martes, 29 de julio de 2014

ICONOGRAFÍA MARIANA 290714

SANTA MARÍA DE LOS MILAGROS DE MORBIO INFERIORE, SUIZA
Saint Mary de Miracles Morbio Inferiore, Suisse
La historia del santuario de Santa Maria de los Milagros se inicia el 29 de julio de 1594. Es un viernes y dos chicas de Milán, Caterina y Angela, respectivamente de diez y siete años, llegaron a la colina de Morbio, donde hubo un castillo. Son dos niñas pobres y enfermas, atormentadas por el demonio y fueron a Morbio para pedir la bendición de Don Gaspar de Barberini, el asistente del párroco que gozaba de carismas particulares. Pero Don Gaspar estaba ausente; había ido a Cernobbio para la fiesta de Santa Marta. A la fatiga del viaje y la tristeza de la enfermedad, se añadirá la amargura de la decepción. No les queda más que esperar. Ese día, un viernes, dos niñas de Milán, Caterina y Angela, van a rezar con sus madres y algunas mujeres Morbio, ante la imagen de la Virgen pintada en la pared en ruinas del castillo destruido. Las dos niñas llegan frente a la imagen sacra y suben una escalera. Y entonces ocurre el milagro. Aquellas dos pobres criaturas inocentes y simples recibe el milagro de Morbio: Nuestra Señora se aparece a las dos niñas y las cura.
L'histoire du sanctuaire de Santa Maria de los Milagros commence le 29 Juillet, 1594. C'est un vendredi et deux filles de Milan, Caterina et Angela, respectivement dix-sept ans est arrivé à la colline de Morbio, où il y avait un château . Il ya deux filles pauvres et malades, tourmentés par le diable et se rendit à Morbio à demander la bénédiction de Don Gaspar de Barberini, le pasteur assistant qui jouissait charismes particuliers. Mais Don Gaspar était absent; J'étais allé à Cernobbio pour la fête de Sainte-Marthe. Une fatigue de Voyage et de la tristesse de la maladie, l'amertume de la déception est ajouté. Ils n'attendent pas seulement. Ce jour-là, un vendredi, deux filles de Milan, Caterina et Angela vont prier avec leurs mères et des femmes Morbio, devant l'image de la Vierge peinte sur le mur du château en ruines détruites. Les deux filles se détachent l'image sacrée et grimper une échelle. Et puis le miracle se produit. Ces deux créatures innocentes et simples pauvres MORBIO reçoivent le miracle de Notre-Dame aux deux filles et le prêtre apparaît.

 


TE PREOCUPAS Y TE AGITAS 290714

«HACER POR HACER» 
Jn. 11,19-27
Este pasaje de san Juan nos muestra cómo se debe actuar ante la desilusión religiosa. Muchas veces, nosotros pensamos igual que Marta: “Si tú hubieras estado, mi esposo no habría perdido el trabajo, mi hijo estaría vivo, esta enfermedad no hubiera azotado a nuestra familia, etc.” Y en ese momento viene a nosotros la gran tristeza, la gran desilusión que muchas veces nos acompañará durante toda la vida, robándonos la felicidad, y alejándonos de Dios, y con ello, de la paz y del verdadero amor.
Marta nos muestra hoy que, el que las cosas no sean o hayan sido como “ella” esperaba, esto no significa que no vayan a ser como finalmente más conviene a los planes de Dios, que siempre son fuente de bendición y de paz para todos. Nuestro problema es que siempre esperamos que Dios haga las cosas como a “nosotros” nos parece que deberían ser hechas. Y Dios no siempre lo piensa así, pues él ve los corazones y el bienestar de todos, no sólo el nuestro. Finalmente, el plan de Dios, no es sanarnos, sino llevarnos a la vida eterna y para ello es necesario, como hoy lo vemos en Marta, hacer una confesión de fe en Jesús como Señor y Mesías.
Cuando ponemos nuestros planes y proyectos en Dios, todo se transforma en paz y serenidad. Sabemos que Dios nos ama, como amaba a esta familia y que si ha ocurrido así, no es porque no supiera de nuestras necesidades, sino porque así convenía a su proyecto, al proyecto de Dios para la salvación de todos lo hombres. Confía en él, realmente Jesús es el Mesías salvador.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro 



lunes, 28 de julio de 2014

MARAVILLAS ARQUITECTÓNICAS

CATEDRAL DE SAN BASILIO EN LA PLAZA ROJA DE MOSCÚ
Una de las joyas más representativas y llamativas de la historia y arquitectura rusa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la catedral fue consagrada solemnemente el 12 de julio de 1561 una vez terminada su construcción que duró cinco años.
La construcción de la catedral fue ordenada por el zar Iván el Terrible entre 1555 y 1561. En 1588 el zar Fiodor Ivanovich ordenó que se agregara una nueva capilla en el lado este de la construcción, sobre la tumba de San Basilio el Bendito, santo por el cual se empezó a llamar popularmente la catedral.
Ni las ambiciones de uno de los conquistadores más grandes de la historia ni tampoco los prejuicios de uno de los regímenes más sangrientos, la URSS, pudieron condenar al olvido esa parte del corazón de Moscú.
Google ha lanzado en todo el mundo el primer doodle de julio aprovechando la efeméride más importante del día. La Catedral de San Basilio cumple 450 años y el buscador más utilizado del planeta se lo recuerda a sus usuarios con un doodle en el que un dibujo de la Catedral sustituye a la letra L del logotipo de Google.
Fuente: Varias

 

 

 


SOMOS LO QUE PUBLICAMOS

FACEBOOK: Una meditación sobre el cielo, el infierno y el sacramento de la reconciliación
Interesante reflexión sobre Facebook y su relación con el cielo, infierno y la penitencia.  
Jorge Enrique Mújica 

Era el 4 de octubre de 2012 cuando Facebook llegó a la estratosférica cantidad de 1,000 millones de usuarios registrados. El hecho no pasó desapercibido y no era para menos: ninguna otra red social puede jactarse de haber logrado un alcance como ese: «Esta mañana hay más de mil millones de personas usando Facebook activamente cada mes», escribió Mark Zuckerberg en su propio perfil. Y continuaba: «Si estás leyendo esto: gracias por darme a mí y a mi pequeño equipo el honor de servirlos. Ayudar a mil millones de personas a conectarse es increíble, me llena de humildad y es por mucho el logro del que estoy más orgulloso en toda mi vida. Estoy comprometido a trabajar cada día para hacer que Facebook sea mejor para ti y, con esperanza, algún día también podremos conectar al resto del mundo también».

Contrastantemente, resultó menos conocido un dato que no es para infravalorarse: según un informe realizado en marzo de 2013 por el fundador de Entrusted, Nate Lustig, en Facebook habría 30 millones de muertos. Se trata de «perfiles» de personas que se habían registrado como usuarios y que en diferentes momentos y por razones diversas fallecieron, dejando un patrimonio digital en esa red social.

Quien se registra en una red social como Facebook lo hace, en la inmensa mayoría de los casos, para compartir con sus amigos la propia vida por medio de fotos, comentarios, videos, enlaces, etc. De ese modo el muro personal de Facebook se convierte en una línea del tiempo de la propia existencia: una especie de baúl de recuerdos en el que se van acumulando las experiencias.

En no pocas ocasiones las personas acuden a los muros de otras para conocer un poco acerca de ellas o para actualizarse sobre lo que esa otra persona ha hecho y compartido en fechas recientes o remotas. En el caso de los perfiles de las personas fallecidas, estos se convierten en una especie de «película digital» que permite repasar la vida de los difuntos.

¿Qué tiene que ver esto con el cielo y el infierno? La enseñanza católica sostiene que al momento de la muerte nos presentamos ante Dios para nuestro juicio particular. Ese juicio versa sobre la propia vida y el resultado final son dos opciones: el cielo o el infierno. Ciñéndonos a las cifras manejadas, podemos decir que 30 millones de ex usuarios de Facebook han presentado como materia de su examen personal de vida también los contenidos que libremente cargaron.

Siendo las redes sociales una realidad tan joven, los difuntos que las usaron son, por así decir, los que ahora están añadiendo a la materia de su propio juicio particular ante Dios aquellos buenos o malos contenidos colocados en su propio perfil personal. Que esto conduzca a un examen sobre aquello que los que todavía estamos en vida compartimos en Facebook no parece algo secundario para un católico que tenga la disponibilidad y convicción de querer vivir como tal (y la seguridad de que llegará el propio turno ante el tribunal de Dios). ¡Cuántas palabras superficiales, cuando no chismes, se dicen en las redes sociales; cuántos ataques disparados hay contra personas e instituciones en tantos muros de Facebook! Pensemos en aquellas fotografías donde se podría pensar en tantas cosas menos en que la persona que las comparte es un discípulo de Jesucristo. ¡Cuánta vanidad en ciertos materiales y cuánta envidia reflejada en otros!

Recordar todo aquello que desdice lo que afirmamos creer no es una ocasión para ir a borrarlo (acción por lo demás posible) sino para conducir nuestro pensamiento a otra realidad no menos importante de la enseñanza católica. Entre los sacramentos que Jesucristo instituyó se encuentra el de la penitencia. Por medio de la confesión y perdón de nuestros pecados -según la práctica de la Iglesia- quedamos limpios y en condiciones de seguir el camino hacia el cielo.

Por así decir, por el sacramento de la reconciliación Dios no sólo borra aquellos contenidos moralmente reprobables que pusimos en Facebook sino que además olvida voluntariamente el que los hubiéramos puesto.

A mediados de mayo de 2014 una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo falló a favor del derecho de los ciudadanos al así llamado «olvido digital». De esa manera webs como Google quedan obligadas a borrar todo rastro de datos de personas para que su derecho a la privacidad quede a salvo. En no pocos casos, las personas que apelan a este derecho lo hacen porque quieren desvincularse de una parte de sus vidas normalmente relacionadas con errores que les acarrearon desprestigio o el no querer quedar asociados a determinada manera de pensar que ya no es la suya. ¿No es maravilloso pensar que el primero que nos regala el don del olvido es Dios mismo cuando nos perdona en el sacramento que instituyó para ello? La sentencia europea es, por decirlo de alguna manera, algo que Dios ya hacía y no sólo en el ámbito digital.
 
Seguramente el tiempo que nos quede de vida no supondrá un muro de Facebook inmaculado. Pero tal vez sí podremos tener más presente que al final de nuestra vida también deberemos dar cuenta de lo que ahí hicimos o dejamos de hacer. O en otras palabras: en cada publicación vamos mereciendo el cielo... o el infierno.

En el contexto de sus primeros 10 años de existencia, en diciembre de 2013, Facebook regaló a sus usuarios la así llamada «Timeline Movie Maker»: la película de la propia vida que se podía conseguir con un simple «clic». Quizá será también lo que Dios querrá regalarnos para que junto a él miremos al final de nuestro paso por esta tierra y por Facebook. Que podamos disfrutarla y no sonrojarnos o apenarnos es algo que depende de nosotros pues, en definitiva, somos lo que publicamos.


«LA BESTIA MUNDANA MODERNA»


LA BESTIA ASTUTA
El hombre que ya ha entendido con su razón y su inteligencia esta verdad sobre su ser y sobre su dignidad, siendo capaz de respeto al otro por caridad con él, ya no vive para la gestión de su lujuria como la bestia astuta de Spaemann.
Esteban Rodríguez Martín

El filosofo alemán Robert Spaemann, en su ensayo "El rumor inmortal", define muy gráficamente el modelo antropológico del postmodernismo laicista de raíces nihilistas como el de la "bestia astuta". Se trata de la concepción del hombre como un simio especialmente evolucionado dotado de una singular inteligencia o astucia que lo diferencia de otros animales sin dejar de serlo. Dice Spaemann que este hombre moderno que “se tiene a sí mismo como una bestia astuta” ha renunciado a llegar al conocimiento de la verdad y ocupa la mayor parte de su tiempo en cómo gestionar su lujuria, en cómo satisfacer sus apetencias, deseos e intereses y en como estar en la mejores condiciones para lograrlo. "Para una tal bestia no puede darse nada parecido al conocimiento de Dios". "Ocupados solamente en gestionar la propia lujuria consideran loco a todo disidente que se tome algo en serio, como por ejemplo, la verdad”. Como hemos reflexionado en algunas ocasiones se trata de un hombre que negando la ley natural la ha sustituido por "la ley del deseo" que lo somete y eso lo ha alejado de Dios.

En los componentes de la sexualidad animal de las especies más evolucionadas como los mamíferos y las aves, la Zoología analiza tres parámetros instintivos determinantes para la perpetuación de la especie. Por un lado está el deseo, es decir la atracción sexual biológicamente natural. El animal se siente atraído hacia cualquier individuo del sexo opuesto de su especie. Por otro lado está el afecto, mediante el que se selecciona ritualmente uno de entre todos los individuos de sexo complementario, generalmente el mejor dotado de entre los disponibles, que se usará en función de unos intereses marcados por el instinto de conservación y de perpetuación. Y por último lo que se llama el vínculo de apego, que es el que predispone a mantenerse unido con el individuo concreto deseado por la atracción sexual y seleccionado por el afecto. Tal vínculo se mantiene en la mayoría de los animales durante el periodo de cría y desaparece cuando las crías son autónomas, momento en el que también desaparece el interés afectivo de un individuo por otro.

En el hombre estos tres componentes puramente animales también están presentes, es decir existe la atracción sexual hacia el sexo opuesto, la tendencia a seleccionar por los afectos y las emociones a un sólo individuo del otro sexo y a mantenerse unido con él a través del vínculo de apego. Sin embargo en la sexualidad humana interviene un factor diferencial con respecto a las bestias, en la sexualidad de los individuos más desarrollados y mejor adaptados interviene la caridad hacia el otro, es decir el amor. Se piensa en el otro no como en objeto para satisfacer los intereses propios sino con la preocupación y el celo por colmar sus aspiraciones.

Mediante esa caridad «el yo» toma conciencia de la dignidad propia y de la del «del otro» igual, de su valor, y ello lo mueve al respeto. Esa caridad hacia el otro implica la consideración de compañero con el que se comparte la vida, no de simple «pareja» con la que se cohabita temporalmente como los animales. El hombre, culmen de la evolución animal, que alcanza la plenitud de su desarrollo es aquel que se ha dado cuenta de que es un animal digno y que es eso lo que lo diferencia del resto. Ese respeto al que le mueve haber tomado conciencia de su dignidad y de la del otro semejante, a diferencia de las bestias, modula en el hombre plenamente desarrollado y emocionalmente maduro los instintos básicos: modula la atracción sexual, modula los afectos y modula el vínculo de apego. En el hombre el vínculo de apego se mantiene de por vida porque las crías humanas siguen necesitando de unos progenitores unidos por el resto de sus vidas aun cuando se hayan emancipado, cosa que no ocurre en los animales.

Por tanto, el hombre que ya ha entendido con su razón y su inteligencia esta verdad sobre su ser y sobre su dignidad, siendo capaz de respeto al otro por caridad con él, ya no vive para la gestión de su lujuria como la bestia astuta de Spaemann, sino que vive para encontrar la verdad y una vez encontrada actúa responsablemente conforme a sus exigencias. En esa verdad encuentra su libertad para actuar al margen de el determinismo del instinto animal, de apetencias egoístas, o de modas mundanas. En esa verdad de la caridad hacia el otro encuentra la razón para un noviazgo respetuoso, para un matrimonio indisoluble, para la apertura a la vida en cada acto conyugal, para acoger a cada uno de los hijos concebidos, para una vivencia de su sexualidad plenamente humana. En esa verdad encuentra la fuerza para resistir a modas, a tentaciones o imposturas ideológicas. En esa verdad se hace hombre y persona aprendiendo a vivir para darse al otro semejante y deja de ser sólo una bestia especialmente astuta en la que la astucia es usada para sacar provecho de otra bestia. Porque no ha renunciado a la verdad ha sido libre para actuar con conocimiento y vive sin remordimiento.

Por el contrario el hombre que se tiene a sí mismo como una bestia astuta y que vive para la gestión de su lujuria a costa del otro, vive en la amargura de una insatisfacción continua,en la neurosis del eros y el tanatos, esclavizado por sus apetencias animales, apasionantes en su imaginación, decepcionantes en su materialización y que lo sumen en un traicionero remordimiento. Lope de Vega gritaba la angustia en estos versos de «La Dorotea»:
«Oh, gustos de amor traidores,
sueños ligeros y vanos,
gozados, siempre pequeños
y grandes imaginados»
La cuestión final es si los dirigentes de los destinos del orbe deben ser las bestias astutas o los animales dignos, si queremos ser respetados o si debemos permitir que la astucia sea utilizada para que saquen provecho de nosotros. La cuestión es qué vamos hacer cada uno de nosotros, en quién nos vamos apoyar y qué espíritu nos va a mover para reconquistar esa dignidad que la bestia trata de arrebatarnos desde el génesis de la humanidad. En quién vamos a confiar y si vamos a demostrar la confianza con la obediencia. A quién vamos a obedecer y frente a quién nos vamos a rebelar y combatir. En definitiva se trata de elegir si queremos ser bestias astutas o personas dignas, si viviremos con el objetivo de cómo gestionar con eficiencia todas nuestras «lujurias» o con el objetivo de encontrar la verdad en la caridad. Libertad o esclavitud. Verdad o engaño. Vida o muerte.


NADA LES HABLA SIN PARÁBOLAS 280714

UN DON QUE HAY QUE ESPERAR Y DESEAR CON HUMILDAD
Mt. 13,31-35
AUDIO-EVANGELIO
Cada una de las parábolas de Jesús busca ilustrar, por medio de imágenes, algo que sobrepasa a nuestro limitado conocimiento. Por ello, Jesús siempre dice: "Es semejante a..." y con ello, nos da una idea de qué es o qué significa el Reino. Jesús hoy propone dos ideas que están unidas por el término crecer. El Reino no es algo estático sino es algo vivo y que se desarrolla (imagen del árbol) y, al mismo tiempo, es algo que tiene que abarcarlo todo (imagen de la levadura).
Las dos ideas tienen en común que comienzan con algo muy pequeño, pero que terminan por abarcarlo todo. A veces, pensando en nuestros ambientes poco cristianos, podríamos sentir la tentación de decir: "Todo mi esfuerzo por instaurar los valores del Reino en mi medio (escuela, oficina, barrio) es tan poco; soy el único. Jesús te dice: tú eres ese grano de mostaza, tu acción en tu propio ambiente es la levadura si eres fiel y constante, el grano crecerá y la levadura terminará por fermentar a toda la sociedad.
La obra de Dios siempre empieza con poco. Nuestra evangelización empezó con sólo doce hombres que, actuando como levadura, llagaron a impregnar a toda la sociedad con los valores del Reino. Tú y yo, a pesar de nuestra pequeñez y miseria, podemos ser también los elementos para que el Reino llegue a abarcarlo todo. ¡Ánimo!

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro 


domingo, 27 de julio de 2014

VUELAN TUMBA DE JONÁS

Están arrasando hasta la última huella cristiana en Mosul, en este caso un monumento que veneraban también los musulmanes. La destrucción tuvo lugar este jueves, tras expulsar del templo a quienes rezaban en él y minarlo a conciencia para asegurarse de que nada quedase en pie.


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