domingo, 30 de enero de 2011

SAN JOSÉ...

MARIAMCONTIGO.-

SAN JOSÉ

INTRODUCCIÓN

San José es el patrono Universal de la Iglesia, patrono de la buena muerte y patrono de los seminarios. Fue escogido por Dios como fidelísimo guardián de los tesoros celestiales, que eran Jesús y María. Con fe acogió al Niño que había comenzado a vivir en el seno de María, y a ellos, a Jesús y María, les entregó su vida sin escatimar sacrificios. San José no llegó a ver a Jesús en su vida pública (predicación, milagros, etc.). No ha habido en el mundo santo más feliz ni padre más afortunado. ¡Qué felicidad la suya al ver a su lado al Hijo de Dios!

ORACIÓN A SAN JOSÉ DEL PAPA LEÓN XIII

Suele rezarse esta oración en los meses de Marzo y Octubre, al final del Santo Rosario.

A Vos, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y, después de invocar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos volváis benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirií Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras necesidades.

Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción; asistidnos propicio, desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas; y, como en otro tiempo librásteis al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el Cielo la eterna felicidad. Amén

ORACIÓN A SAN JOSÉ

¡Oh San José, custodio y padre de vírgenes, a cuya guarda fue encomendada la misma inocencia Cristo Jesús y María, Virgen de las Vírgenes: os suplico y ruego, por estas dos riquísimas prendas Jesús y María, que, preservándome de toda inmundicia, hagáis que siempre sirva a Jesús y María con puro corazón, con cuerpo casto y con el alma libre de toda mancha de pecado. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIRLE UNA BUENA MUERTE

Poderoso patrón del linaje humano, amparo de pecadores, seguro refugio de las almas, eficaz auxilio de los afligidos, agradable consuelo de los desamparados, glorioso San José el último instante de mi vida ha de llegar sin remedio; mi alma quizás agonizará terriblemente acongojada con la representación de mi mala vida y de mis muchas culpas; el paso a la eternidad será sumamente duro; el demonio, mi enemigo, intentará combatirme terriblemente con todo el poder del infierno, a fin de que pierda a Dios eternamente; mis fuerzas en lo natural han de ser nulas: yo no tendrá en lo humano quien me ayude; desde ahora, para entonces, te invoco, padre mío; a tu patrocinio me acojo; asísteme en aquel trance para que no falte en la fe, la esperanza y en la caridad; cuando tú moriste, tu Hijo y mi Dios, tu esposa y mi Señora, ahuyentaron a los demonios para que no se atreviesen a combatir tu espíritu. Por estos favores y por los que en vida te hicieron, te pido ahuyentes a estos enemigos, para que yo acabe la vida en paz, amando a Jesús, a María y a ti, San José. Así sea.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en la útima agonía.
Jesús, José y María, recibid cuando muera, el alma mía.

EJERCICIO DE LOS SIETE DOMINGOS EN HONOR DE LOS DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

INTRODUCCIÓN

Toda la vida de S. José fue un acto continuo de fe y obediencia en las circunstancias más difíciles y oscuras en que le puso Dios. Él es al pie de la letra "el administrador fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia" (Lc 12, 42). Desde tiempo inmemorial, la Iglesia lo ha venido venerando e invocando como continuador en ella de la misión que un día tuviera para con su Fundador y Madre. En los momentos de noche oscura, el ejemplo de José es un estímulo inquebrantable para la aceptación sin reservas de la voluntad de Dios. Para propiciar ese veneración e imitación y para solicitar su ayuda, ponemos a continuación el siempre actual Ejercicio de los siete Dolores y Gozos.

Por la señal, etc -Acto de contrición.

Ofrecimiento

Glorioso Patriarca San José, eficaz consuelo de los afligidos y seguro refugio de los moribundos; dignaos aceptar el obsequio de este Ejercicio que voy a rezar en memoria de vuestros siete dolores y gozos. Y así como en vuestra feliz muerte, Jesucristo y su madre María os asistieron y consolaron tan amorosamente, así también Vos, asistidme en aquel trance, para que, no faltando yo a la fe, a la esperanza y a la caridad, me haga digno, por los méritos de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y vuestro patrocinio, de la consecución de la vida eterna, y por tanto de vuestra compañía en el Cielo. Amén.

Primer dolor y gozo

Esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la de vuestro corazón en la perplejidad en que estábais sin saber si debíais abandonar o no a vuestra esposa! ¡Pero cuál no fue también vuestra alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!

Por este dolor y este gozo os pedimos consoláis nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte, semejante a la vuestra asistidos de Jesús y de María.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Segundo dolor y gozo

Bienaventurado patriarca glorioso S. José escogido para ser padre adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre, el dolor que sentisteis viendo nacer al Niño Jesús en tan gran pobreza, se cambió de pronto en alegría celestial al oír el armonioso concierto de los ángeles y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.

Por este dolor y gozo alcanzadnos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de la gloria celestial. 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Tercer dolor y gozo

Ejecutor obediente de las leyes divinas, glorioso San José, la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón, pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó llenándoos de alegría.

Por este dolor y por este gozo alcalzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos con el nombre de Jesús en el corazón y en los labios.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Cuarto dolor y gozo

Santo fiel, que tuvísteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso San José, aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María, os causó dolor, sin embargo os llenó también de alegría, anunciándoos al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.

Por este dolor y por este gozo, conseguidnos ser del número de los que por los méritos de Jesús y por la intercesión de la Virgen María han de resucitar gloriosamente.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Quinto dolor y gozo

Custodio vigilante del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José, ¡cuánto sufrísteis teniendo que alimentar y servir al Hijo de Dios, particularmente a vuestra huida a Egipto!, ¡pero cuán grande fue vuestra alegría teniendo siempre con vos al mismo Dos y viendo derribados los ídolos de Egipto.

Por este dolor y por este gozo, alcanzadnos alejar para siempre de nosotrosal demonio, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos y murarnos gozosos en su amor.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Sexto dolor y gozo

Ángel de la tierra, glorioso San José, que pudísteis admirar al Rey de los cielos, sometido a vuestros más mínimos mandatos, aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel vivísteis dichoso en Nazaret con Jesús y María. 

Por este dolor y gozo, alcanzadnos la gracia de desterrar de nuestro corazon todo temor nocivo, de poseer la paz de la conciencia, de vivir seguros con Jesús y María y de morir también asistidos de ellos. 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Séptimo dolor y gozo

Modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa vuestra al Niño Jesús, le buscasteis durante tres días con profundo dolor, hasta que lleno de gozo, le encontrasteis en el templo, en medio de los doctores.

Por este dolor y este gozo, os suplicamos con palabras salidas del corazón, intercedáis en nuestro favor para que no nos suceda jamás perder a Jesús por algún pecado grave. Mas si por desgracia le perdemos, haced que le busquemos con tal dolor que no nos deje reposar hasta encontrarle favorable, sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el cielo y a cantar eternamente con Vos sus divinas misericordias.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Antífona

Jesús mismo era tenido por hijo de José, cuando empezaba a tener como unos treinta años. Rogad por nosotros, San José, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración Final

Oh Dios, que con inefable providencia, os dignásteis elegir al bienaventurado José por esposo de vuestra Santísima Madre, os rogamos nos concedáis tener como intercesor en los cielos al que en la tierra veneramos como protector. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

LETANÍA A SAN JOSÉ

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos,
Cristo escúchanos,
Dios Padre Celestia.
Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo.
Dios Espíritu Santo. Santa Trinidad, un solo Dios. Santa María.
Ruega por nosotros.

San José. ínclito descendiente de David, Lumbrera de los Patriarcas. Esposo de la Madre de Dios, Custodio casto de la Virgen. Padre nutricio del Hijo de Dios, Solócito defensor de Cristo. Jefe de la Sagrada Familia. José justísimo, José castísimo. José prudentísimo. José fortísimo, José obedientísimo, José fidelísimo. Espejo de paciencia. Amador de la pobreza. Modelo de los obreros. Honra de la vida doméstica. Custodio de Vírgenes. Amparo de las familias. Consuelo de los desgraciados.

Esperanza de los enfermos. Abogado de los moribundos.

Terror de los demonios. Protector de la Santa Iglesia.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.

Ten misericordia de nosotros.

Le constituyó señor de su casa, Y jefe de todo cuanto poseía.

OREMOS: Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Madre Santísima: te rogamos nos concedas que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle por intercesor en el Cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

INVOCACIÓN: San José, haz que vivamos una vida inocente, asegurada siempre bajo tu patrocinio.



ORACIÓN DE LA HUMILDAD A SAN JOSÉ

Enséñanos José
        Cómo se es “no protagonista”.
        Cómo se avanza sin pisotear.
        Cómo se colabora sin imponerse.
        Cómo se ama sin reclamar.
    Dinos; José
        Cómo se vive siendo ‘número dos’.
        Cómo se hacen cosas fenomenales desde un segundo puesto.
    Explícanos
        Cómo se es grande sin exhibirse.
        Cómo se lucha sin aplauso.
        Cómo se avanza sin publicidad.
        Cómo se persevera y se muere uno sin esperanza de que le hagan un homenaje.

¿Difícil? Sí, pero por lo menos habría que intentarlo... con la ayuda del Señor y mirándonos en el espejo de José.

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