jueves, 26 de noviembre de 2009

REFLEXIONES DURANTE EL TIEMPO DE ADVIENTO...


José, el hombre fiel al proyecto de Dios
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En un mundo donde se expresan de formas múltiples las ansias de libertad, escondidas en lo más profundo del corazón humano, nos sorprende la gente que se compromete en proyectos de ayuda solidaria, en ONG, en comunidades de acogida. - En la vida ordinaria de cada día, en la familia, en los lugares de estudio y trabajo, en el ocio y la diversión, muchas personas se ponen al servicio de la vida: la protegen, la acompañan, la defienden, apoyando iniciativas del Espíritu. - Hombres y mujeres siguen cuidando el tejido frágil de la confianza, de las relaciones fraternas, de la escucha y del diálogo entre los pueblos para hacer posible el sueño de Dios de que todos somos hijos y hermanos. 

JOSÉ, el hombre justo que apoyó con total disponibilidad el Proyecto de Dios


San JoseAparece en el corazón del adviento silenciosamente. Sin palabras, es su vida la que nos habla delicadamente del Dios que le quema por dentro. Dios hace a José, un hombre de ojos limpios y corazón sencillo, para aprender día a día el arte de aceptar y acoger incondicionalmente a María, grávida de la semilla del amor de Dios en su seno; y a esperar, sin prisas, en la noche, a que la Palabra de Dios le indique el camino a seguir. El Dios de José es un Dios que le pone en camino de fe confiada y actitud silenciosa para acoger el proyecto del Enmmanuel, del “Dios-con-nosotros”. Su fe siempre está en vela, a la espera del querer de Dios que se le muestra en sueños. El Dios de José le alumbra tanto que le deja a oscuras, en plena noche, en actitud de abandono total; y le pone en camino, al paso de Dios, al amanecer. El Dios de José le hace peregrino de la fe, desprotegido, viviendo a la intemperie, va aprendiendo, unas veces poco a poco, y otras golpe a golpe, a recorrer los caminos nuevos de Dios. 

Para tu camino personal
 
• Pon tu mirada en la Palabra. Que en todo tiempo el alimento de tu camino sea la Palabra. Experimentar la fuerza única de la Palabra es experimentar el Adviento.
• Busca en ella lo que Dios espera de ti en cada momento de tu vida. Busca el coraje de los profetas, la confianza de los humildes, la fe silenciosa de José.
• Que la Palabra dé fruto en ti. Participa en algún proyecto de vida, de ayuda solidaria.

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