En la última década hemos sido testigos de la mayor
apostasía del clero católico en toda la historia, en lo que se ha dado
en llamar el “abuso sexual” o “pederastia”, que tanto ha costado a
sacerdotes, laicos y a la institución eclesial. Este pecado es
claramente producto de una pérdida de fe. Decenas de sacerdotes abusaron
de fieles menores de edad o no, algunas veces protegidos por sus
superiores. Pero éste es sólo una de las formas de apostasía. Está la
homosexualidad, la pérdida de sentido de la sobrenaturalidad, etc.
Fuente: Camino de vida para ti
SAN PÍO DE PIETRELCINA
En una carta a su director espiritual:
“En la mañana del viernes, me hallaba
todavía en el lecho, cuando se me apareció JESUS. Se hallaba de mala
traza y desfigurado. Y me mostró una gran multitud de sacerdotes
religiosos y seculares, entre los cuales se hallaban varios dignatarios
de la Iglesia. De ellos unos estaban celebrando, otros iban a celebrar y
otros habían celebrado. La contemplación de Jesús, así angustiado, me
causó mucha pena, por lo que quise preguntarle el motivo de tanto
sufrimiento. No obtuve ninguna respuesta. Pero miraba a aquellos
sacerdotes, hasta que como cansado de mirarlos retiro la vista y con
gran horror mío, pude apreciar que dos lágrimas surcaban las mejillas.”
Se alejó de aquella multitud de sacerdotes con una expresión de gran
disgusto y desprecio llamándolos “macellai” (carniceros). Y vuelto hacia
mí, dijo: Hijo mío no creas que mi agonía haya durado tres horas; no;
yo estaré en agonía por motivo de las almas más favorecidas por mí,
hasta el fin del mundo. durante el tiempo de mi agonía, hijo mío, no hay
que dormir, mi alma busca una gotita de compasión humana, pero ¡ay! que
me dejan solo bajo el peso de la indiferencia. La ingratitud y sueño de
mis ministros me hacen más dura la agonía. ¡Ay! que mal corresponden a
mi amor.
Lo que más me hace sufrir es que éstos a su indiferentismo añaden el
desprecio y la incredulidad. ¡Cuántas veces estaba para acabar con ellos
si no hubieran detenido mi brazo los ángeles y las almas enamoradas…!
Escríbele a tu Padre, y refiérele esto que has visto y has oído de mí
esta mañana.
“Jesús continuó todavía, pero aquello
que me dijo no podré manifestarlo a criatura alguna de este mundo. Esta
aparición me causó tal dolor en el cuerpo y mayor todavía en el alma
que por todo el día sentí una gran postración y hubiera creído morirme,
si el dulcísimo Jesús no me hubiera sostenido. Estos nuestros
desgraciados hermanos corresponden al amor de Jesús; arrojándose con los
brazos abiertos en la infame secta de la masonería. Roguemos por ellos a
fin de que el Señor ilumine sus mentes y toque sus corazones”.
SOR MARÍA ANGÉLICA MILLET
El sacerdocio entró en el secreto de Satán. La francmasonería sacerdotal.
Respecto del estado de la Iglesia, Sor María Angélica tiene, en 1919, una revelación de Nuestro Señor:
“Es horroroso lo que Él me dijo y me
muestra la francmasonería sacerdotal. Él estaba tan triste. Triste hasta
dejarme ver las lágrimas en sus ojos diciéndome: ‘Yo tengo sacerdotes
coaligados contra Mí. El sacerdocio entró en el secreto de Satán, él me
libra a su odio y Mi corazón es de nuevo traspasado por él…”
SAN PIO X
Mientras daba una audiencia entró en una somnolencia misteriosa,
cuando volvió en sí, exclamó: “Esto que veo es horroroso. ¿Seré yo?
¿Será mi sucesor? Lo que es seguro es que el Papa dejará Roma, y para
salir del Vaticano, le será necesario pasar sobre los cadáveres de sus
sacerdotes”
Al Canónigo Thellier de Poncheville, San Pio X le dijo:
“Todo el mal depende de nosotros, sacerdotes…”
BEATA ANA MARÍA TAIGI
El cuerpo de la Beata Ana María Taigi se encuentra incorrupto, en Roma:
Oh Roma, Roma. Hijos criminales… Pero cuando Mi Padre Celestial dé la orden… verás como terminará Roma.
El 31 de agosto de 1816, ella oye de Nuestro Señor:
“Oh Roma, Roma. Hijos criminales.
¨¿Ignoráis el bien que os hice?… Tomo nota de vuestra respuesta… Pero
cuando Mi Padre Celestial dé la orden… Amada Mía: verás como terminará
Roma.”
“Sabe que ahora caen como la nieve
las almas en el infierno… que lloren y sollocen amargamente… No se puede
llamar ya a Roma la Santa… Tú los ves, lo ves claramente con tus
propios ojos… Viven como bestias. Los hombres… No buscan aquí abajo más
que el lujo, placeres y satisfacciones… y se dejan llevar de toda clase
de deseos culpables… Y muchos se me quejan todavía de no poder llevar el
peso de sus miserias. Pero si yo pudiera hablarte… quisiera abrirte Mi
Corazón… Me vengaré… en ellos”
Según el Cardenal Sallotti, que tuvo acceso a todas las actas del
proceso de beatificación, Nuestro Señor le mostró las tramas de las
fuerzas secretas contra el alto clero. En una ocasión Él le dirigió
palabras de fuego contra los sacerdotes que contaminaban los altares.
Ella vio también el futuro castigo y al fin el triunfo de la Iglesia;
Dios quiere purgar la tierra y su Iglesia, para lo cual está preparando
una plantación nueva de almas desconocidas que operarán grandes y
sorprendentes milagros (Mons. Sallotti, págs. 300-340).
UN TESTIMONIO INESPERADO (1879)
En un exorcismo, el 14 de febrero de 1879, el demonio se vio obligado a declarar:
“Desde el Pontificado de Pío IX la
Iglesia entró en una nueva fase de dolorosas pruebas. La Iglesia
Militante tendrá que sufrir siempre un doble mal: exterior, por la
persecución de sus enemigos; interior por la perversión de sus miembros.
Desde Pío IX ese doble mal creció continuamente, debido a un asalto
extraordinariamente fuerte sobre la tierra por parte de los espíritus
infernales.”
Después dijo:
“Yo tengo más servidores que la
Virgen de ustedes. Para ustedes — agregó — Ella es toda misericordia,
para nosotros terrible; más terrible que su Hijo” ( Victoria de la Inmaculada — Relatos de exorcismos, Viena, 1968, págs. 22 y ss.)
SANTA GEMA GALGANI
Santa Gema:
“Son necesarias víctimas para impedir el gran castigo que nos amenaza”.
En la fiesta de Pentecostés, el año 1902, la santa tuvo una visión:
Nuestro Señor le mostró la desgraciada situación de la Iglesia y de sus
ministros. Un año antes, en 1901, Nuestro Señor le había dicho (octubre
de 1901):
“Hija Mía, que de ingratitud y
malicia hay en el mundo! Los pecadores viven impenitentes y endurecidos
en sus faltas. Mi Padre no puede soportarlos más. Las almas viles y
débiles no hacen ningún esfuerzo para dominar la carne, las almas
afligidas se desconciertan y desesperan; las almas fervorosas se
entibian cada vez más; los servidores de Mi Santuario…; la indiferencia
crece día a día y nadie se corrige”.
En un éxtasis – místico, en mayo de 1901, Santa Gema oyó a Nuestro Señor:
“Yo tengo necesidad de una gran
expiación, sobre todo por los pecados y sacrilegios con los cuales me
ultrajan los Ministros de Mi Santuario. No eran los ángeles que rodean
Mi altar, cuantos Yo hubiera ya aniquilado”.
Ella se ofreció como víctima y murió el sábado Santo de 1903 (cfr. B. Sánchez, págs. 86-87).
SAN BENITO JOSÉ LABRÉ
Al respecto de la crisis de la Iglesia católica.
“Benito — cuenta el P. Marconi, su
confesor — me ha hablado también de otras visiones que él tenía, mas
siempre para acusarse como tentaciones. Así, él me ha expuesto que veía
en fuego ya un lugar, ya otro, de aquellos donde había pasado en sus
viajes por Francia… mas los hechos han bien probado que en lugar de
tentaciones eran ilustraciones divinas representando en su espíritu el
porvenir, bajo la forma de incendios que consumían ora un lugar, ora
otro… yo debo acrecentar que más de una vez él me expone que me veía a
mí y al Santísimo Sacramento, como cubierto de inmundicias, y
diciéndolo, las lágrimas le corrían de los ojos. Él me repite aún estas
palabras en su última confesión, y él terminaba siempre diciendo que ‘la
sola penitencia’ podía desarmar la cólera de Dios… Me parece que yo no
me alejaría mucho de la verdad si el ‘vous’ que usaba entonces el santo
dirigiéndose a mí, se tomaba no como personal, mas como calificativo, de
suerte que él hubiera querido hablar, no de mi persona en particular,
mas en general de los sacerdotes que él veía cubiertos de inmundicias,
para significar lo que sucedería en Francia en el orden sacerdotal, sea
en lo físico, sea en lo moral”.
Eleonora Mazza, abadesa de Monte Lupone, cuenta en carta al P.
Marconi, después de la muerte de San Benito, que él hizo saber a las
religiosas del monasterio de Santa Clara en Verona “que la Iglesia
estaba amenazada de males más grandes aún que aquellos que la afligían y
que él no los vería”
SAN LUIS M. GRIGNION DE MONTFORT
“Desolatione desolata est omnis
terra; la impiedad está sobre un trono; vuestro santuario es profanado, y
la abominación entró hasta en el lugar santo…” ( Tratado de la Verdadera Devoción…, pág. 303).
VENERABLE BARTOLOMÉ HOLZHAUSER
Sobre la crisis de la Iglesia dice:
“Dios dejará libre curso a su cólera
ya anunciada, incluso en otras partes. No quedarán más que pocos
hombres, los reinos serán destruidos, los principados serán aniquilados,
las repúblicas disueltas, las gentes distinguidas rebajadas y casi
reducidas a la mendicidad. El ‘tigre’ afligirá a la Iglesia y sobre la
Tierra reinarán la más grandes de las miserias, una miseria que lanzará
por todos lados la confusión”
SANTA BRÍGIDA DE SUECIA
Nuestro Señor reclama a Santa Brígida por el estado de la Iglesia e
incluso amenaza con irse a los paganos, abandonando a los cristianos y
castigándolos. Extractos de una de sus visiones y conversaciones con
Nuestro Señor:
“Delante de todo el ejército
celestial el Padre Eterno dice: ‘Me quejo delante de vosotros de que
desposé a Mi Hija con un hombre que la trata muy mal, y le sujeta los
pies en un cepo, hasta que se le secan y quedan extenuados’. Respondió
el Hijo: ‘Esa es, Padre Mío, la que Yo redimí con Mi Sangre, y recibí
por Esposa, pero que ahora tratan de arrebatármela violentamente’.
Enseguida, dijo la Santísima Virgen: ‘Vos Padre Eterno, Sois Mi Dios y
Mi Señor, y traje en mis entrañas a Vuestro Bendito Hijo, que es
verdadero Hijo Vuestro y verdadero Hijo mío. Mientras viví en el mundo
hice vuestra voluntad, hacedme merced de apiadaros de Vuestra Hija’.
Después decían los ángeles: ‘Vos Sois nuestro Dios y Señor, y en Vos
tenemos todo nuestro bien, y no necesitamos otro que a Vos. Cuando nació
Vuestra Hija la Iglesia, todos nos alegramos, y ahora con razón
podíamos entristecernos porque la vemos en manos de quien tan vil y
afrentosamente la trata, compadeceos de Ella por vuestra gran
misericordia, pues es mucha su miseria, y no hay quien la consuele, ni
la libre, sino Vos, Señor Dios Omnipotente…’” (Celestiales revelaciones…, págs. 61-62).
SAN PEDRO CELESTINO
Dice lo siguiente:
“Antes que la Iglesia sea renovada, Dios permitirá que el trono de San Pedro sea vacante”.
SANTA HILDEGARDA
Sobre la crisis religiosa en la Iglesia y la restauración del orden cristiano:
“Que la justicia, la honestidad de
las costumbres y la dignidad de las virtudes restauradas por los
profetas después del diluvio hasta la venida de Jesucristo, y después de
ellos por los apóstoles y doctores de la Iglesia, que brillarán por
mucho tiempo, se depravarán en lo sucesivo: pero que después de aquellos
días malos recobrarán su antiguo brillo entre los hombres antes del fin
de los tiempos y después de grandes tribulaciones”
Castigo de Dios sobre los malos pastores:
“Tomando a su cargo la causa de la
justicia, el soberano Juez castigará a los prevaricadores y, sobre todo,
a los malos pastores de la Iglesia, permitiendo que se les despoje de
sus bienes temporales, antes de reducirlos por medio de las
tribulaciones. Purificado por fin con tantas pruebas, cada orden,
eclesiástica y seglar, recobrará su fervor y dignidad primera”
SOR MARIANA DE JESÚS TORRES
“El ángel de la guardia le dice:
‘Vendrán tiempos amargos en que se habrá dejado el Oficio Parvo, y se
habrá debilitado el espíritu. ¡Ay! de aquellos que hayan tomado parte
en esto’”
Nuestra Señora del Buen Suceso:
“Este Monasterio será muy perseguido
en los siglos venideros, llegando la persecución al extremo de atentar
contra la vida de mis hijas. No consiguiendo eso, trabajarán con
tenacidad infernal, por su extinción, valiéndose de religiosos y de la
autoridad Superior. Sin embargo, como nada pueden los hombres contra las
obras de Dios tendré en este mismo solar hijas dignas de mi amor”.
Nuestra Señora le anuncia la total decadencia de la fe a fines del siglo XIX hasta más allá de la mitad del siglo XX:
“Al finalizar el siglo XIX y hasta un
poco más de la mitad del siglo XX, en la hoy colonia, y en la entonces
República del Ecuador se desbordarán las pasiones y habrá una total
corrupción de las costumbres por reinar Satanás en las sectas masónicas,
las que tenderán principalmente a corromper a los niños de estos
tiempos, el sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la
Confirmación de igual manera, el sacramento de la Penitencia solo cuando
permanezcan en las escuelas católicas, las que pondrá el diablo todo
empeño para destruirlas valiéndose de pésimas autoridades , el de la
Comunión de igual manera”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU COMENTARIO, PRONTO ESTAREMOS COMUNICANDONOS CONTIGO...
CON AMOR, MARIAM...