jueves, 15 de septiembre de 2011

LAUDES, VISPERAS Y COMPLETAS, PARA HOY JUEVES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2011...

TIEMPO ORDINARIO
Del Común de la Santísima Virgen María.
15 de septiembre


NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
(MEMORIA).

LAUDES
(Oración de la mañana)


INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Ant. Venid, adoremos al Salvador del mundo, de cuya pasión María participó.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA


Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro.  Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije:  Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Himno: ¿HABRÁ DOLOR MÁS INTENSO?

¿Habrá dolor más intenso
que tu dolor dolorido?
¿Habrá, Señora, un gemido
más soledoso y más denso
que el que te enluta, hondo y tenso,
de morada y negra toca?
¡Oh turba que pasáis loca,
hijas de Jerusalén,
mirad la bondad sin bien:
mojad con hiel vuestra boca!

¿No son más blandas las piedras
y más compasivo el cielo
que mi corazón sin duelo,
cuando tú, como las hiedras
junto a la cruz, no te arredras
de ahogarte en esos oleajes
de hiel? Obscuros celajes
envolvían el Calvario,
y tú eras, Madre, el sudario
de aquel diluvio de ultrajes.

Dame ese llanto bendito
para llorar mis pecados;
dame esos clavos clavados,
esa corona, ese grito,
ese puñal, ese escrito
y esa cruz para loarte,
para urgirte y consolarte,
Oh Virgen de los Dolores,
para ir sembrando de flores
tu viacrucis parte a parte. Amén.

SALMODIA

Ant. 1
. Mi alma está unida a ti, Señor Jesús.

SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS


¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote.  Me saciaré de manjares exquisitos, y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Mi alma está unida a ti, Señor Jesús.

Ant. 2. Estemos alegres cuando compartimos los padecimientos de Cristo.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. Estemos alegres cuando compartimos los padecimientos de Cristo.

Ant. 3. Dios quiso reconciliar consigo todas las cosas por la sangre de Cristo.

Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,  resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones, sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles.



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Dios quiso reconciliar consigo todas las cosas por la sangre de Cristo.

LECTURA BREVE Col 1, 24-25

 
Ahora me alegro de los padecimientos que he sufrido por vosotros, y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal. Pues he sido constituido ministro de la Iglesia conforme a la misión que él me ha confiado respecto de vosotros: dar cumplimiento a la palabra de Dios.

RESPONSORIO BREVE

 

V. Que por tu intervención, Virgen María, obtengamos la salvación.
R. Que por tu intervención, Virgen María, obtengamos la salvación.

V. De las llagas de Jesucristo.
R. Obtengamos la salvación.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Que por tu intervención, Virgen María, obtengamos la salvación.

CÁNTICO EVANGÉLICO

 
Ant. Alégrate, Madre dolorosa, porque, después de tanto sufrir, te ves ahora rodeada de gloria y colocada, como reina del universo, al lado de tu Hijo.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
 
Suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamará Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Alégrate, Madre dolorosa, porque, después de tanto sufrir, te ves ahora rodeada de gloria y colocada, como reina del universo, al lado de tu Hijo.

PRECES


Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:

  • Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
  • Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente,  haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
  • Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada,  líbranos de toda ocasión de pecado.
  • Salvador del mundo, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz,  por su intercesión concédenos compartir con alegría tus padecimientos.
  • Señor Jesús, que colgado en la cruz entregaste María a Juan como madre,  haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Según el mandato del Señor, digamos confiadamente:

Padre nuestro...

ORACIÓN


Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu Hijo estuviera a su lado junto a la cruz, participando en sus sufrimientos, concede a tu Iglesia que, asociada con María a la pasión de Cristo, merezca también participar en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
Oración de la tarde



V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: ¡VIRGEN DE VÍRGENES SANTAS!

¡Virgen de vírgenes santas!,
llore yo con ansias tantas
que el llanto dulce me sea;
porque su pasión y muerte
tenga en mi alma de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria. Amén.

SALMODIA



Ant. 1. Cristo es nuestra paz, y por la sangre de su cruz nos reconcilió con Dios.

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN

 
¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta.  Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros, voy a decir:. «La paz contigo.»  Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Cristo es nuestra paz, y por la sangre de su cruz nos reconcilió con Dios.

Ant. 2. Acerquémonos a la ciudad del Dios vivo y a Jesús, mediador de la nueva alianza.

Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

 
Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, los que coméis el pan de vuestros sudores:  ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos; una recompensa es el fruto de las entrañas:  son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Acerquémonos a la ciudad del Dios vivo y a Jesús, mediador de la nueva alianza.

Ant. 3. Por Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención.

EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Por Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención.

LECTURA BREVE 2Tm 2, 10-12a


Todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que está en la incorporación a Cristo Jesús y la gloria eterna. Verdadera es la sentencia que dice: Si hemos muerto con él, viviremos también con él. Si tenemos constancia en el sufrir, reinaremos también con él.

RESPONSORIO BREVE


V. Junto a la cruz del Señor, estaba santa María, la reina del cielo y señora del mundo.
R. Junto a la cruz del Señor, estaba santa María, la reina del cielo y señora del mundo.

V. Feliz ella, que, sin morir, mereció la palma del martirio.
R. La reina del cielo y señora del mundo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Junto a la cruz del Señor, estaba santa María, la reina del cielo y señora del mundo.

CÁNTICO EVANGÉLICO


Ant. Viendo a su madre y al discípulo predilecto junto a ella, dijo Jesús a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.»

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55



Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Viendo a su madre y al discípulo predilecto junto a ella, dijo Jesús a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.»

PRECES

 
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:

  • Mira a la llena de gracia y escúchanos.
  • Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.
  • Tú que nos diste a María por Madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores,  y a todos abundancia de salud y de paz.
  • Tú qué hiciste de María la llena de gracia,  concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.
  • Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,   y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
  • Tú que coronaste a María como reina del cielo,  haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.
Confiando en el Señor que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento:

Padre nuestro...

ORACIÓN


Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu Hijo estuviera a su lado junto a la cruz, participando en sus sufrimientos, concede a tu Iglesia que, asociada con María a la pasión de Cristo, merezca también participar en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

 
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)


INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

EXAMEN DE CONCIENCIA


Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE

Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.

SALMODIA

Ant
. Mi carne descansa serena.



Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»  Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen.
Multiplican las estatuas  de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Mi carne descansa serena.

LECTURA BREVE 1Ts 5, 23 


Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

 
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32



Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
Amén

BENDICIÓN



V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos , gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.


¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!



miércoles, 14 de septiembre de 2011

SANTA HELENA DE CONSTANTINOPLA


Año 330

Quien honra a su madre, es como
quien encuentra un tesoro. (Eclesiástico).

Santa ElenaHelena significa: "antorcha resplandeciente".

Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos, después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.

Nació ella en el año 270 en Bitinia (hacia el sur de Rusia, junto al Mar Negro). Era hija de un hotelero, y especialmente hermosa.

Y sucedió que llegó por esas tierras un general muy famoso del ejército romano, llamado Constancio Cloro y se enamoró de Elena y se casó con ella. De su matrimonio nació un niño llamado Constantino que se iba a hacer célebre en la historia por ser el que concedió la libertad a los cristianos.

Cuando ya llevaban un buen tiempo de matrimonio sucedió que el emperador de Roma, Maximiliano, ofreció a Constancio Cloro nombrarlo su más cercano colaborador, pero con la condición de que repudiara a su esposa Elena y se casara con la hija de Maximiliano. Constancio, con tal de obtener tan alto puesto repudió a Elena. Y así ella tuvo que estar durante 14 años abandonada y echada a un lado. Pero esto mismo la llevó a practicar una vida de santidad.

Pero al morir Constancio Cloro, fue proclamado emperador por el ejército el hijo de Elena, Constantino, y después de una fulgurante victoria obtenida contra los enemigos en el puente Milvio en Roma (antes de la cual se cuenta que Constantino vio en sueños que Cristo le mostraba una cruz y le decía: "Con este signo vencerás"), el nuevo emperador decretó que la religión católica tendría en adelante plena libertad (año 313) y con este decreto terminaron tres siglos de crueles y sangrientas persecuciones que los emperadores romanos habían hecho contra la Iglesia de Cristo.


Constantino amaba inmensamente a su madre Elena y la nombró Augusta o emperatriz, y mandó hacer monedas con la figura de ella, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.

Elena, que se había convertido al cristianismo, se fue a Jerusalén, y allá, con los obreros, que su hijo, el emperador, le proporcionó, se dedicó a excavar en el sitio donde había estado el monte Calvario y allá encontró la cruz en la cual habían crucificado a Jesucristo (por eso la pintan con una cruz en la mano).

Dice San Ambrosio que Santa Elena aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Que era supremamente piadosa y pasaba muchas horas en el templo rezando.

En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.

Gastó su vida en hacer obras buenas por la religión y los pobres, y ahora reina en el cielo y ruega por nosotros que todavía sufrimos en la tierra.

Santa Cruz 
La Invención o hallazgo de la Santa Cruz Año 326


Una canción religiosa dice: "Venid oh cristianos - la cruz veneremos - la cruz recordemos - de Cristo Jesús…
Tengamos siempre en nuestras casas la Santa Cruz. Un crucifijo que nos recuerde lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos. Y ojalá besemos de vez en cuando sus manos y sus pies. Así lo hacían siempre los santos.

No nos acostemos jamás ni nos levantemos ningún día sin hacer la señal de la cruz, bien hecha, despacio, desde la frente hasta el pecho y del hombro izquierdo hasta el derecho, y pronunciando los tres Santísimos nombres del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esto trae bendición y muchos favores celestiales, y aleja al demonio y libra de muchos males y peligros.

Jesús en la Cruz
Oracion

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
 
Historia
 
Con este signo vencerás:

Cuenta el historiador Eusebio de Cesarea que el general Constantino, hijo de Santa Elena, era pagano pero respetaba a los cristianos. Y que teniendo que presentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio, jefe de Roma, el año 311, la noche anterior a la batalla tuvo un sueño en el cual vio una cruz luminosa en los aires y oyó una voz que le decía: "Con este signo vencerás", y que al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y que exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena". Y la victoria fue total, y Constantino llegó a ser Emperador y decretó la libertad para los cristianos, que por tres siglos venían siendo muy perseguidos por los gobernantes paganos.

Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, San Cristótomo y San Ambrosio, cuentan que Santa Elena, la madre del emperador, pidió permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual murió Nuestro Señor. Y que después de muchas y muy profundas excavaciones encontró tres cruces. Y como no sabían cómo distinguir la cruz de Jesús de las otras dos, llevaron una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes. Pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud. Y entonces Santa Elena, y el obispo de Jerusalén, Macario, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Y que por el camino se encontraron con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar y que acercaron la Santa Cruz al muerto y éste resucitó.

Por muchos siglos se ha celebrado en Jerusalén y en muchísimos sitios del mundo entero, la fiesta de la Invención o hallazgo de la Santa Cruz el día 3 de Mayo.
 

ORACIÓN I

Amabilísimo Redentor de mi alma, Jesús de mi corazón, que desde el cielo bajaste a la tierra, a buscar y hallar la santísima Cruz en que padeciste tantas y tantas penas, para que por ellas gozáramos eterna gloria; te ruego por los misterios altísimos de tu Santísima Cruz y por la preciosísima sangre que por mí en ella derramaste, me concedas todos los bienes que produjo aquel árbol de vida, para el bien, provecho y remedio de nuestras almas y por este medio pueda merecer, como te lo ruego, por todos los misterios de la Santa Cruz, vivir sin ofenderte y morir en tu gracia, para ir a gozar al cielo los frutos de tu Santísima Cruz.

¡Oh mi Dios, mi Salvador y Glorificador!, pues fuiste tan liberal y bienhechor en aquel madero santo, que derramaste toda tu preciosa sangre para mi remedio, derrama sobre mi alma, a la hora de mi muerte, una gota para que muera en tu gracia y asistiéndome entonces nuestra protectora y abogada Santa Elena, con su intercesión, nos alcances lo que te pedimos en esta oración, y fuere más conveniente a tu mayor honra, gloria y provecho de nuestras almas, con cuyo patrocinio esperamos buscar con fervor y hallar con provecho la hora de nuestra muerte, los frutos preciosos con que nos convida tu Cruz, para morir en tu gracia y gozarte siempre en la bienaventuranza. Amén.

ORACIÓN II

Santa Elena, tú que al abrir tu mente y corazón a la luz del Evangelio y al encontrar el madero de la Cruz te convertiste en modelo de todas las virtudes cristianas, ayúdanos a romper las ataduras del pecado y volver a los brazos de Dios nuestro Padre. Tú hallaste el tesoro que nos habla el Evangelio, pues hallaste la Cruz de Cristo. Haz que también nosotros hallemos ese tesoro: CRISTO VIVIENTE EN NOSOTROS.

Que El nos llene de paz, de justicia y de amor, en medio de nuestras tribulaciones y que un día nos encontremos todos en el Reino de los Cielos. Amén.

Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.

ORACIÓN III

Gloriosa Santa Elena, admiramos tu vida excelsa.

Dios quiso que naciera de ti aquel gran hombre que llevó al imperio romano la fe de Cristo y que un día hallaras la madera grandiosa de la Cruz en que murió Jesús.

Obtennos de Jesús fortaleza en nuestra fe y un amor grande a la Cruz.

Que ninguna contradicción nos aparte de Jesus.  Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 




viernes, 9 de septiembre de 2011

EL LADRON DE CORAZONES

UNA HISTORIA PARA DESCUBRIR EL CORAZON DE MARIA
Texto: José Luis Pérez Castañeda ss.cc. 
Dibujos: Lidia Rico Cano
 

I. Tres mujeres artistas
 
Mariano reanudó el trimestre con muchas ganas de sacar adelante las asignaturas, especialmente las que requerían de él cierta creatividad. Sí, una de ellas era la de manualidades. Su madre, que había estudiado Bellas Artes, se había empeñado en que se apuntara como refuerzo a la actividad extraescolar de Talleres Manuales. Con un poco de mala cara, el pequeño Nano, que así le llamaban sus amigos, se sentó en su silla y esperó a la profesora. 

Ella entró y habló con un tono bastante tosco:
- Chicos y chicas, para la semana que viene haremos una prueba de dibujo artístico sobre un tema... un tema arquitectónico –dijo entre dudas, como si la idea de hacer el trabajo se le hubiera ocurrido al abrir la boca-. 

- Señorita, dijo una niña levantando la mano, que luego descubrió nuestro chico que se llamaba Dori. Era una chavala muy popular entre sus compañeras. Sacaba las mejores notas, sobre todo en Religión. El año pasado hicimos el dibujo artístico sobre ese tema ¿no podríamos, esta vez, hacerlo sobre un tema religioso? 

Nano la miró con ojos espantados. ¡Un tema religioso! ¡Era mejor dibujar una casa que dibujar la Trinidad!

- Tienes razón Dori ¿y qué tema propones? – la interrogó-.
- Propongo que sea algo relacionado con... con... ¡ya lo tengo!... con María.

- Bueno, parece un tema bonito. Pero atención: todos los dibujos tratarán el tema del Corazón de María.
“Más difícil todavía”, pensó Nano en sus adentros. “¿Y que hago?”. Después de una explicación sobre cómo se podían usar los colores pasteles terminó la clase. De tanto hablar de pasteles a Nano, que era un goloso, se le antojó un dulce. Y mientras lo saboreaba se le iba ocurriendo alguna idea de lo que debía hacer a partir de ahora para tener alguna idea del Corazón de María. La primera y la única ocurrencia fue recurrir a su madre. 

 

II. Un encuentro inesperado
 
- Creo que lo mejor que puedes hacer es ir al museo de arte sacro de la Parroquia del Divino Amor. Allí hay imágenes de las que te piden en clase. Quizás se te ocurran ideas.
Sin perder el tiempo, Nano cogió un bloc de notas y se fue al museo parroquial. Paseó y paseó por sus pasillos pero allí no había nada más que santos vestidos de mala manera (1) y señores con sombreros picudos que llevaban en las manos unas iglesias inmensas (2). 

Al fondo del pasillo encontró una puerta donde ponía “Privado. Biblioteca del museo”. Nano dudó en entrar unos momentos. Pero si, por un lado, su conciencia le decía que no debía entrar, por otro lado, se imaginaba el suspenso en manualidades que le sobrevenía encima. Después de muchas luchas consigo mismo no entró. Pero en ese momento se abrió la puerta de la Biblioteca y, de tan deprisa que iba, se tropezó con él una niña. 

Cuando se vieron las caras no podían creérselo:
-Tú eres Dori –dijo Nano-.
-Tú eres Nanín -dijo Dori-.
- Pero ¡qué dices!, me llamo Mariano y me dicen Nano, no Nanín.

No salían de su asombro al verse allí los dos de purita casualidad. Aunque Nano, la verdad, se puso colorado por encontrarla y por haberle llamado Nanín. Dori le contó que su tío trabajaba en la biblioteca del museo y que su abuela Matilde le había recomendado venir a este laberinto de libros para buscar información sobre el Corazón de María. 

- Eso fue lo que me dijo mi madre, que viniera al museo a echar un vistazo.
- Tu madre entiende, chaval, como mi abuela. Ven y verás la de cosas que he encontrado sobre el Corazón de María. 

Nano la acompañó al oscuro lugar de la Biblioteca. Toda la gran sala olía a una mezcla de humedad antigua y a libros recién llegados de la imprenta. En el silencio se escuchaba por sus paredes las voces de historias de piratas y conquistadores, los ecos de crónicas de comerciantes árabes de especias, las firmas de contratos de trabajo para construir catedrales, los susurros de poesías de amor para damas que ya no existían... Mariano creyó por unos momentos que allí se daban cita todos los esfuerzos de la humanidad para que él, Mariano, aprendiera a vivir la vida con una intensidad que a cualquiera dejaría exhausto. Dori le enseñó la sección del s. XIX. Nano se enteró de que muchas Congregaciones religiosas nacidas en ese siglo tenían devoción al Corazón de María. Entre ellas una que le era muy conocida: la Congregación de los Sagrados Corazones. 

- Claro, el Corazón de Jesús...¡y el Corazón de María!
- ¡Muy bien Nano! – dijo Dori, que hasta ese momento no se había dado cuenta de que los Sagrados Corazones eran de Jesús y de María-. Ahora te llevaré al almacén del museo. 

Ante los ojos de Nano fueron apareciendo numerosas ilustraciones, cuadros, grabados y bordados del siglo XIX. Muchas veces encontraban dos corazones unidos: el de Jesús, que se representaba con una cruz; y el de María, con una llama. Nano se fue del museo con las ideas más aclaradas y por primera vez creyó que el aprobado en manualidades estaba un poco más cerca. Dori le invitó a un dulce y después le llevó a dar un paseo hasta la altura de Santa Sofía. 


III. Los acertijos del P. Julián
 
Llamaron a la puerta varias veces y con fuerza, pero allí no abría nadie. Volvieron al día siguiente y tampoco. 

Al tercer día insistieron, pero nada. Cuando ya estaban para irse, desde una casa pegada a esta puerta un hombre les preguntaba:
- ¿Qué queréis pequeños? Para apuntarse a las catequesis hay que entrar por la otra puerta. Si golpeáis la puerta de la iglesia nadie os va abrir.
Nano y Dori se pusieron colorados. La verdad es que aquel señor tenía razón. Se acercaron a la puerta y los recibió con una sonrisa, mejor dicho, una carcajada contenida. 

- Padre, queremos ver la iglesia porque nos hemos enterado que se llama Parroquia del Corazón de María y que usted es de la Congregación de los Sagrados Corazones.

- Efectivamente así se llama la Parroquia y yo soy un religioso de los Sagrados Corazones- les dijo el Padre Julián-.

Les enseñó toda la iglesia y una escultura de María bastante peculiar. La Virgen tenía las manos levantadas hacia arriba, como si estuviera rezando o dándole algo a Dios, y tenía el pelo suelto, como movido por un viento suave. El P. Julián les explicó que era el soplo del Espíritu Santo (3) . En su vestido estaba escrita cientos de veces la palabra “Hinneni”. Ya sabían lo que significaba porque lo habían dado en Religión. Pero lo más curioso de la figura era que en lugar de Corazón tenía un gran agujero. 

- ¿Dónde tiene el corazón? ¿Esta no es la estatua del Corazón de María? Nano se sentía un poco decepcionado porque precisamente era lo que venían buscando.

- ¿Lo han robado?- dijo Dori, cuya imaginación competía con su habilidad para enredar en aventuras al primero que cogiese.
- Sí, Nano, esta es la estatua del Corazón de María. Y le han robado el Corazón. – confirmó el P. Julián, que por ahora no les daba la solución, tan aficionado era a no dar la respuesta a la primera-.
- ¿Se lo han robado? ¡Qué mala suerte! –lamentó Dori.
- Pero yo conozco muy bien al ladrón, muy pero que muy bien – insinuó el P. Julián misterioso-.
- ¿Quién? ¿quién? –gritaron los pequeños a una-. 

El P. Julián se limitó a señalar una cajita que había en una capilla lateral de la iglesia, con una luz encendida. El sagrario arremolinaba en torno a él a unas cuantas personas en un silencio atrayente. Dori sonrió: había descubierto el enigma. Mariano se quedó como si nada. 

- ¡Dori! –Nano se había dado cuenta de que Dori ya tenía la respuesta y no paraba de mover brazos y cabeza para sacarle la respuesta- vamos, Dori. No aguanto más- y es que Dori expresaba una alegría honda que le nacía del corazón y no podía salir de su estado. 

Dori le explicó detalle por detalle (4). Nano quedó satisfecho. Los dos permanecieron un buen rato mirando el agujero del Corazón de María, como si se encerrara en él toda la verdad del mundo. Después repasaron su cabello ondeante, su vestido escrito y, por último, sus manos alzadas. “Hinneni”, se decía cada uno en su interior. 

IV. Sobresaliente en entrega
 
Llegó el día tan temido para Nano. La profesora entraría en clase y diría las notas del trabajo de manualidades. Entró, cerró la puerta y miró especialmente a Nano, que se había cambiado de lugar para estar con Dori. Empezó a nombrar a cada uno y llegó el turno de Nano:
- Mariano Cárdenas del Pozo: Sobresaliente.
- ¡No me lo puedo creer! – Nano no pudo contener sus palabras-.
- El trabajo no es muy original pero está bien hecho. Además me he enterado de que le has puesto mucho cariño – dijo la profesora, sin saber Nano cómo había descubierto que verdaderamente le había puesto cariño, y mucho-. 

Nano se quedó durante toda la clase meditando ese sobresaliente, ajeno a las explicaciones de la profesora. 

Esa nota era la suma de muchas sobresalientes: el sobresaliente en constancia de su madre, el sobresaliente en compañerismo de Dori, el sobresaliente del P. Julián en atenciones. Pero sobre todo a Nano se le quedó en el corazón un sobresaliente muy singular: el sobresaliente en entrega de María, un Corazón disponible como la copa de un pino. 

- Enhorabuena, Nanín -le felicitó Dori entre risas-.
- Gracias, Dori, sin ti no lo hubiera conseguido. 

Esa tarde fue Nano el que invitó a Dori a comer dulces y después la llevó de paseo hasta la altura de Santa Sofía. 

Para la reflexión personal y la puesta en común:
1. ¿Qué es lo que más te ha gustado de esta historia?
2. ¿Cómo se representan el Corazón de Jesús y el Corazón de María?
3. ¿Qué significa “hinneni”?
4. ¿Por qué María tiene un agujero en el corazón?
5. ¿Quién es el “ladrón de corazones”?
6. ¿Cómo podemos vivir nosotros hoy con una entrega como la de María?

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(1) Nano no estaba enterado que tenían esa pinta extravagante porque lo habían abandonado todo por seguir a Jesús.
(2) Estos señores son fundadores de Iglesias y obispos. Sus sombreros se llaman “mitra” y la iglesias que sostienen son sus respectivas catedrales.
(3) Mira el comienzo del evangelio de Lucas y allí te contará más cosas sobre la amistad de María y el Espíritu Santo.
(4) Para los que se han quedado como Nano, que vayan a la página web de la Congregación (www.sscc-andalucia.org) y se lean las primeras aventuras de Dori. Allí descubrirán los detalles a los que se refiere la historia.

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