viernes, 22 de junio de 2018

ORACIÓN 220618


“ENSÉÑAME EL ARTE DE LOS PEQUEÑOS PASOS”
Oración de “El Principito”
Le pide a Dios un regalo raramente invocado: la sencillez y la fidelidad tranquila.
Antoine de Saint-Exupéry, autor del famosísimo “El Principito” y gran aviador que se alistó en la marina francesa durante la Segunda Guerra Mundial, en un período particular de su vida, escribió esta bella oración al Señor para pedirle un regalo raramente invocado: aquel de la sencillez y de la fidelidad tranquila y serena en las pequeñas decisiones de cada día.

No pido milagros y visiones, Señor, pido la fuerza para la vida diaria. Enséñame el arte de los pequeños pasos.

Hazme hábil y creativo para notar a tiempo, en la multiplicidad y variedad de lo cotidiano, los conocimientos y experiencias que me atañen personalmente.

Ayúdame a distribuir correctamente mí tiempo: dame la capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario.

Te pido fuerza, auto-control y equilibrio para no dejarme llevar por la vida y organizar sabiamente el curso del día.

Ayúdame a hacer cada cosa de mi presente lo mejor posible, y a reconocer que esta hora es la más importante.

Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir bien. Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades, las derrotas y los fracasos son oportunidades en la vida para crecer y madurar.

Envíame en el momento justo a alguien que tenga el valor de decirme la verdad con amor.

Haz de mí un ser humano que se sienta unido a los que sufren. Permíteme entregarles en el momento preciso un instante de bondad, con o sin palabras.

No me des lo que yo pido, sino lo que necesito. En tus manos me entrego.

¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!

 Amén

DIOS CONTIGO




LA CARTA ROBADA

LA CARTA DE COLÓN ROBADA AL VATICANO
La embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede, Calista Gingrich, hizo entrega al Vaticano de un documento de gran valor histórico tras un rocambolesco recorrido. 
Fuente: Rome Reports




DIOS CONTIGO

MARCANDO EL NORTE

EL PADRE NUESTRO: SIGNIFICADO DE CADA PARTE
Beatriz Ozores Rey, licenciada en Ciencias Religiosas, explica en Marcando el Norte (HM Televisión) el significado de todas las peticiones incluidas en la oración que el mismo Jesucristo nos enseñó. Pincha aquí para ver los capítulos anteriores de esta serie.



DIOS CONTIGO

jueves, 21 de junio de 2018

ORACIÓN 210618

POR LA SALUD

“Yo, (se dice el nombre de la persona),
 ruego a Dios Padre Todopoderoso, al
 Espíritu Santo y a la Divina Providencia que
 cualquier energía negativa desaparezca de mi vida,
 y me empiece a encontrar bien de salud, 
de energía y de vitalidad.
 
 Que el amor, el trabajo y el bienestar me acompañen
 durante el resto de mis días.

 Así lo afirmo y lo espero, por el poder de  Dios Padre.
 Amén

Señor, en tus manos dejo cada una de mis obras del día de hoy, por favor guía mis acciones y ayúdame a alcanzar mis propósitos, aleja al enemigo mal intencionado de mi vida y permíteme avanzar por caminos de alegría y bendición.

Mi vida y mis más grandes anhelos están bajo tu cuidado, porque confío en ti, confío en tus promesas y porque sé que Tú has de cumplir tu palabra en mi vida, Amén

DIOS CONTIGO 



 

EL CUENTO DE HOY 210618


'EL ELEFANTE QUE PERDIÓ EL OJO'
“El de genio pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado.” Prov. 14,17
Dios es tardo para la ira y produce en nosotros paciencia.

Un elefante se encontraba al borde de un arroyo. El agua pasaba, clara y cristalina.


Tuvo deseos de beber. ¡Se inclinó sobre el agua, empapó su trompa y…puf!


“¡Qué! ¿Qué?...pero es lo que…AAAaaaaarrrrrggggghhh ¡perdí mi ojo!”, gritó el elefante lleno de pánico. Efectivamente, su ojo derecho se había caído al fondo del arroyo.


El mastodonte pretendió encontrar su precioso globo. Pero no veía casi nada con el ojo que le quedaba. Entonces, impaciente, agitó su trompa, en todos los sentidos pretendiendo alcanzar su ojo con la trompa en el fondo del arroyo pero removiendo tanto el sedimento que el agua se enturbió.


Cuanto más agitaba la trompa más se movía la arena del fondo, haciendo mucho más difícil encontrar el ojo. Repentinamente, el elefante se puso a gritar a todo pulmón.


 Furioso levantó la cabeza y vio, sobre una roca al borde del agua una pequeña rana verde que viendo al elefante se reía, y reía…


“¿Qué encuentras divertido - le dijo el elefante con rabia a la rana? ¡Perdí mi ojo y ¿eso te hace reír?!”


La rana respondió: “Lo que es divertido, es ver lo que haces; ¡Calma, todo irá mejor! La rabia y la desesperación no te ayudaran.”


El elefante, un poco avergonzado, siguió el consejo de la rana.  Se calmó y dejó de agitar la trompa.


El agua se volvió a calmar y poco a poco la arena volvió a caer sobre el fondo. Entonces, elefante vio su ojo, intacto, lo agarró con la trompa, y se lo volvió a poner en su sitio sin olvidar agradecerle a la rana verde su sabio consejo.


A menudo hacemos más difíciles los problemas y dificultades de la vida con la rabia y la desesperación. Podemos reaccionar o actuar, pero no ambas a la vez. Cuando reaccionamos nuestra adrenalina aumenta, bombeamos más sangre al cerebro y en cuestión de segundo nos pensamos cuerdamente. Pero, si respiramos por un momento, tomamos un poco de distancia para calmarnos, no seremos presa de la desesperación o la rabia, podremos actuar con cordura.


Tu actitud y la mía pueden hacer más fácil y grata la solución de las dificultades que cumplen un propósito: ayudarte a madurar. Aun si la situación es de vida o muerte, piensa en esto quienes se preparan para servir en emergencias o seguridad ciudadana, se entrenan diariamente, para actuar prontamente y sin dejar que sus emociones nublen su juicio. Las dificultades son un campo permanente de entrenamiento para crecer, para aprender a actuar.


Además si todo lo que te pasa lo recibes como una oportunidad, con alegría, tendrás más ayuda y con la serenidad tendrás una visión más clara de tus posibilidades y tus recursos. La ira resulta de la impaciencia y si no se aprende a dominarla crea tempestades y solo mayores dificultades.

 DIOS CONTIGO






domingo, 17 de junio de 2018

LA SEMILLA QUE CRECE 170618

¿CON QUÉ PODEMOS COMPARAR EL REINO DE DIOS?
Mc. 4,26-34
Así es el Evangelio. Lo siembra Jesús. Sin prisas, deja que pasen siglos y milenios. Irá creciendo en la tierra sin que nadie se dé cuenta de sus avances. Al final de los tiempos, cuando se haya completado el número de los elegidos, volverá el Señor a recoger la abundante cosecha.



DIOS CONTIGO

PPT 170618

11° DOMINGO T.O -B- 170618
Hoy nos encontramos con unas lecturas la mar de campestres. Ya sabemos que Jesús enseñaba en parábolas y para que lo entendieran, les hablaba de lo que veían a diario: árboles, semillas, campos, vides, plantas, pájaros... Posiblemente, si nos hablara hoy, usaría el lenguaje de las redes sociales e Internet, se dejaría fotografiar y mandaría mensajes vía WhatsApp. Pero, por ahora, nos lo podemos imaginar enseñando a quienes lo seguían a golpe de parábola agrícola o pastoril. Lo que sabemos seguro es que quería que lo entendieran y por eso, hablaba a la gente con su propio lenguaje. Y nosotras, las personas creyentes de hoy, ¿nos hacemos entender?
©O.P.R.

DIOS CONTIGO





viernes, 15 de junio de 2018

CUENTO 150618




LA CUARTA RANA
R.delC

Cuatro ranas estaban sentadas en un tronco que flotaba en la orilla del río. Súbitamente, el tronco fue sorprendido por la corriente y se deslizó lentamente río abajo. Las ranas quedaron embelesadas y asombradas pues nunca habían antes navegado. Finalmente, la primera rana habló y dijo: éste es sin duda alguna, un tronco maravilloso. Se mueve cual si estuviera vivo. 

Jamás conocí un tronco así. Entonces la segunda rana habló y dijo: no mi amiga, este tronco es como todos los troncos y no se mueve. Es el río que está caminando hacia el mar y lleva consigo el tronco y a nosotros. Y la tercera rana habló y dijo: no es el tronco ni el río que se mueven. El movimiento está en nuestro pensamiento. Pues sin pensamiento nada se mueve. Y las tres comenzaron a discutir sobre qué era lo que se estaba realmente moviendo. El altercado se fue haciendo cada vez más acalorado, mas no llegaron a ningún entendimiento.

Entonces se volvieron hacia la cuarta rana que hasta aquel momento había estado en silencio, escuchando atentamente, y le pidieron su opinión. Y la cuarta rana dijo: cada una de vosotras tiene razón y ninguna está errada. El movimiento está en el tronco y en el agua y también en nuestro pensamiento. Y las tres ranas quedaron muy enfadadas pues ninguna quería admitir que su verdad no era la verdad total, y que las otras dos no estuvieran totalmente erradas.

Entonces ocurrió una cosa extraña: las tres ranas se unieron y arrojaron al río a la cuarta rana.

Esta historia me hizo reflexionar sobre algunas experiencias de vida que muchos hemos tenido: cuantas veces hemos visto gente que se pelea, discute, y se rechaza mutuamente, y de modo cotidiano, para fastidio de quienes los rodean. Sin embargo, de repente, estas personas descubren un enemigo en común, y súbitamente nace una amistad y unión entre ellas que sorprende a los demás: ¡por fin se amigaron!. Sin embargo, algo llama nuestra atención, pues esa unión gira alrededor de la crítica o el ataque hacia alguien o algo en particular. ¡Se han unido porque descubrieron un enemigo en común, alguien o algo que detestan de modo compartido!. Por supuesto que ésta “unión” no dura mucho tiempo, porque no está propiciada por Dios, sino por el odio y el ánimo de descalificar o dividir (y ya sabemos quien propicia estos sentimientos…). En cuanto estas personas, “unidas bajo esta nueva causa”, terminan con el enemigo común, de inmediato vuelven a pelearse entre ellas, como era antes. Es que toda unión debe darse bajo el signo del amor, no con ánimo de dividir, descalificar, o peor aún de ganar una discusión o un lugar por vanidad.

Esta es, en el fondo, una lección de amor. ¿Acaso los enemigos de Jesús, Romanos y Sanedrín, no se odiaban a muerte pero se unieron en contra de Él, hasta darle muerte de Cruz?. Curiosamente, los Romanos destruyeron Jerusalén (y mataron a muchos integrantes del Sanedrín) en el año 70, tal cual lo había profetizado Jesús. Toda una lección: si no hay amor, la unión no sirve, no dura, y se derrumba como ocurre tarde o temprano con todo lo que no es de Dios, sino de los hombres. Es como las alianzas y acuerdos de los políticos que vemos en nuestros días…

Ya lo dijo el Señor, que Él es signo de división: cuando las personas no estamos unidas bajo el signo de Dios, Su Palabra resulta en escándalo, controversia, como dicen los Evangelios, porque saca a la luz y expone las oscuras intenciones contrarias al amor (y usualmente esto no resulta de agrado a los hombres). Nos puede resultar duro este mensaje, pero así son las cosas de Dios cuando nos muestran nuestros errores…aunque nos duela. Eso también es amor: el amor de Dios que nos reprende como un Padre Bueno hace con sus hijos, para formarlos bien, y corregirlos.

Volviendo al cuento de nuestra pobre cuarta rana: ¿cuantas veces nos tiraron del tronco, y cuantas veces empujamos a otros del tronco también?

 DIOS CONTIGO

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