Edición MariamContigo |
Dije al almendro: hablame de Dios y el almendro florecio.
Dije al pobre: hablame de Dios, y el pobre me ofrecio su capa.
Dije al sueno: hablame de Dios y el sueno se hizo realidad.
Dije a un campesino: hablame de Dios y el campesino me enseno a labrar.
Dije a la naturaleza: hablame de Dios y la naturaleza se cubrio de hermosura
Dije a un amigo: hablame de Dios y el amigo me enseno a amar.
Dije a un pequeno: hablame de Dios y el pequeno sonrio.
Dije a un ruisenor: hablame de Dios y el ruisenor se puso a cantar.
Dije a la fuente: hablame de Dios y el agua broto.
Dije a mi madre: hablame de Dios y mi madre me dio un beso en la frente.
Dije a la gente: hablame de Dios y la gente se amaba.
Dije a la voz: hablame de Dios y la voz no encontro palabras.
Dije al dolor: hablame de Dios y el dolor se transformo en agradecimiento.
Dije a la Biblia: hablame de Dios y la Biblia se ahogo de tanto hablar.
Dije a Jesus: hablame de Dios y Jesus rezo el Padrenuestro.
Dije temeroso al sol poniente: hablame de Dios y el sol se oculto sin decirme nada. Pero al dia siguiente al amanecer cuando abria la ventana ya me volvio a sonreir.
Dije al pobre: hablame de Dios, y el pobre me ofrecio su capa.
Dije al sueno: hablame de Dios y el sueno se hizo realidad.
Dije a un campesino: hablame de Dios y el campesino me enseno a labrar.
Dije a la naturaleza: hablame de Dios y la naturaleza se cubrio de hermosura
Dije a un amigo: hablame de Dios y el amigo me enseno a amar.
Dije a un pequeno: hablame de Dios y el pequeno sonrio.
Dije a un ruisenor: hablame de Dios y el ruisenor se puso a cantar.
Dije a la fuente: hablame de Dios y el agua broto.
Dije a mi madre: hablame de Dios y mi madre me dio un beso en la frente.
Dije a la gente: hablame de Dios y la gente se amaba.
Dije a la voz: hablame de Dios y la voz no encontro palabras.
Dije al dolor: hablame de Dios y el dolor se transformo en agradecimiento.
Dije a la Biblia: hablame de Dios y la Biblia se ahogo de tanto hablar.
Dije a Jesus: hablame de Dios y Jesus rezo el Padrenuestro.
Dije temeroso al sol poniente: hablame de Dios y el sol se oculto sin decirme nada. Pero al dia siguiente al amanecer cuando abria la ventana ya me volvio a sonreir.
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