¿POR QUÉ ESTÁN ACÁ, POR QUÉ VAGAN POR LA TIERRA?
Es apasionante el capítulo IV de la Summa Daemoniaca
de J. A. Fortea, donde habla de los espíritus perdidos, del espíritu de
almas que no son ni demonios ni almas condenadas, al menos no
condenadas aún, y que buscan en medio de una gran tristeza y angustia,
la luz, la paz, la felicidad.
Fuentes: Padre Juan Antonio Fortea, Juan C. Sánchez-Ventura | Resumido por María Reina y Señora©
Si leen el antiguo ritual de exorcismos, el del Ritual Romano, cuya
fórmula fue la usada en la Iglesia desde la Edad Media hasta 1998,
caerán en la cuenta de un detalle. La primera de las fórmulas
exorcísticas dice:
“Te exorcizo, espíritu inmundísimo. En
el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, toda incursión del Adversario,
todo fantasma, toda legión….”
Y en la tercera conjuración del mismo ritual se vuelve a conjurar a
todo espíritu inmundo, a todo fantasma y a toda incursión de satanás.
Esto quiere decir que aquellos sacerdotes de la Edad Media habían
llegado a la misma conclusión que el Padre Fortea. El texto distingue
entre espíritus inmundos y fantasmas, y admite sin posibilidad de duda
de que el poseso estuviese poseído por un “fantasma”.
Ahora bien los fantasmas siempre han sido considerados seres humanos
que vagan en pena. Considerar que ese texto está errado supondría que la
Iglesia ha errado in orando desde la Edad Media hasta el siglo XX y no
en el texto accidental sino en los textos conjuratorios de su ritual
exorcístico.
Expondremos aquí lo que dice el Padre Fortea, exorcista experimentado
de renombre internacional, en sus libros: Summa Daemoniaca y
Exorcística. Podemos equivocarnos en la interpretación adecuada que
demos a esos hechos, pero no en el hecho mismo. Los hechos son objetivos
y verdaderos.
Lo que dicen:
1º Los espíritus perdidos hablan con un tipo de voz distinta a ls de
los demonios. No suelen manifestar ni la agresividad, ni la ira de los
ángeles caídos. Lo que suelen manifestar es tristeza, melancolía.
2º Si un espíritu perdido al principio muestra ira, es la ira de un
ser humano que se sintió abandonado de Dios, pero conforme avanza la
sesión de oración o de exorcismo va comprendiendo que quizá la culpa de
todo la tuvo él y no Dios o aquellas personas con las que vivió.
3º Y esto es lo importante, lo característico y específico de los
espíritus perdidos: Pueden rezar. Quizá al principio no lo hagan, pero
finalmente sí. Y cuando rezan lo hacen sin odio. Un demonio sólo repite
una alabanza a Dios obligado por el poder de Cristo tras muchísimas
oraciones del sacerdote y por una orden de éste en el nombre de Cristo.
Pero los demonios siempre repiten una oración con odio.
4º El espíritu perdido puede pedir perdón del mal cometido. El demonio no lo hará, ni en broma.
5º Un demonio puede hacerse pasar por cualquiera (ángel, difunto o
santo), pero si el exorcista insiste con su poder sacerdotal en
ordenarle que diga su nombre, al final lo dice. Mientras que un espíritu
perdido por más que se le insista seguirá manteniendo que fue un ser
humano.
6º Si se le dice que bese la cruz, la puede besar sin odio.
7º El agua bendita o cualquier otra cosa sagrada no le produce aversión.
8º No manifiesta ni gritos, ni convulsiones. Si se le habla responde, pero nada más.
9º Los demonios suelen salir tras un terrible alarido o fuertes
convulsiones. Los espíritus perdidos salen de forma silenciosa. Casi
siempre por la boca con una larga expiración.
10º La mayor parte de las almas perdidas antes de salir afirman que
ven una luz y que se dirigen a ella. Muchos, incluso, se despiden del
exorcista y los presentes diciendo: adiós, gracias, voy hacia la luz.
El Padre Fortea explica en su libro cómo estas almas, que ahora no
encuentran la luz, fueron malos en vida y murieron sin pedir perdón,
pero sin rechazar a Dios.
Algunas de estas almas, que ahora se encuentran perdidas hasta el día
del Juicio Final, pudieron morir trágicamente en circunstancias
violentas, como guerras, asesinatos o atentados terroristas como los del
11-S y 11-M. Almas que fueron arrancadas de esta vida antes de su hora
límite, almas que murieron sin poder pedir perdón, pero sin estar
cerradas totalmente a la gracia de Dios, es decir, sin haber agotado
todas las gracias que Dios había dispuesto enviarles para su conversión,
y que ahora – por la imprudencia negligente de un mal conductor o la
malicia fanática de un comando terrorista de signo nacionalista o
islámico – están destinadas a vagar por la tierra buscando la luz.
¿Quiénes son estas almas? ¿Son almas especiales del Purgatorio? ¿Son
almas condenadas? ¿Son realmente almas perdidas? ¿Posible engaño del
diablo?
Un alma perdida que respondía al nombre de Jaislegel, al ser
preguntada por el Padre Fortea sobre si buscaba la luz, dijo lo
siguiente:
Tuve mi momento. El momento es mientras vives. No hay solución.
Pero esta misma alma, refiriéndose después a otras almas, dijo:
Espíritus perdidos vagan buscando un
descanso, pero no lo encuentran. Purifican sus pecados. Muchos tardan
muchos siglos, depende de los pecados y del estado del alma.
Las culpas son nuestras.
Algunas están mejor que nosotros
Nosotros estamos aquí, no salimos de este mundo.
La diferencia con los demonios es que
no rechazamos a Dios, fuimos malos, no pedimos perdón en su momento. Yo
mala vida, pecado, vivía sin Dios, como si no existiera
Los exorcistas se encuentran con muchas de estas almas perdidas que
buscan. Algunas de ellas fueron homicidas, otras suicidas. Algunas de
ellas no saben nada sobre Jesús o incluso de Dios.
El exorcista al decirles que pidan perdón a Dios, puede encontrarse con que ese espíritu le pregunta “¿Quién es Dios?”.
Eso se debe a que hay muchas almas de seres humanos que nacieron en
lugares o épocas que no les permitió tener ninguna idea más que las
paganas.
Hay testimonios no exorcísticos, sino místicos que afirman que estos
espíritus que vagan por la tierra son numerosos. Son muchas las personas
de gran vida de oración que afirman haber sentido sus presencias en
cementerios, lugares donde murieron y también en iglesias. Especialmente
cuando las iglesias se quedan vacías, hay personas que han sentido la
presencia de estos espíritus allí en el templo orando.
¿Podríamos afirmar que estos espíritus perdidos están en realidad en
un tipo especial de Purgatorio?. Opiniones hay para todos los gustos,
pero desde luego afirmarlo sería lo más prudente y lo más acorde con el
dogma y la doctrina de siempre enseñada por la Iglesia.
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