martes, 15 de julio de 2014

SE MOVIÓ EN UN ALTAR DE CHECOSLOVAQUIA

El 11 de diciembre de 1949, los feligreses de la la iglesia de la Asunción de la Virgen Maria en el pueblo de Cihost de Checoeslovaquia presenciaron el milagro de una cruz que se movía a la espalda del sacerdote Josef Toufar, mientras celebraba la misa.
Fuente: Religión en Libertad - Art. resumido


Fue tal la conmoción popular, que el gobierno comunista aprovechó para comenzar una persecución a la Iglesia. Tomó como rehén al padre Toufar para que confesara que era un truco armado, lo torturó, pero no pudo sacarle una confesión y terminó muriendo por las heridas.

El 25 de abril pasado, el obispo Jan Vokál, de Hradec Kralové, ha anunciado que inicia el proceso de beatificación del padre Josef Toufar, del “milagro de la cruz de ?íhošt”, por su martirio muy recordado en el país. Es protagonista de un telefilme de la CeskaTelevize de 2004 e inspirador de una novela de Josef Skvorecky.

En 1948 los comunistas dan un golpe de Estado y se hacen con el poder absoluto en Checoslovaquia. Ese mismo año llega al pueblecito de ?íhošt el nuevo párroco, Josef Toufar, de 46 años. 

El 11 de diciembre de 1949, tercer domingo de adviento, mientras el padre Toufar predica desde el púlpito, la cruz de metal de medio metro de alto que está a su espalda, sobre el altar, empieza a moverse por sí sola, primero a la izquierda, luego a la derecha, luego hacia el Oeste, según varios testigos. Hasta la revista TIME lo contaría así (puede accederse aquí en los archivos de TIME el 20 de febrero de 1950).

El cura no lo ve, porque le da la espalda, pero sí lo testimoniaron hasta 19 feligreses, que lo comentan con más gente. Se extiende la historia de un milagro en ?íhošt, una señal de Dios para el pueblo sometido al comunismo.

El 12 de enero de 1950, el mismo padre Toufar explica en una carta a otro sacerdote, Jon Dvorak Kresini lo que había pasado, según sus parroquianos: “lo vieron 19 testigos de 10 a 45 años de edad, entre ellos varios hombres, dos muy moderados en lo religioso, y uno de Zdislavice, casi no creyente”, explica.

“Cada uno de ellos es sano y normal. Tambíén había un estudiante. No había sugestión ni ilusión óptica, explicaban lo que veían“, añade.

“Yo no lo vi ni oí hasta el día siguiente, cuando lo sabía toda la parroquia y las aldeas de alrededor. Si no lo vieron todos es porque los feligreses me estaban mirando a mí, que predico bastante rápido”.

Y añade un esquema de cómo se movía la cruz en un dibujo en su carta del 12 de enero de 1950 sobre cómo se movió la cruz el 11 de diciembre:

plano del milagro

Pueden leer más datos  consultarse en esta web sobre el milagro: http://www.regionalist.cz/cihost/index1.htm

En Praga las autoridades comunistas no desprecian el caso: es una ocasión para cargar contra ella, y envían al pueblo agentes de la StB, la policía secreta. El 28 de enero detienen al cura y su sacristán.

El mismo presidente Klement Gottwald está al tanto del asunto y lo supervisa. Milos Hrabina, uno de los agentes encargados del caso, admitiría en 1962 que su misión era conseguir materiales incriminatorios, incluyendo la confesión del cura de que él había falsificado el milagro, usando cuerdas y poleas ocultas para mover la cruz.

Pero el padre Toufar se negó repetidamente a confesar una falsificación, y fue torturado a golpes durante febrero por el interrogador Ladislav Mácha, de forma que el día 23, con las piernas destrozadas, ya el sacerdote era incapaz de moverse, de sentarse y apenas podía hablar. Sangraba por la boca con frecuencia.

PELICULA PROPANGANDÍSTICA


Al mundo le dijeron que el cura falsificador estaba preso. El mismísimo ministro de Interior, Vaclav Nosek, dio una rueda de prensa “a la que los corresponsales occidentales no estaban invitados”, que detallaba ese mismo año 1950 el Catholic Herald. Anunció que el cura había confesado que había falsificado el milagro, que “él sabe que va a ser juzgado y castigado”, y que otros cómplices de la falsificación habían sido arrestados: “incluyendo sirvientes a sueldo del alto clero católico”, anunció.

El ministro presentó un modelo de cuerdas y poleas y la película propagandística, pero no al padre Toufar, ya para entonces muerto y enterrado. Pasarían 4 años antes de que avisaran a los parientes de Toufar que el sacerdote estaba muerto.

El caso de la cruz de íhošt fue el pistoletazo de salida para la represión de la Iglesia católica en Checoslovaquia. Se expulsó al clero de etnia alemana y a los extranjeros en general, se prohibió directamente el catolicismo de rito bizantino y sus propiedades fueron entregadas a clero ortodoxo ruso dócil, más de 6.000 clérigos fueron encarcelados en los años 50 (por una media de 5 años o más). En 1968 quedaban en Checoslovaquia la mitad de curas que veinte años antes, y la mitad de ellos eran muy ancianos, y buena parte eran colaboracionistas del régimen.

A Josef Peske, fotógrafo, que había hecho una foto de la cruz de la parroquia por encargo del padre Toufar, las autoridades le condenaron a 13 años de prisión por “promoción del milagro”. Peske se había negado a admitir que viese poleas o cuerdas o instalaciones en la iglesia.

La Iglesia no se ha declarado oficialmente sobre el milagro del movimiento de la cruz. Pero sí sobre Toufar, que es Venerable al iniciarse su causa de beatificación. Se considera que murió mártir por su fe: si hubiera cedido y colaborado en la mentira contra la Iglesia, no le habrían torturado ni habría muerto.

El historiador Jaroslav Šebek, de la Academia de Ciencias, indicó que los católicos checos aprecian a Toufar como a una persona que no vaciló en sacrificar su vida en defensa de sus ideales y en la lucha contra el comunismo.

Los habitantes de íhoš, especialmente los que vivieron los difíciles años 50, recibieron ahora con alegría la noticia sobre la posible beatificación de Toufar, a quien conocían y apreciaban. R?žena Lebedová, hoy de 85 años de edad, entonces de 21, declara:”Todos aquí esperamos con ansiedad que ese proceso termine con éxito. Estamos seguros y coincidimos todos en que el padre Toufar merece ser beatificado. Yo digo que después ya podré morir tranquila”.

El torturador que mató al padre Toufar, Ladisláv Macha, fue juzgado y condenado en 1998, culpable de mala conducta e inflingir graves lesiones corporales, pero no llegó a entrar en prisión, por motivos de salud. Tenía 75 años: hoy tiene 90, y sigue vivo.

En el pueblo de íhoš, en la Meseta Checo-Morava, fue instalado en el año 1990 en las inmediaciones de la iglesia de la Asunción de la Virgen Maria un monumento que recuerda el trágico destino de Josef Toufar.

Un telefilme de 2004 de 97 minutos de la TV checa, en CeskaTelevize.cz, puede verse en este enlace, en checo con subtítulos también en checo.

 

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