miércoles, 2 de mayo de 2012

DELINCUENCIA Y BRUJERIA


LAS BANDAS CRIMINALES Y LA RELACIÓN CON EL OCULTISMO
Thomas Viana Restrepo
 
Revisando algunos textos y manuales me encontré con un término de seguridad que captó toda mi atención “Seguridad Mágica” la definición de este se conoce como la conjuración de los riesgos y amenazas mediante la práctica de rituales esotéricos o nueva era como lo son: rituales, rezos, pactos, jaculatorias; esta práctica tiene en la mayoría de los casos la participación de espiritistas, astrólogos, chamanes, taitas o brujos y tiene intrínseco objetos materiales que buscan la protección como son: amuletos, fetiches, talismanes, imágenes, mascotas, etc.

Para muchos estas prácticas son traídas de los cabellos; que hoy en pleno siglo XXI se pueda poner la seguridad de personas, bienes e instalaciones en manos de la seguridad mágica es una utopía, ¿es irresponsabilidad o ingenuidad?, pero debemos analizar las dos caras: Seguridad Vs Inseguridad.


En la actualidad hay un incremento en la violencia por parte de las bandas criminales dedicadas al narcotráfico en Latinoamérica; debemos destacar que estas organizaciones delictivas transnacionales tienen cada vez mayor relación con el ocultismo como la hechicería, brujería y esoterismo, las cuales están ligadas directamente con el crimen organizado global. Lo cual nos demuestra que hay un enfrentamiento en diferentes niveles, no solamente en lo físico sino también en lo espiritual.


El objetivo de las personas que practican estas creencias es obtener poder y protección, esto con el fin de inclinar la balanza a su favor sacando provecho o ventaja sobre sus adversarios, contrarios o enemigos.


En Colombia

Este tipo de prácticas son muy comunes en la guerrilla y los paramilitares que están en las selvas de los Llanos Orientales o en zonas apartadas, donde tradicionalmente se ha creído en brujas, hechizos y poderes sobrenaturales.


La guerra es la típica circunstancia donde el hombre se siente débil y tiene la necesidad de llevar amuletos, rezar las balas, el armamento, tomar bebedizos o agua bendita para no morir. "Hay eclecticismo en las creencias y por eso encontramos casos de guerrilleros que llevan cruces, hacen ritos indígenas, van a donde el brujo, prenden velas y hacen lo que sea por sobrevivir".


El caso de Clara María Fernández capturada junto con 11 personas en el mes de septiembre de 2011en la ciudad de Popayán, acusada de colaborar con el frente 29 de las Farc, es típico, pero las autoridades no la apresaron por pasar información ni por servir de correo humano o ser parte de una red logística. No… la acusaron de haber puesto al servicio de las Farc su profesión: la brujería. A pedido de los guerrilleros, Fernández, una adivina profesional, echaba el tarot para “ver” los movimientos de la fuerza pública entre Nariño y Cauca y al parecer estaba haciendo brujería al general Óscar Naranjo, director de la Policía Nacional de Colombia.


La pitonisa de Popayán no es la única a la que las autoridades han descubierto gestionando la ayuda de la magia negra para los grupos ilegales. En Octubre de 2011, durante un operativo del Ejército y la Fiscalía, fueron capturadas 44 personas en varias ciudades del país que habían robado durante varios meses armas de 11 batallones del Ejército para vendérselas a las Farc y a las llamadas bandas criminales Bacrin. "Entre los detenidos había una bruja a la que le hacían consultas.

Ella tenía pleno conocimiento de lo que estaba sucediendo y por eso también fue detenida", dijo la entonces directora nacional del CTI de la Fiscalía Marilú Méndez. Hasta su captura, el jefe de la banda estaba convencido de que hierbas, aguas y rezos de la bruja le “ayudaban” a evadir los controles de los armerillos de donde él y sus hombres sustrajeron munición, fusiles y equipos de visión nocturna.

También está el caso de Pedro Oliverio Guerrero, alias Cuchillo – Narcotraficante y Paramilitar, exjefe de la Banda Criminal ERPAC, al cual se le acusa de más de 3.000 crímenes, uno de los hombres más buscados en Colombia en el año 2010, por el cual se ofrecía una recompensa de US $2’500.000. 
 
Se dice que Cuchillo consultaba frecuentemente los servicios de una pitonisa la cual lo guiaba en diferentes decisiones que debía tomar y algunos de sus colaboradores más allegados han manifestado que tenia pacto con Satanás o estaba Cruzado, quizá esta es la principal razón por la cual su muerte se produjo por ahogamiento en el caño Siare y no por la acción de las balas de los Comandos Jungla de la Policía Nacional, especializados en operaciones en la selva; en el operativo realizado el 24 de diciembre de 2010 en el departamento del Meta.

Otro de los casos más sonados es el de un paramilitar conocido como el “Pollo Roger”, que finalmente fue asesinado por sus jefes. En las AUC le temían porque, decían, estaba loco y tenía pacto con el diablo. El “para”, según la Unidad de Justicia y Paz, tenía centenares de muertos en su haber; era tal su crueldad que, según confesión de los propios jefes “paras” de los llanos orientales, ordenaron fusilarlo porque sus crímenes habían comenzado a generarles demasiados problemas con las comunidades, incluso las más atemorizadas.


En la zona y en la Unidad de Justicia y Paz el “Pollo Roger” es casi una leyenda, porque las versiones coinciden en que tuvieron que dispararle más de 200 tiros para matarlo. "Estaba “Cruzado”", aseguran ex miembros de las AUC.


En México.

En México se habla mucho del ritual espiritual que realizan los narcotraficantes de los carteles a La Santa Muerte, figura o imagen a la cual se le hacen diferentes peticiones de amor, suerte, dinero y protección, así como también malintencionadas de daños a terceros o enemigos por parte de los fieles a este ritual.


En México se ve un incremento entre las pugnas o guerras internas entre los carteles del narcotráfico y entre los carteles y las autoridades del Estado. Muchas personas atribuyen también este incremento a los Narcocorridos música que realiza una apología al delito. Las ofrendas a la Santa Muerte incluyen flores, tequila, comida e incluso tabaco y marihuana. Las capillas públicas a la Santa Muerte se adornan con rosas y botellas de tequila, y se encienden velas en su honor.


Autoridades Mexicanas tiene pruebas de que los narcotraficantes, principalmente el Cartel del Golfo, recurren a “brujos” para lograr que sus cargamentos crucen sin problemas la frontera. Los narcotraficantes son asiduos a acudir a lugares donde “brujos” les hacen amuletos que cargan para protegerse de las autoridades y poder traficar de manera “segura” la droga de ciudad a ciudad. Algunos narcotraficantes, entre ellos el Cartel del Golfo, les gusta usar amuletos con animales, algunos de ellos, sacrifican perros, cabras o changos, a los cuales les extraen las vísceras para determinado ritual.


El cartel La Familia, tiene su amuleto llamado “La biblia”, que consiste en un documento que su líder Nazario Moreno, mandó editar y el cual entregó a su grupo de sicarios. Pretende con esto motivarlos a seguir el camino del “bien”, para esforzarse por ser los mejores y a mostrarles que sus acciones deben ser entendidas dentro de un contexto espiritual. Es por esto que acostumbran a dejar narcomensajes en el cuerpo de sus víctimas, con la firma ATTE. "La Familia" o "La Familia Michoacana”.


El grupo criminal “Los Zetas”, perteneciente al Cartel del Golfo, realizan rituales donde comen partes del cuerpo humano de sus “víctimas”, esto según ellos para “reintegrar su alma”. Y aunque esto es considerado canibalismo, ellos alegan que es un ritual, ya que solo comen partes “selectas” del cadáver.


En Guatemala, Honduras y Salvador

El movimiento Mara Salvatrucha o MS es una organización transnacional de pandillas criminales con presencia en diferentes países de América Central; para algunos expertos en el tema la sigla MS no corresponde a Mara Salvatrucha sino que tiene otro significado Movimiento Satánico.


Cuando Leticia, de 18 años, escucha hablar sobre satanismo, no se sorprende; durante dos años formó parte de una de las Maras más numerosas de Tegucigalpa, agrupación en la que se refugió al abandonar su casa debido a la desintegración familiar y a las golpizas que le daba su madre. La joven relata que en algunas ocasiones escuchó conversaciones entre sus compañeros en las que se referían a descuartizamientos que harían al día siguiente. Algunos de mis compañeros eran Satánicos. Yo nunca participé en ningún rito, pero sí recuerdo decir a unos que hablaban con el diablo”.


Leticia comenta que ella sentía miedo de participar en ese tipo de actividades, por lo que prefería mantenerse en silencio para evitar problemas. “Yo oí a unos compañeros comentar sobre descuartizamientos, eran fanáticos de matar a la gente partiéndola en pedazos”, asegura. Las maras participan en rituales satánicos, es por esta razón que aparecen partes de cuerpos en varios lugares. De igual manera miembros que se han retirado de las maras han confesado la práctica de rituales y que sus consejeras son brujas.


En Venezuela

El crecimiento desbordado de la delincuencia y los grupos de narcotráfico están siendo ligados con el fervor de rituales esotéricos y del espiritismo como la Santería y el Vudú y que también han florecido en los últimos años en Venezuela. Lo cierto es que con la llegada al poder del chavismo, el hampa se ha envalentonado y se mueve con una facilidad y una impunidad que sorprende a propios y extraños. Hoy se habla abiertamente del color rojo que identifica al Chavismo con los rituales del santerismo que según diferentes fuentes de comunicación practica Hugo Chávez.


La Santería es un culto que cuenta con muchos y fervorosos seguidores en Cuba, Venezuela, México, Puerto Rico, República Dominicana y varias ciudades de Estados Unidos. Muchos de sus devotos en Venezuela le han sumado además el culto a María Lionza, al Libertador Simón Bolívar, hasta llegar al punto de adorar a delincuentes o "malandros" que han asumido caracteres mitológicos en los barrios populares y de escasos recursos de Caracas.


Se destaca también los rituales y consagraciones de los niños a Satanás en San francisco de Yare una localidad a 70 kilómetros de Caracas, en un festival que se conoce como los Diablos Danzantes de Yare; los integrantes van vestidos de rojo y con mascaras multicolores con formas de animales como toros o cerdos.


Entre mas crece el fervor por los rituales de vudú y santerismo en Venezuela así mismo crece la violencia en el país incrementándose las muertes, los homicidios, secuestros y desapariciones. Para los venezolanos el mayor problema del país es la inseguridad. Esto es afirmado por el 90% de los habitantes, según el Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec). Los crímenes se cometen a plena luz del día, sin importar dónde, ni quién esté cerca; robos, asesinatos y secuestros son cometidos en las calles a diario.


Los rojos rojitos han permitido la formación de grupos paramilitares que se apoderan de áreas de la ciudad alardeando de ser guardianes de la revolución y, al amparo de consignas revolucionarias, manejan el tráfico de drogas y venden protección a los comerciantes e industriales de las zonas que controlan.


Nunca antes se había visto en Venezuela esta integración entre la delincuencia organizada, las bandas criminales que se disfrazan de izquierdistas y las policías. Con la llegada de Hugo Chávez al poder es alarmante el incremento de la violencia en Venezuela, a tal punto que victimas, autoridades y grupos delincuenciales recurren a espiritistas o rituales esotéricos para sobrevivir; las personas quieren refugiarse en lo invisible y lo desconocido.


Reflexión

El objetivo fundamental de este artículo es mostrar una problemática delincuencial y de violencia con base en casos reales demostrando así como existe una unión entre la delincuencia, las bandas criminales y el ocultismo; estas prácticas espirituales que se están entronando en la sociedad, generan una subcultura del ocultismo, que afecta la seguridad en las grandes ciudades de la región.


En este orden de ideas se generan varios cuestionamientos sobre la seguridad urbana: 
¿Será que estamos perdiendo la guerra contra el crimen organizado global?, ¿Están las organizaciones policiales de latinoamérica preparadas para hacer frente a este nuevo ingrediente en la cadena de violencia y terrorismo?, ¿Tenemos el conocimiento necesario para hacer lo correcto?,

¿Será oportuno comenzar a tocar estos temas abiertamente en los diferentes congresos, foros y seminarios de seguridad? Yo pienso que si, y ese conocimiento marcará la diferencia.

 
¡Thomas Viana Restrepo, es experto colombiano, consultor en gestión de riesgos. Gracias!




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