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COMUNIÓN
Del libro "Cuarto de hora de oración",
de San Enrique de Ossó
Contempla a Jesús que, dándote su
Cuerpo, te dice: "toma y come, este es mi Cuerpo".
Dios mío, haz
que te reciba siempre dignamente.
¿Qué es comulgar? Es tener la dicha incomprensible de recibir a
Jesucristo real y sustancialmente...
Es tener
la dignidad de albergar personalmente en nuestra humilde morada al Hijo de María
Inmaculada...
Es ser
rico con todas las riquezas del Hijo de Dios hecho hombre... ser dueño de su
cuerpo, alma, divinidad y méritos infinitos...
Es juntar, con la unión más íntima, nuestro corazón con el Corazón de Cristo para divinizarlo con este sagrado contacto...
¡Qué dicha es comulgar dignamente!
¿Cómo te preparas para recibir al Dios de tu Corazón, y al Corazón de tu
Dios?... ¿Adornas tu corazón con afectos de humildad y de confianza... con actos de
virtudes de fe, esperanza y caridad?...
...¿Huyes y
evitas con todo cuidado los menores defectos e imperfecciones?...
¿Tienes hambre espiritual de recibir a Jesús?... ¿Ansias juntar tu corazón al de Jesús para transformarte en Él?...
¿Tienes hambre espiritual de recibir a Jesús?... ¿Ansias juntar tu corazón al de Jesús para transformarte en Él?...
¿Meditas quién es Jesús... a qué viene a tu alma... qué exige de ti... qué debes tú ofrecerle?...
Jesús, yo
creo que estás en el Sacramento del altar. Te amo, te adoro, y
deseo mucho recibirte.
Dame a conocer quién soy yo y quién eres Tú, para recibirte dignamente.
¿Qué haces después de comulgar?
¿Adoras a Dios? ... ¿Le das gracias?... ¿Pides mercedes? ... ¿Le ofreces cuanto eres y vales?... ¿Cuál es el
primer saludo que diriges a Dios?...
Cierra
los ojos del cuerpo para que las cosas exteriores no te distraigan.
¿Llamas a todos tus sentidos y potencias a fin de que rindan
sus homenajes y se ofrezcan al servicio de Aquel que los creó?...
¿Qué haces... qué dices... qué piensas... qué deseas?...
No dejes
perder momento de ocasión tan oportuna, pues en un instante, si sabes negociar bien
con Jesús,
puedes hacerte rico con todas las riquezas de Dios...
¿Qué tiempo para merecer! Basta una comunión para
hacerte santo...
Mira a Jesús en tu corazón como
Rey en su trono, que con las manos llenas de gracias te dice con amor: ¿Qué
quieres que haga por ti?... Yo he venido a ti para hacerte feliz, compadecido
de tus miserias... Pide, pide cuanto necesites, que todo te lo dará... Me
he dado a Mí mismo: ¿cómo podrá negarte mis cosas?
Comulgaré a
menudo preparándome antes con gran fervor, y dando gracias después por
espacio de un cuarto de hora por lo menos.
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