos,
ayúdanos con tu caridad y misericordia
en nuestras luchas, desasosiegos y dificultades
y como siempre, danos tu amparo y protección
y presérvanos de toda enfermedad, mal y peligro.
Y ya que nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo,
desde la cruz nos encomendó a tu cuidado y protección,
haz resplandecer sobre nosotros
el dulce nombre con el cuál con amor te veneramos,
Santa María de la Merced,
Madre y Señora Nuestra.
Amén.
Rezar La Salve, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Madre de Jesucristo y de todos los hombres,
vida, dulzura, esperanza nuestra,
seguridad y consuelo de los afligidos,
Tú que siempre nos acompañas en el dolor
escucha las súplicas que con sencillez te hacemos;
Madre atiende nuestros ruegos como atendiste
en otro tiempo los de los cautivos cristianos,
y como a ellos los libraste de las cadenas de la opresión,
líbranos hoy a nosotros de todo mal y enemigo,
líbranos de los que por maldad o envidia nos quieren dañar,
aléjanos de la mentira, el engaño y la traición,
defiéndenos de las calumnias y difamaciones,
líbranos de la avaricia, del egoísmo y la ira,
líbranos de la injusticia, del odio y del rencor.
Ayúdanos Santísima Virgen de la Merced,
a buscar y a encontrar remedio a nuestros problemas;
Madre mediadora, Madre de bondad,
Tú que siempre nos sostienes con maternal amor,
no nos dejes solos danos fuerzas para no desfallecer,
intercede ante tu Hijo Jesucristo
para que solucione nuestras tribulaciones y angustias,
en especial esto que ahora tanta aflicción nos causa:
(pedir con inmensa esperanza lo que se quiere conseguir).
Otórganos Madre y Corredentora,
Reina de nuestros corazones,
las gracias que hoy te presentamos,
ayúdanos con tu caridad y misericordia
en nuestras luchas, desasosiegos y dificultades
y como siempre, danos tu amparo y protección
y presérvanos de toda enfermedad, mal y peligro.
Y ya que nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo,
desde la cruz nos encomendó a tu cuidado y protección,
haz resplandecer sobre nosotros
el dulce nombre con el cuál con amor te veneramos,
Santa María de la Merced,
Madre y Señora Nuestra.
Amén.
Rezar La Salve, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
DIOS CONTIGO
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