«HACER POR HACER»
Jn. 11,19-27
Este pasaje de san Juan nos
muestra cómo se debe actuar ante la desilusión religiosa. Muchas veces,
nosotros pensamos igual que Marta: “Si tú hubieras estado, mi esposo
no habría perdido el trabajo, mi hijo estaría vivo, esta enfermedad no
hubiera azotado a nuestra familia, etc.” Y en ese momento viene a
nosotros la gran tristeza, la gran desilusión que muchas veces nos
acompañará durante toda la vida, robándonos la felicidad, y alejándonos
de Dios, y con ello, de la paz y del verdadero amor.
Marta nos muestra hoy que, el que las cosas no sean o hayan sido como “ella” esperaba, esto no significa que no vayan a ser como finalmente más conviene a los planes de Dios, que siempre son fuente de bendición y de paz para todos. Nuestro problema es que siempre esperamos que Dios haga las cosas como a “nosotros” nos parece que deberían ser hechas. Y Dios no siempre lo piensa así, pues él ve los corazones y el bienestar de todos, no sólo el nuestro. Finalmente, el plan de Dios, no es sanarnos, sino llevarnos a la vida eterna y para ello es necesario, como hoy lo vemos en Marta, hacer una confesión de fe en Jesús como Señor y Mesías.
Cuando ponemos nuestros planes y proyectos en Dios, todo se transforma en paz y serenidad. Sabemos que Dios nos ama, como amaba a esta familia y que si ha ocurrido así, no es porque no supiera de nuestras necesidades, sino porque así convenía a su proyecto, al proyecto de Dios para la salvación de todos lo hombres. Confía en él, realmente Jesús es el Mesías salvador.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Marta nos muestra hoy que, el que las cosas no sean o hayan sido como “ella” esperaba, esto no significa que no vayan a ser como finalmente más conviene a los planes de Dios, que siempre son fuente de bendición y de paz para todos. Nuestro problema es que siempre esperamos que Dios haga las cosas como a “nosotros” nos parece que deberían ser hechas. Y Dios no siempre lo piensa así, pues él ve los corazones y el bienestar de todos, no sólo el nuestro. Finalmente, el plan de Dios, no es sanarnos, sino llevarnos a la vida eterna y para ello es necesario, como hoy lo vemos en Marta, hacer una confesión de fe en Jesús como Señor y Mesías.
Cuando ponemos nuestros planes y proyectos en Dios, todo se transforma en paz y serenidad. Sabemos que Dios nos ama, como amaba a esta familia y que si ha ocurrido así, no es porque no supiera de nuestras necesidades, sino porque así convenía a su proyecto, al proyecto de Dios para la salvación de todos lo hombres. Confía en él, realmente Jesús es el Mesías salvador.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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