jueves, 24 de julio de 2014

LOS ESPÍRITUS PERDIDOS

¿POR QUÉ ESTÁN ACÁ, POR QUÉ VAGAN POR LA TIERRA? 
Es apasionante el capítulo IV de la Summa Daemoniaca de J. A. Fortea, donde habla de los espíritus perdidos, del espíritu de almas que no son ni demonios ni almas condenadas, al menos no condenadas aún, y que buscan en medio de una gran tristeza y angustia, la luz, la paz, la felicidad. 
Fuentes: Padre Juan Antonio Fortea, Juan C. Sánchez-Ventura | Resumido por María Reina y Señora©

Si leen el antiguo ritual de exorcismos, el del Ritual Romano, cuya fórmula fue la usada en la Iglesia desde la Edad Media hasta 1998, caerán en la cuenta de un detalle. La primera de las fórmulas exorcísticas dice:
“Te exorcizo, espíritu inmundísimo. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, toda incursión del Adversario, todo fantasma, toda legión….”

Y en la tercera conjuración del mismo ritual se vuelve a conjurar a todo espíritu inmundo, a todo fantasma y a toda incursión de satanás.

Esto quiere decir que aquellos sacerdotes de la Edad Media habían llegado a la misma conclusión que el Padre Fortea. El texto distingue entre espíritus inmundos y fantasmas, y admite sin posibilidad de duda de que el poseso estuviese poseído por un “fantasma”.

Ahora bien los fantasmas siempre han sido considerados seres humanos que vagan en pena. Considerar que ese texto está errado supondría que la Iglesia ha errado in orando desde la Edad Media hasta el siglo XX y no en el texto accidental sino en los textos conjuratorios de su ritual exorcístico.

Expondremos aquí lo que dice el Padre Fortea, exorcista experimentado de renombre internacional, en sus libros: Summa Daemoniaca y Exorcística. Podemos equivocarnos en la interpretación adecuada que demos a esos hechos, pero no en el hecho mismo. Los hechos son objetivos y verdaderos.

Lo que dicen:

1º Los espíritus perdidos hablan con un tipo de voz distinta a ls de los demonios. No suelen manifestar ni la agresividad, ni la ira de los ángeles caídos. Lo que suelen manifestar es tristeza, melancolía.

2º Si un espíritu perdido al principio muestra ira, es la ira de un ser humano que se sintió abandonado de Dios, pero conforme avanza la sesión de oración o de exorcismo va comprendiendo que quizá la culpa de todo la tuvo él y no Dios o aquellas personas con las que vivió.

3º Y esto es lo importante, lo característico y específico de los espíritus perdidos: Pueden rezar. Quizá al principio no lo hagan, pero finalmente sí. Y cuando rezan lo hacen sin odio. Un demonio sólo repite una alabanza a Dios obligado por el poder de Cristo tras muchísimas oraciones del sacerdote y por una orden de éste en el nombre de Cristo. Pero los demonios siempre repiten una oración con odio.

4º El espíritu perdido puede pedir perdón del mal cometido. El demonio no lo hará, ni en broma.

5º Un demonio puede hacerse pasar por cualquiera (ángel, difunto o santo), pero si el exorcista insiste con su poder sacerdotal en ordenarle que diga su nombre, al final lo dice. Mientras que un espíritu perdido por más que se le insista seguirá manteniendo que fue un ser humano.

6º Si se le dice que bese la cruz, la puede besar sin odio.

7º El agua bendita o cualquier otra cosa sagrada no le produce aversión.

8º No manifiesta ni gritos, ni convulsiones. Si se le habla responde, pero nada más.

9º Los demonios suelen salir tras un terrible alarido o fuertes convulsiones. Los espíritus perdidos salen de forma silenciosa. Casi siempre por la boca con una larga expiración.

10º La mayor parte de las almas perdidas antes de salir afirman que ven una luz y que se dirigen a ella. Muchos, incluso, se despiden del exorcista y los presentes diciendo: adiós, gracias, voy hacia la luz.

El Padre Fortea explica en su libro cómo estas almas, que ahora no encuentran la luz, fueron malos en vida y murieron sin pedir perdón, pero sin rechazar a Dios.

Algunas de estas almas, que ahora se encuentran perdidas hasta el día del Juicio Final, pudieron morir trágicamente en circunstancias violentas, como guerras, asesinatos o atentados terroristas como los del 11-S y 11-M. Almas que fueron arrancadas de esta vida antes de su hora límite, almas que murieron sin poder pedir perdón, pero sin estar cerradas totalmente a la gracia de Dios, es decir, sin haber agotado todas las gracias que Dios había dispuesto enviarles para su conversión, y que ahora – por la imprudencia negligente de un mal conductor o la malicia fanática de un comando terrorista de signo nacionalista o islámico – están destinadas a vagar por la tierra buscando la luz.

¿Quiénes son estas almas? ¿Son almas especiales del Purgatorio? ¿Son almas condenadas? ¿Son realmente almas perdidas? ¿Posible engaño del diablo?

Un alma perdida que respondía al nombre de Jaislegel, al ser preguntada por el Padre Fortea sobre si buscaba la luz, dijo lo siguiente:

Tuve mi momento. El momento es mientras vives. No hay solución.

Pero esta misma alma, refiriéndose después a otras almas, dijo:

Espíritus perdidos vagan buscando un descanso, pero no lo encuentran. Purifican sus pecados. Muchos tardan muchos siglos, depende de los pecados y del estado del alma.

Las culpas son nuestras.

Algunas están mejor que nosotros

Nosotros estamos aquí, no salimos de este mundo.

La diferencia con los demonios es que no rechazamos a Dios, fuimos malos, no pedimos perdón en su momento. Yo mala vida, pecado, vivía sin Dios, como si no existiera

Los exorcistas se encuentran con muchas de estas almas perdidas que buscan. Algunas de ellas fueron homicidas, otras suicidas. Algunas de ellas no saben nada sobre Jesús o incluso de Dios.

El exorcista al decirles que pidan perdón a Dios, puede encontrarse con que ese espíritu le pregunta “¿Quién es Dios?”. Eso se debe a que hay muchas almas de seres humanos que nacieron en lugares o épocas que no les permitió tener ninguna idea más que las paganas.

Hay testimonios no exorcísticos, sino místicos que afirman que estos espíritus que vagan por la tierra son numerosos. Son muchas las personas de gran vida de oración que afirman haber sentido sus presencias en cementerios, lugares donde murieron y también en iglesias. Especialmente cuando las iglesias se quedan vacías, hay personas que han sentido la presencia de estos espíritus allí en el templo orando.

¿Podríamos afirmar que estos espíritus perdidos están en realidad en un tipo especial de Purgatorio?. Opiniones hay para todos los gustos, pero desde luego afirmarlo sería lo más prudente y lo más acorde con el dogma y la doctrina de siempre enseñada por la Iglesia.

 

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