MARIAMCONTIGO.-
Sólo soy un turista
Hace unos días, mientras me afeitaba delante de un espejo, me dí cuenta de que me habían salido las primeras canas en mi cabello moreno. Este hecho me hizo pensar en el versículo 10 del salmo 90, que dice así: "Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y nosotros nos vamos"
Me dí cuenta de que los años van pasando.
Un poco más tarde, salí a dar un paseo y por la calle vi pasar un vehículo diferente a los demás. La diferencia estaba en el portaequipajes, donde llevaba un adhesivo con una frase que me llamó la atención. Incluso más que llamarme la atención, reaccionó sonriendo y me ayudó a vivir el resto de mi vida esperando con tranquilidad el resto de las canas que le faltan a mi cabello. La frase del automóvil decía “Sólo soy un turista en la Tierra”.
Esta es una frase para aplicarla en nuestra vida. Esta frase nos da una pauta sobre cómo tiene que ser nuestra vida en la tierra.
¿Qué es lo que hace un turista? Viajar y conocer ciudades. ¿Qué es lo que lleva un turista cuando viaja? Sólo lleva lo necesario, y sobre todo lo principal: la cámara fotográfica, actualmente incluida en la mayoría de los teléfonos móviles. Un turista disfruta el viaje y aprovecha para tomar las mejores fotografías del lugar donde estuvo, para mostrarlas luego con orgullo a los familiares y amigos.
Así tiene que ser nuestra vida diaria. Si sólo somos turistas en la tierra, si sólo estamos de paso por este mundo, aprovechemos para vivir nuestra vida tomando las mejores fotografías. Preocupámonos de llevar al cielo las mejores imágenes de nuestra vida. Si somos turistas en la Tierra, saquemos y llevemos a la eternidad fotos de bondad y amabilidad, fotos de alegría, fotos de solidaridad con el prójimo. Si somos turistas en la Tierra, llevámonos a la eternidad sólo fotos de Fe, fotos de esperanza, fotos de amor y sobre todos fotos de buenas acciones y Santidad.
Como turistas espirituales, aprovechemos bien el tiempo que nos resta de vida. Nuestra plegaria diaria tendría que ser la del salmo 90,12: “Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría”. A esta oración podemos añadirle también lo siguiente: Enséñanos, Señor, a tomar excelentes fotografías de nuestra vida. Enséñanos, Señor, a llevar las mejores fotos a la eternidad. Amén...
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