domingo, 11 de noviembre de 2012

MAMÁ ME VOY AL CIELO...



Imágenes Google-Edición MariamContigo
Una noticia inesperada… una noticia que deja atónitos a cualquier padre y madre…y claro con el corazon que les salta y quiere salir del pecho.
 
 Que el Dios del Amor, el Dios accesible que habita en el Sagrario le diga a uno de sus hijos… con derroche de amor y con tanta alegría y ternura: “Vendré pronto a buscarte.” 
Que ese hijo sea un niño de corta edad… mayor el temor y la angustia en sus padres. No es para menos. Humanamente es comprendido… pero también es entendible y aceptado que el Amor Divino que desee de regreso a este pequeño que tanto le ama, le busca y en alguna forma le pide que lo lleve con Él.
¿Temerle a Dios? Pensarlo es inconcebible. Dios es Dios… dueño de la vida… la da cuando quiere y la puede quitar cuando desee. No nos pertenecemos… somos regalo de Dios… y a Dios debemos regresar…
Guido de Fontgalland es un hermoso niño que nace el 30 de noviembre de 1913. Este pequeño posee un corazón inmenso e irresistible para todo lo que es Dios…Dios le atrae. Dios le impresiona. Dios se le hace fácil su cercanía, su amistad. Disfruta en la presencia de Dios desde la oración…
Una pequeña alma exquisita, de esas que roban el corazon de la familia. Sumamente humilde, exquisitamente puro, una tierna dulzura y delicada caridad.
Su mayor anhelo era comulgar… recibir a Jesús en su corazón… A la edad de siete Dios le concede  el regalo de recibirlo.
Para Guido es un regalo… y se prepara celosamente para recibir al Dios del Sagrario de una forma digna y agradable a Dios.
Oraciones y pequeñas mortificaciones vienen a hacer las herramientas espirituales en preparación a esa fiesta espiritual que tanto ansia.
Acostumbrado a las pequeñas penitencias por amor a Dios, entre ellas se destaca la siguiente: Guido deseaba ser como Jesús, por eso se quitaba el calorífero de agua caliente que le ponía su madre a las noches por el rio que sufría en los pies… Guido le mostraba su amor al Niño Dios de esta forma… ¿incomprensible para el mundo?... pero para las almas enamoradas de Dios… algo normal en el amor.
El amor de Guido por la eucaristía se recoge en sus propias palabras…  “El buen Dios nos ha dado la prueba más grande de su amor al instituir la Eucaristía y querer habitar con nosotros. No hay que tener miedo en ir a visitarle a la Iglesia y hablarle como a nuestro mayor amigo; es necesario recibirle con frecuencia en nuestro corazón preparándonos a su visita.” 
Guido acostumbraba a prepararse  para recibir la santa comunión. Solía decir: “Cuando se quiere comulgar es preciso pensar en ello desde la víspera y prepararse, “echando flores al Nino Jesús, como decía sor Teresita”, es decir, ofreciendo pequeños sacrificios por su amor.”
Desde que hizo la primera comunión Guido no escatimaba momento ni tiempo en propaganda para la Comunión. Quería que todos participaran de esta fiesta, de este manjar divino… que nadie se quedara sin recibir al Dios vivo como alimento.
¡Qué alma para amar a Dios Eucaristía!! ¡Y es un niño… tan solo un niño y habla como las almas místicas que tienen tanta intimidad con Dios… ¡Que asombro para la familia! ¡Qué alegría para la familia! ¡Qué ilusión para todos en la familia descubrir que el pequeño Guido camina seriamente por el camino de la santidad!!
¿Se imaginan esta madre? ¿Se imaginan el amor de Dios en el corazon de esta madre que ha sabido educar y guiar a su hijo hacia el cielo?  Madre así… son envidiables en estos tiempos tan difíciles… pero las hay… las hay y quizás con mayor grado de amistad con Dios, gracias sobreabundantes  por los tiempos en que vividos.
Guido sentía un amor muy especial y tierno por la Santísima Virgen María. Decía de ella…”y pensar que la Virgen es mas buena que todas las mamas juntas.”
No podemos dejar pasar un pequeño detalle en la vida de Guido. El amor de su vida es Jesús Eucaristía y la Santa Madre Celestial. Guido deseaba ardientemente comulgar, lo consigue… pero que sorprenda inesperada para toda la familia en especial para la madre.  El día de su primera comunión, donde ese corazoncito ardía en puro amor… Jesús tiernamente le dice que vendrá pronto a buscarle.
Su primera comunión la hace a la edad de 7 anos… Jesus le concede cuatro anos mas de vida. Un buen día en la gruta de Lourdes, Guido siente que la Santísima Virgen María le dice que ella personalmente vendrá a buscarlo. ¿Te imaginas que la Virgen te haga una confesión asi? ¿Te imaginas la haga con unos de tus hijos?
El dolor de la madre de Guido es comprensible… nos volvemos solidarias en su dolor… Guido para consolarla le decía repetidas veces…que Dios lo quiere así… que la Virgen le había dicho que de los brazos maternos pasaría a los brazos de la Mater…
¡Cuántas lágrimas derramadas por bendita madre!! ¡Cuánto estrujado y agonizante su corazón de madre!! ¿Acaso no podemos pensar que de alguna forma sintió un poquito el dolor de la Virgen de los Dolores con su Hijo Jesús cuando fue preso y sentenciado a morir en la cruz?  Solo el amor puede comprenderla.
Guido le pedía a su madre que no llorara… algo muy difícil de complacer. Y estoy segura que no eran sus lágrimas objeto de rechazo a la Voluntad Divina… sino el dolor de la partida… tan pequeño… tan pronto… se queda con los brazos vacios… su hijo parte de regreso a “casa” antes que ella… es comprensible su dolor…
Guido entra a la vida a los once años de edad… ¡Bendito niño que tomo muy en serio a Jesús!! ¡Bendito niño que se dejo guiar por madre tan virtuosa!! ¡Bendito niño que rechazo todos los halagos, honores, riquezas pasajeras de este mundo para codiciar la corona eterna de incalculable e inimaginable valor eterno!
Guido tomo muy en serio el camino de la santidad… Tu y yo… ¿también?

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