martes, 30 de noviembre de 2010

LA PAZ NACE DEL CORAZON....

MARIAMCONTIGO.-


La Paz nace del corazón

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas intentaron.

El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.

Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, el miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio de del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido...

Paz perfecta... ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?

El Rey escogió la segunda. ¿Sabes porqué?

"Porque," explicaba el Rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."

Y tú... ¿ya sabes QUIEN te da la verdadera paz del corazón?...

LA NAVIDAD NO ES UNA FABULA...

MARIAMCONTIGO.-

El Niño Dios ya está pronto a nacer en esta Navidad. Este especial acontecimiento no es, como dijo el Papa Benedicto XVI, una fábula para los niños, sino la respuesta de Dios al drama de la humanidad en busca de la verdadera paz". En el mundo entero, aún cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos haya decidido sacar los crucifijos de las aulas de Italia, se renovará una vez más el misterio de la Navidad: El instante en que Dios juntó al tiempo con la eternidad, en la plenitud de los tiempos. ¡No es esta una fábula, ni es ciencia ficción! El nacimiento de Jesús cambió la historia de la humanidad: Hasta Belén, el hombre viejo era prisionero de las tinieblas y, a partir de Belén (significa casa de pan) y por la Cruz, la humanidad fue liberada de su esclavitud y tiene al alcance de su mano la Luz que no tiene sombra, la Paz que viene de lo Alto y el Pan de Vida para transformar su corazón y convertirse en el hombre nuevo. La Navidad es siempre la renovación de la Buena Noticia porque Jesús (significa salvador) nos dijo que Él no vino para juzgar al mundo sino para que el mundo se salve por Él (Jn. 3,17). No obstante la necedad de muchos, Dios todavía juega fuerte en su misericordia y mira desde los cielos a cualquiera que lo busque con humildad y un corazón sincero (Sal 14 [13] y Sal 53 [52]). Jesús Misericordioso está ahí: En nuestro corazón animándonos a «Buscar su rostro». Nosotros solo tenemos que responder: Sí, tu rostro, Señor, es lo que busco; no me ocultes tu rostro()no me abandones ¡oh Dios, salvador mío!...()Enséñame tu camino, Señor, guíame por la senda del bien (Sal 27 [26]) La Navidad es mucho más que una gran festividad cristiana: Es la gran fiesta de la Humanidad ya que Nuestro Señor Jesucristo es la salvación y es también la Paz que todo hombre busca, aunque no lo sepa. En esta Navidad dejemos que Jesús nazca en nuestros corazones. Pidámosle al Niño Dios entre en nuestras vidas para que Él nos transforme en hombres nuevos, que nos de un corazón puro, una intención recta y una fe sincera. Él no nos va a defraudar del mismo modo que no lo ha hecho con tantos hombres que le han ido abriendo su corazón a lo largo de dos milenios. ¡Este es el mensaje de los grandes santos del Siglo XX! Entre ellos el queridísimo Juan Pablo II quien todavía, como dijo el postulador de su causa, tiene mucho para decirnos desde el Cielo: ¡Escuchémoslo! Todos saben que no soy cura sino abogado y entonces, por deformación personal, necesito fundar siempre lo que escribo en una cita autorizada. Ello es hoy más necesario que nunca ya que vivimos en un mundo que llevó a la opinión a la categoría de verdad y quiere convertir la verdad en mera opinión. Por eso, que mejor que cerrar este saludo como lo empecé, es decir, con las palabras de Benedicto XVI: "Jesús ha nacido para todos y, como María lo ofreció en Belén a los pastores, en este día la Iglesia lo presenta a toda la humanidad, para que en cada persona y situación se sienta el poder de la gracia salvadora de Dios, la única que puede transformar el mal en bien, y cambiar el corazón del hombre y hacerlo un «oasis» de paz." Que el Niño Jesús, que colma de alegría y de paz hasta los últimos en este mundo, los bendiga abundantemente en este tiempo de Belén, en este tiempo de Gracia de Dios. Mi sincero deseo de una Feliz y Santa Navidad y de un fecundo Año del Señor 2010. CLBSKI








SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO...

MARIAMCONTIGO.-

Lectio Divina. Domingo 2o. de Adviento
Adviento. Oración con el Evangelio. Ciclo A.
Autor: P. Martin Irure 

Mt 3, 1-12

1. INVOCA


  • Me dispongo a entrar en el ambiente de la oración, de escuchar la Palabra, el mensaje que el Padre me da al entregarme su Verbo, su Palabra.

  • El Espíritu viene a mí, como aquella vez vino sobre María. Y quedó fecundada por la Palabra. Es el mismo Espíritu que viene y que fecunda la Palabra en mí.

  • Orar es dejarle a Dios decirme que me ama tal como soy (A. López Baeza).

  • Invocamos al Espíritu: Veni, Sancte Spiritus:

    Ven, Espíritu Santo,
    te abro la puerta,
    entra en la celda pequeña
    de mi propio corazón,
    llena de luz y de fuego mis entrañas,
    como un rayo láser opérame
    de cataratas,
    quema la escoria de mis ojos
    que no me deja ver tu luz.

    Ven. Jesús prometió
    que no nos dejaría huérfanos.
    No me dejes solo en esta aventura,
    por este sendero.
    Quiero que tú seas mi guía y mi aliento,
    mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz.
    Te necesito en mi noche
    como una gran tea luminosa y ardiente
    que me ayude a escudriñar las Escrituras.

    Tú que eres viento,
    sopla el rescoldo y enciende el fuego.
    Que arda la lumbre sin llamas ni calor.
    Tengo la vida acostumbrada y aburrida.
    Tengo las respuestas rutinarias,
    mecánicas, aprendidas.
    Tú que eres viento,
    enciende la llama que engendra la luz.
    Tú que eres viento, empuja mi barquilla
    en esta aventura apasionante
    de leer tu Palabra,
    de encontrar a Dios en la Palabra,
    de encontrarme a mí mismo
    en la lectura.

    Oxigena mi sangre
    al ritmo de la Palabra
    para que no me muera de aburrimiento.
    Sopla fuerte, limpia el polvo,
    llévate lejos todas las hojas secas
    y todas las flores marchitas
    de mi propio corazón.

    Ven, Espíritu Santo,
    acompáñame en esta aventura
    y que se renueve la cara de mi vida
    ante el espejo de tu Palabra.
    Agua, fuego, viento, luz.
    Ven, Espíritu Santo. Amén. (A. Somoza)


    2. LEE LA PALABRA DE DIOS (Mt 3, 1-12)

    Contexto bíblico


  • El texto nos presenta la figura de Juan Bautista. Juan fue un personaje importante. El historiador judío Flavio Josefo le dedica más atención que al mismo Jesucristo.

  • Juan aparece en el desierto, lugar de penitencia y de preparación para entrar en la tierra prometida. Recuérdese la travesía por el desierto del pueblo de Israel. Juan Bautista se ubica en las orillas del río Jordán, de tantos recuerdos religiosos del pueblo de Israel.

  • Juan podía haberse quedado en Jerusalén, como sucesor de su padre Zacarías, sacerdote del templo. Rompe con aquella tradición secular y venerada. Y se retira al desierto.

  • En el ambiente del: desierto, Jordán, alejado de Jerusalén, en renuncia a su ejercicio sacerdotal, aparece la enorme figura del Bautista.

    1. La figura y misión de Juan

  • Mateo, en su interés por demostrar que las profecías se cumplen en los tiempos mesiánicos, aplica a Juan el Bautista las palabras de Isaías: Voz del que grita en el desierto: `Preparen el camino del Señor; nivelen sus senderos´ (v. 3). La Palabra antigua se actualiza en este momento en la figura de Juan. Como sucederá con Jesús, cuando se presenta en la sinagoga de Nazaret (Lc 4, 14-21). La palabra siempre es actual.

  • La predicación de Juan es la más parecida a Jesús, según Mateo. Es la predicación más cristiana. Resume su mensaje inicial con las mismas palabras que retomará después Jesús: Conviértanse, porque está llegando el Reino de los cielos (Mt 3, 2; Mt 4, 17).

  • Lucas presenta a Juan como el último profeta del AT (Lc 16, 16). Para Mateo (11, 1-19), el Bautista inaugura la llegada del Reino de Dios y su actuación es signo evidente del Reino.

  • Figura austera la de Juan, que ha roto con la religiosidad oficial y está presentando mensajes nuevos de conversión.

    2. El mensaje de Juan Bautista

    a) Conviértanse (v. 2). Juan pide un cambio radical, que afecta a todo la persona y a todas las direcciones de su actuación. No es un cambio superficial y pasajero. Es a fondo y definitivo.

    b) Porque está llegando el Reino de los cielos (v. 2). Es la expresión típica de Mateo para no herir a los judíos, que evitaban pronunciar el nombre de Dios.

    - El Reino de Dios quiere decir que el Señor va a estar presente en la sociedad. Con Jesús, Dios comienza a establecer su Reino, al tratar a todos como hijos de Dios y como hermanos, borrando las fronteras de separación, marginación e injusticia.

    c) No piensen que basta decir: "Somos descendientes de Abrahán " (v. 9). Esto va dirigido a los fariseos (v. 7) y a aquellos que procedan de modo parecido a ellos. El Reino de Dios es para todos, no para un pueblo en exclusiva. Ni siquiera vale decir: "Soy cristiano". En consecuencia, Dios me “tiene que dar” lo que le pido y, también, la salvación. El fariseísmo consiste en creerse con derecho a: obtener los favores que a Dios le pido, librarme de los problemas porque “soy bueno”, y creerme con derecho a la salvación “por mis méritos”. ¡Esto es puro fariseísmo!

    d) Den frutos que prueben su conversión (v. 8). “Obras son amores y no buenas razones”. La verdadera conversión se manifiesta en las obras. No basta con evitar el mal, el pecado. Hay que hacer el bien. No basta con una conversión superficial. Tiene que ser desde el interior, en las actitudes.

    e) Todo árbol que no dé fruto va a ser cortado y echado al fuego (v. 10). No es cuestión de pensar que Dios va a castigarnos, sino que viene a colaborar con nosotros en la poda necesaria de nuestros vicios y pecados. Que Dios sea justo quiere decir que es liberación (salvación), que hace justicia a los pobres, y que el hijo de Dios debe proceder de igual modo.

    f) Yo los bautizo con agua... (v. 11). Pero, él los bautizará con Espíritu Santo y fuego (v. 11). El bautismo de Jesús, sacramento para nosotros, es la presencia del Espíritu del Resucitado en nosotros. Es el Pentecostés en el cristiano. Para quemar y purificar lo desviado y para animar y potenciar lo bueno. El Mesías actuará con poder y justicia. Jesús, al morir, nos entrega su Espíritu (Jn 19, 30).

    g) Preparen el camino al Señor (v. 3). Quiten los obstáculos personales que impiden que Dios-Amor venga. Que Dios-humanidad venga a transformar nuestros modos humanos en el misterio humano-divino de Jesucristo, hombre y Dios.

    3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)

  • Ir al desierto, lugar teológico de salvación, desprendiéndose de lo superfluo, con la esperanza puesta en la patria que es Jesús: cielos nuevos, tierra nueva.

  • Pasar por el río Jordán, renovando nuestro bautismo en Espíritu y fuego. Arder al calor del Espíritu de Jesús, para ser en Él hijos amados del Padre (Mt 3, 17).

  • Preparar el camino al Señor. Ser profeta y evangelizador. Ser Evangelio vivo de Jesús, Buena Noticia de esperanza y salvación para tanta gente desesperanzada.

    4. ORA

    Suscita en nosotros, Señor, el deseo vivo de una verdadera conversión. Hemos recorrido muchos caminos, que no conducen a la vida. Hemos cruzado por muchos lugares, que nos han dejado heridas de pecado en nuestro interior. Queremos pasar por las aguas del Jordán, santificadas por tu presencia, Jesús. Renuévanos, Señor, con tu Espíritu y arderá nuestro corazón en la hoguera de tu amor.

    5. CONTEMPLA

  • A Jesús que nos anuncia el Reino del Padre.

  • Su amor, su justicia, su salvación. Que derrama abundantemente sobre nosotros el Espíritu de fortaleza, que ahuyenta toda cobardía.

    6. ACTÚA.
    Qué resuene en su interior. Conviértete, porque está cerca el Reino de los cielos.


  • domingo, 28 de noviembre de 2010

    LA CORONA DE ADVIENTO...

    MARIAMCONTIGO.-



    La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

    Origen: La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino para hacer todas las cosas nuevas.

    Nueva realidad: Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."

    En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

    Las ramas de verde perenne recuerdan Jesús es la luz eterna. En los países fríos se escogen ramas de los árboles que no pierden sus hojas en el invierno, para simbolizar que Dios no cambia.
     
    El círculo nos recuerda que Dios no tiene principio ni fin, es eterno. 

    Recordamos la larga espera de la Humanidad que, cayendo en pecado, vivía en oscuridad. El Pueblo de Israel recibió de Dios la promesa y los profetas la mantenían viva en los corazones. Nosotros, por el bautismo, estamos llamados a ser profetas y anunciar el reino de Dios.  Es así que nosotros, en Cristo, somos luz.




    Primera Semana
    Todos hacen la señal de la cruz.
    (Las lecturas se pueden repartir de antemano entre la familia pero es significativo que la cabeza del hogar tome las lecturas principales):
    Líder: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor"
    Todos: "Que hizo el cielo y la tierra"
    Líder: "En los días de adviento, recordamos nuestra espera en la liberación del Señor. Siempre necesitamos Su salvación. En torno a esta corona recordaremos su promesa.
    Lectura del profeta Isaías  9:1-2
    El pueblo que andaba a oscuras  vio una luz grande.
    Los que vivían en tierra de sombras una luz brilló sobre ellos.
    Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría.
    Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega,
    como se regocijan repartiendo botín.
    "Palabra de Dios"
    Todos: "Te alabamos Señor".
    Líder: Rm. 13, 11-12. "Ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está mas cerca  que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz"
    Bendición de la corona
    Líder: Bendícenos Señor y a esta corona de adviento.
    Líder: "Señor Dios nuestro, te alabamos por tu Hijo Jesucristo:
    El es Emmanuel, la esperanza de los pueblos,
    La sabiduría  que nos enseña y guía, 
    El Salvador de todas las naciones.
    Señor Dios que tu bendición descienda sobre nosotros al encender las velas de esta corona.
    Que la corona y su luz sean un signo de la promesa del Señor que nos trae salvación.
    Que venga pronto y sin tardanza.
    Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
    Todos: "amen".
    Se enciende la primera vela
    Líder
    : "Bendigamos al Señor"
    Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: "Demos gracias a Dios".
    Recordamos al virtud de la Fe.
    La Anunciación
    La Virgen María, como el pueblo judío, esperaba la venida del Salvador, rezaba, leía, meditaba y guardaba las Sagradas Escrituras en su corazón.
    Nosotros nos preparamos para dar nuestro "Si" unidos a María en la Anunciación.
    Tiempo de silencio  / Tiempo de intercesiónPadre Nuestro  /  Ave María.
    Oración final: "Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.
    Todos: "Amén".



    Segunda Semana
    Todos hacen la señal de la cruz.Líder: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor"
    Todos: "Que hizo el cielo y la tierra"
    Lectura bíblica: 1Tesalonisenses 5,23-24  "Que el mismo Dios de la Paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida del Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas"
    "Palabra de Dios"
    Todos: "Te alabamos Señor".
    Se encienden dos velas
    Líder:
    "Bendigamos al Señor"
    Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: "Demos gracias a Dios".
    Recordamos la virtud de la Caridad
    La Visitación
    María fue presurosa a servir a su prima Isabel ya que el ángel le avisó que de ella nacería un niño: Juan Bautista. No temió la distancia y las dificultades. Respondió con un amor que se hace servicio y que une corazones.
    Acción: Es tiempo de ir a servir a los que mas nos necesitan, en especial los pobres, los enfermos... los ancianos
    Tiempo de silencio /  Tiempo de intercesión
    Padre Nuestro / Ave María.
    Oración final: "Señor Todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
    Todos: "Amén".



    Tercera Semana
    Todos hacen la señal de la cruz.Líder: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor"
    Todos: "Que hizo el cielo y la tierra"
    Lecturas bíblicas:Primera lectura: 1 Tesalonicenses 3,12-13 "Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre”
    "Palabra de Dios"
    Todos: "Te alabamos Señor".
    Segunda lectura: Filipenses 4,4-5. "Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca." "Palabra de Dios"
    Todos: "Te alabamos Señor".
    Se encienden tres velas
    Líder
    : "Bendigamos al Señor"
    Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: "Demos gracias a Dios".
    Esperanza
    A Belén
    La Virgen vuelve a viajar, lejos de su familia y amistades, obedece el mandato del emperador... En Belén ella y San José no encuentran sino rechazo. Todo parece salir muy mal... Por menos algunos matrimonios se han divorciado. Pero ellos no pierden la esperanza.
    No hay Navidad sin sufrimiento, sin la prueba y la superación de los egoísmos. La esperanza cristiana lo vence todo. No es resignación negativa. Hace todo lo posible para hacer de las situaciones difíciles lo mejor. No pierde de vista a Dios que se hace presente en el corazón humilde y fiel.
    Tiempo de silencio.  /   Tiempo de intercesión
    Padre Nuestro. / Ave María.
    Oración final:Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante.  Por nuestro Señor Jesucristo.
    Todos: "Amén".



    Cuarta Semana
    Todos hacen la señal de la cruz.
    Líder: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor"
    Todos: "Que hizo el cielo y la tierra"
    Lectura bíblica:
    Primera lectura: Rm 13,13-14  "Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestios del Señor Jesucristo". "Palabra de Dios"
    Todos: "Te alabamos Señor".
    Segunda lectura: 2 Tes. 1,6-7  "Es justo a los ojos de Dios pagar con alivio a vosotros, los afligidos, y a nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo acompañado de sus poderosos ángeles, entre las aclamaciones de sus pueblo santo y la admiración de todos los creyentes."  -"Palabra de Dios"
    Todos: "Te alabamos Señor".
    Líder: "Ven, Señor, y no tardes.
    Todos: "Perdona los pecados de tu pueblo".
    Se encienden las cuatro velas
    Líder
    : "Bendigamos al Señor"
    Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: "Demos gracias a Dios".
    Humildad y gloria
    El Nacimiento de Jesús
    Líder: Lectura del Evangelio según San Lucas (2:6-7)
    "Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron
    los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito,
    le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento."
    "Palabra de Dios"
    Todos: "Te alabamos Señor".
    Meditación: La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace. Ellos son los benditos de Dios que le reciben. Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.
    Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.
    Tiempo de silencio / Tiempo de intercesiónPadre Nuestro / Ave María.
    Oración FinalDerrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
    Todos: "Amén"

    NOVENA, ORACIONES Y POESIAS EN HONOR A LA INMACULADO CONCEPCION...

    MARIAMCONTIGO.-


    Por la señal...

    Señor mío Jesucristo...

    ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

    Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

    A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.

    Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloría, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No me dejéis, pues, a mi tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.

    Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte. Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena (hacer aquí la petición que se desea obtener).

    Rezar la oración del día correspondiente:
    ORACIONES FINALES

    Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Rezar tres Avemarías.

    Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo mundo.

    ORACIÓN. Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo. Amén.

    DÍA PRIMERO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María del pecado, original en su Inmaculada Concepción, y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en ti, Padre nuestro Santísimo.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA SEGUNDO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes por medio de una buena confesión.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA TERCERO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas para ser dignos de ti, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y la de procurar y obtener cada día más pureza y delicadeza de conciencia.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA CUARTO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como libraste a María de la inclinación al pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, así te rogamos humildemente, por intercesión de María Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que te podamos servir, con verdadera libertad de espíritu, sin imperfección ninguna.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA QUINTO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como, desde el primer instante de su Concepción, diste a María más gracia que a todos los santos y ángeles del cielo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos inspires un aprecio singular de la divina gracia que tú nos adquiriste con tu sangre, y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de tus Santos Sacramentos, especialmente el de la Comunión.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA SEXTO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como, desde el primer momento, infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA SÉPTIMO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximía, por la cual es llamada Virgen de las vírgenes, así te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que tantos han conservado mediante la devoción de la Virgen y tu protección.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA OCTAVO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero de ti, ¡oh Dios Señor nuestro!, nuestro verdadero bien, nuestro bienhechor, nuestro padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.

    Meditar y rezar la oración final.
    __________

    DÍA NOVENO

    Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.

    ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de Ti, te suplicamos humildemente, por intercesión de María Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos Sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al cielo, para siempre gozar, en tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.

    Meditar y rezar la oración final.

    ORACIÓN DEL PAPA A MARÍA INMACULADA

    A ti, Virgen Inmaculada, predestinada
    por Dios por encima de toda otra criatura
    como abogada de gracia y modelo de
    santidad para su pueblo, renuevo hoy de
    especial manera la confiada entrega de
    toda la Iglesia.

    Sé tú quien guíe a sus hijos en la peregrinación
    de la fe, haciéndolos cada vez más
    obedientes y fieles a la Palabra de Dios.

    Sé tú quien acompañe a cada cristiano en
    el camino de la conversión y de la santidad,
    en la lucha contra el pecado y en la búsqueda
    de la belleza auténtica, que es siempre
    impronta y reflejo de la Belleza divina.

    Sé tú también quien alcance paz y salvación
    para todas las gentes. Que el eterno
    Padre, que te quiso Madre Inmaculada del
    Redentor, renueve también en nuestro
    tiempo, por mediación tuya, los prodigios
    de su amor misericordioso.Amén.

    MARÍA INMACULADA, MUJER EUCARÍSTICA
    Oración de Juan Pablo II ante la Imagen
    de la Inmaculada en la Plaza de España de Roma (8-12-2004)
    1 ¡Virgen Inmaculada!
    Una vez más estamos aquí para rendirte homenaje
    a los pies de esta columna,
    desde la cual velas con amor
    sobre Roma y sobre el mundo entero
    desde cuando, hace ciento cincuenta años,
    el beato Pío IX proclamó,
    como verdad de la fe católica,
    tu preservación de toda mancha de pecado
    en previsión de la muerte y resurrección
    de tu Hijo Jesucristo.
     
    2 ¡Virgen Inmaculada!
    Tu intacta belleza espiritual
    es para nosotros fuente viva de confianza y de esperanza.
    Tenerte como Madre, Virgen Santa,
    nos afianza en el camino de la vida
    como prenda de eterna salvación.
    Por ello a ti, oh María,
    recurrimos confiados.
    Ayúdanos a construir un mundo
    en el que la vida del hombre se vea siempre amada y defendida;
    toda forma de violencia, desterrada;
    la paz, por todos tenazmente buscada.
    3 ¡Virgen Inmaculada!
    En este Año de la Eucaristía,
    concédenos celebrar y adorar
    con renovada fe y ardiente amor
    el santo misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo.
    Bajo tu magisterio, oh Mujer eucarística,
    enséñanos a conmemorar las maravillosas obras
    que Dios no deja de realizar en el corazón de los hombres.
    Con materno desvelo, Virgen María,
    guía siempre nuestros pasos por los caminos del bien. Amén.
    (Original italiano procedente del archivo informático
    de la Santa Sede; traducción de ECCLESIA.)

    HIMNO LITÚRGICO

    "Ninguno del ser humano
    como vos se pudo ver;
    que a otros los dejan caer
    y después les dan la mano.

    Mas vos, Virgen, no caíste
    como los otros cayeron,
    que siempre la mano os dieron
    con que preservada fuiste.

    Yo, mil veces caído,
    os suplico que me déis
    la vuestra y me levantéis
    por que no quede caído.

    Y por vuestra concepción,
    que fue de tan gran pureza,
    conserva en mi la limpieza
    del alma y del corazón,
    para que de esta manera
    suba con vos a gozar
    del que sólo puede dar
    vida y gloria verdadera. Amén"

    VIRGEN... QUE EL SOL MÁS PURA
    ... Tú que surcas el aire y eres aire
    y eres gloriasamente transparencia
    y límpida materia en forma humana
    vuelve hacia mí tu aérea majestad
    y reparte
    la brisa de tus dedos, cuerda a cuerda,
    en el son prometido de mi alma
    y en la música amarga de mi pena.

    Tú que estás a mi lado por las noches
    velando oscuramente mi pureza,
    y meciendo mi trigo jubiloso
    y lavando mi risa en agua fresca,
    vuélvete hacia mí, Señora,
    tu hermosura y que la vea
    mi corazón silente
    a través del amor con vista trémula.
    Enlaza los sarmientos de mis brazos
    en tu misericordia, y mi tiniebla
    cubre con tu mirada
    y ténme en tu regazo la cabeza.
    Tu que mueves el gozo de los pájaros
    en círculos de luz que me rodean
    en espacio y alegría;
    Tú que el agua del mar y las estrellas,
    Tú, Virgen, que las hojas
    y el ruido de la nieve cuando
    y todo lo que flota y lo que vuela...
    Yo sé que te he mirado
    y que aún en mis pupilas tu presencia
    humanamente desvalida vive,
    Y que mi fe en tus ojos se recuerda.
                                                    (Leopoldo Panero)

    AVE MARÍA

    Dios te salve María,
    Por la luz de la luz transfigurada.
    Dios te llena y te guía
    Y el fruto de tu vientre en tu mirada.
    Dios te salvó, María.

    Te llenó de su fuerza complaciente,
    como el fuego del sol llena la aurora,
    como el agua  la fuente.

    Maduró con su luz y su ternura
    El fruto de tu amor y de tu vientre.

    Santa María,
    hija del pueblo,
    madre paciente,
    fiel, generosa,
    pobre y rebelde...

    Miranos peregrinos, vacilantes,
    cultivando este viejo paraíso,
    caminando hacia tu cielo lentamente.

    No queremos cansarnos de este mundo,
    ni buscamos un refugio celeste.

    Pero tú no te canses
    de mostrarnos la meta, los caminos,
    ahora y siempre.

    (V.M. Arbeola)

    MARÍA

    “Era ella
    y nadie lo sabía,
    pero cuando pasaba
    los árboles se arrodillaban.
    Anidaba en sus ojos
    el Ave María
    y en su cabellera
    se trenzaban las letanías.
    Era ella.
    Me desmayé en sus manos
    como una hoja muerta,
    sus manos ojivales
    que daban de comer a las estrellas.
    Por el aire volaban
    romanzas sin sonido,
    y en su almohada de pasos
    me quedé dormido”
                                       (Gerardo Diego)

    VIRGEN MARÍA, MADRE...

    “... Virgen María, Madre...

    No, yo no sé quién eres,
    pero eres una gran ternura...

    No, yo no sé quién eres, pero tú eres
    luna grande de enero que sin rumor nos besa,
    primavera surgente como el amor en junio,
    dulce sueño en el que nos hundimos,
    agua tersa que bebe con trémula avidez
    la vegetal cécula joven...

    ¡Qué dulce sueño en tu regazo, madre!
    soto seguro y verde entre corrientes rugidoras...

    Nieve en quien Dios se posa...
    Oh tú, primavera y extrañísima cretaura de su amor...”
    (Dámaso Alonso)

    MARIA


    “Me gustas y te amo
    porque eres tan humilde,
    perteneces al grupo
    pequeño de la gente
    que no tiene ni nombre
    ni historia, ni raíces. 
    Me acerco a tu paisaje
    de pobreza, mujer,
    porque estás escondida
    en el pueblo y careces
    de apellidos y voz. 
    Amo tu hogar sin lumbre
    y esas tus manos huérfanas
    de manos y palomas.
    Sólo un río de rosas
    te salpica muy hondo
    y estás en el anónimo
    milagro de la espera”
    (Valentín Arteaga)
    INMACULADA

    “Inmaculada, flor
    alzada en entusiasmo
    bíblico, emocionado,
    donde mi amor se posa.

    Mi verso para ti,
    para ti mi deseo,
    Mi fe para ti tiene
    seguridad de alas
    que surcan el espacio
    que entre Dios y yo abre
    la distancia infinita.

    Lejana como el cielo
    y tan cercana como la arcilla
    con que amaso
    el quehacer nazarita
    por donde anda la vida
    tereseando pucheros”.
    (Astor Brime)

    MARÍA MADRE
     
    “Te pintaron para tener siempre un niño entre tus manos,
    un niño receloso, amedrentado,
    un niño estremecido y aterrado:
    fugitivo de los sueños fantasmales,
                de las torvas visiones,
                de los siniestros mensajeros;
    acaso fugitivo de sí mismo,
                de su propio corazón despilfarrado, de su amor excesivo. Te pintaron para tener siempre un niño entre tus manos.  ¿Qué niño tienes ahora?  Por tus manos van pasando -vamos pasando- todos los niños desvalidos de la tierra: rostros negros, cobrizos, amarillos; rostros negros, mulatos y mestizos; tatuados, torturados, navajeados; el rostro del mendigo, del que arrastra los cartones, del borracho y drogadicto, del pobre maloliente y del que tuvo la desgracio de ser rico.  Hacía tí vamos viniendo -van viniendo- fugitivos de atropellos e injusticias, fugitivos de apatías y desdenes, de amistades abortadas, de abrazos malogrados, de frustradas esperanzas, de proyectos derrumbados, de la propia cobardía, del fastidio y la desgana, y de todos los pecados capitales.  ¿Qué niño es el que tienes ahora entre tus manos?  Pero tú sigues mirando, porque siempre hay alguien que no ha llegado todavía, alguien a quien estás esperando...  (Tirso Cepedal). 



     




        
                

    LA PACIENCIA...

    Una de las mejores virtudes de la vida y del Silencio es sin duda la PACIENCIA.
     
    Nuestros pasos en la vida, en nuestros quehaceres, en todos los aspectos de nuestros días requieren su tiempo, su ocasión, su momento. Nosotros, a veces, nos impacientamos por llegar a un lugar, nos impacientamos para conseguir un propósito, para ordenar nuestras prioridades, para completar nuestras actividades…


    Cuando entramos en el camino del Silencio, nos ocurre lo mismo, tenemos una cierta prisa en encontrar la postura adecuada, en conseguir una perfecta concentración, en creer que entramos en un espacio donde sólo hay que atender unas pautas previas y ¡zas! estamos de lleno en pleno camino de superación. Pues, no ¡nada de eso! la andadura en el silencio es un lento caminar, es una cuesta ardua, difícil y costosa, que necesita de cierta dedicación y de mucha paciencia.


    Moratiel nos recordaba a menudo que, el camino del Silencio, es una tarea que nos puede llevar toda la vida, y en ocasiones, hasta mucho tiempo después de habernos iniciado, aún no hallamos la forma de vivirlo y sentirlo con cierta familiaridad, con cierta seguridad. La vida, por el camino del silencio, es una forma de vivir la vida que requiere constancia, voluntad, asiduidad y aceptación.


    Todo en la vida requiere su tiempo y es casi innato en el hombre de hoy la impaciencia, todo lo queremos de inmediato, lo deseamos ahora, ya, en este momento, y sin embargo las cosas, los procesos, las situaciones requieren su tiempo, su espacio y su lugar. También nosotros necesitamos tiempo y espacio para asumir los hechos y las vivencias de nuestra vida, también nosotros necesitamos de la paciencia, tanto nuestra como ajena, para aceptar cambios, para tomar decisiones, para… caminar los pequeños trechos de cada día.


    La paciencia suele hacer del hombre un ser tranquilo, atento, observador y sabio, porque en esa espera sabe vivir la vida de los instantes. 

    La paciencia es la virtud por la cual se sabe sufrir y tolerar los infortunios y adversidades con fortaleza, sin lamentarse. También significa ser capaz de esperar con serenidad lo que tarda en llegar.


    Vivimos en un mundo frenético. La marabunta de la tecnología y el progreso de las comunicaciones nos han traído enormes beneficios y comodidades. Sin embargo, nos han hecho olvidar la paciencia y la serenidad. Hoy todo es urgente. Te mandó un mail y no lo viste. Te llamó cinco veces y no me contestaste. Te envió un mensajito por el teléfono móvil y no me respondiste. Te estuve esperando quince minutos y no llegaste. ¿Dónde te has metido? ¿Por qué no me avisaste inmediatamente? ¡Date prisa! ¡Al grano! ¿Qué estás esperando?


    Por estas circunstancias, es importante que se aprenda a formar la virtud de la paciencia desde el seno familiar. Las dificultades cotidianas vividas con amor y paciencia nos ayudan a prepararnos para la venida del Reino de Dios. Cuando el niño pequeño llora, cuando el adolescente es rebelde, cuando la hija es respondona, cuando la esposa grita, cuando el marido se enoja, cuando el abuelo chochea, cuando otra vez han dejado entrar al perro en la casa y ha llenado todo de pelos… nos llevamos las manos a la cara y exclamamos: ¡Señor, dame paciencia… pero ahora!


    Es cierto, la paciencia es un fruto del Espíritu Santo y debemos pedirlo constantemente. Esta virtud es la primera perfección de la caridad, como dice san Pablo: “La caridad es paciente, es servicial; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa, no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra en la injusticia; se alegra en la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta” (1Co. 13,4-7)


    La vida familiar aquí en la Tierra es un gimnasio para entrenarnos en esta virtud. Las adversidades diarias nos invitan a sufrir con paciencia la ignorancia, el error, los defectos e imperfecciones de los miembros de la familia. Sufrir con paciencia, se convierte en una hermosa obra de misericordia espiritual. ¡Cuánto más paciente ha sido Cristo con nosotros!


    Paciencia es espera y sosiego en las cosas que se desean.

    Paciencia es aprender a esperar cuando realmente no quieres.

    Es descubrir algo que te gusta hacer mientras estás aguardando, y disfrutar tanto de lo que estás haciendo que te olvidas que estás haciendo tiempo.

    Paciencia es dedicar tiempo a diario a soñar tus propios sueños y desarrollar la confianza en ti mismo para convertir tus deseos en realidad.

    Paciencia es ser complaciente contigo mismo y tener la fe necesaria para aferrarte a tus anhelos, aún cuando pasan los días sin poder ver de qué manera se harán realidad.

    Paciencia es amar a los demás aún cuando te decepcionen y no los comprendas.

    Es renunciar y aceptarlos tal y como son y perdonarlos por lo que hayan hecho.

    Paciencia es amarte a ti mismo y darte tiempo para crecer; es hacer cosas que te mantengan sano y feliz y es saber que mereces lo mejor de la vida y que estás dispuesto a conseguirlo, sin importar cuánto tiempo sea necesario.

    Paciencia es estar dispuesto a enfrentarte a los desafíos que te ofrezca la vida, sabiendo que la vida también te ha dado la fuerza y el valor para resistir y encarar cada reto.

    Paciencia es la capacidad de continuar amando y riendo sin importar las circunstancias, porque reconoces que, con el tiempo, esas situaciones cambiarán y que el amor y la risa dan un profundo significado a la vida y te brindan la determinación de continuar teniendo paciencia.

    Paciencia, tú la tienes, úsala.
     
    Señor, enséñanos a orar en familia como santa Teresa para tener paciencia: “Nada te turbe. Nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia, todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta: sólo Dios basta”.


    Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. 

    Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.

    El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. 

    Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. 

    Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. 

    Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.

    Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

    Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta... 

    Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.

    Le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves."

    Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastará, y la cicatriz perdurará para siempre.

    Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. 

    Los amigos son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que tengas éxito. Ellos te prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrirnos sus corazones...

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