Lectio Divina. Domingo 1o. de Adviento
Adviento. Oración con el Evangelio. Ciclo A.
Autor: P. Martín Irure
Mt 24, 37 - 44
1. INVOCA
Ven, Espíritu Santo,
te abro la puerta,
entra en la celda pequeña
de mi propio corazón,
llena de luz y de fuego mis entrañas,
como un rayo láser opérame
de cataratas,
quema la escoria de mis ojos
te abro la puerta,
entra en la celda pequeña
de mi propio corazón,
llena de luz y de fuego mis entrañas,
como un rayo láser opérame
de cataratas,
quema la escoria de mis ojos
que no me deja ver tu luz.
Ven. Jesús prometió
que no nos dejaría huérfanos.
No me dejes solo en esta aventura,
por este sendero.
Quiero que tú seas mi guía y mi aliento,
mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz.
Te necesito en mi noche
como una gran tea luminosa y ardiente
que me ayude a escudriñar las Escrituras.
Tú que eres viento,
sopla el rescoldo y enciende el fuego.
Que arda la lumbre sin llamas ni calor.
Tengo la vida acostumbrada y aburrida.
Tengo las respuestas rutinarias,
mecánicas, aprendidas.
Tú que eres viento,
enciende la llama que engendra la luz.
Tú que eres viento, empuja mi barquilla
en esta aventura apasionante
de leer tu Palabra,
de encontrar a Dios en la Palabra,
de encontrarme a mí mismo
en la lectura.
Oxigena mi sangre
al ritmo de la Palabra
para que no me muera de aburrimiento.
Sopla fuerte, limpia el polvo,
llévate lejos todas las hojas secas
y todas las flores marchitas
de mi propio corazón.
Ven, Espíritu Santo,
acompáñame en esta aventura
y que se renueve la cara de mi vida
ante el espejo de tu Palabra.
Agua, fuego, viento, luz.
Ven, Espíritu Santo. Amén. (A. Somoza)
2. LEE LA PALABRA DE DIOS Mt 24, 36-44 (Qué dice la Palabra de Dios)que no nos dejaría huérfanos.
No me dejes solo en esta aventura,
por este sendero.
Quiero que tú seas mi guía y mi aliento,
mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz.
Te necesito en mi noche
como una gran tea luminosa y ardiente
que me ayude a escudriñar las Escrituras.
Tú que eres viento,
sopla el rescoldo y enciende el fuego.
Que arda la lumbre sin llamas ni calor.
Tengo la vida acostumbrada y aburrida.
Tengo las respuestas rutinarias,
mecánicas, aprendidas.
Tú que eres viento,
enciende la llama que engendra la luz.
Tú que eres viento, empuja mi barquilla
en esta aventura apasionante
de leer tu Palabra,
de encontrar a Dios en la Palabra,
de encontrarme a mí mismo
en la lectura.
Oxigena mi sangre
al ritmo de la Palabra
para que no me muera de aburrimiento.
Sopla fuerte, limpia el polvo,
llévate lejos todas las hojas secas
y todas las flores marchitas
de mi propio corazón.
Ven, Espíritu Santo,
acompáñame en esta aventura
y que se renueve la cara de mi vida
ante el espejo de tu Palabra.
Agua, fuego, viento, luz.
Ven, Espíritu Santo. Amén. (A. Somoza)
Contexto litúrgico
Contexto bíblico
- 1. Cómo y cuándo será la venida definitiva del Señor y del fin del mundo (24, 3-44).
- 2. Tres parábolas para indicar las actitudes de la espera ante el fin (24, 45-25, 30).
- 3. Descripción plástica del juicio final (25, 31-46).
Texto
1. Vivir atentos
2. Vivir en esperanza
3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
4. ORA (Qué le respondo al Señor)
Padre, quita de mi corazón todo temor por el final de mi vida, cuando me llegue la muerte. Desde niño estoy en tus manos. Ahora, nuevamente me abandono en Ti. Como tu Hijo Jesús. Como María, la Madre. Que no me ahoguen los temores ni ante el dolor ni ante mis pecados. Que viva con serenidad el tiempo de salvación que Tú me regalas.
5. CONTEMPLA
Al mismo Jesús que ahora camina contigo y que, al final, te dará el abrazo total.
6. ACTÚA
Con paz y serenidad, sabiendo que el Señor te acompaña en todos tus momentos.
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