Edición MariamContigo |
Un cachorro perdido en la selva vio un tigre corriendo en su dirección.
Comenzó entonces a pensar rápido a ver si se le ocurría aguna idea que
le salvase del tigre. Entonces vio unos huesos en el suelo y comenzó a
morderlos. Cuando el tigre estaba casi para atacarle, el cachorro dijo
en alto:
- ¡Ah, este tigre que acabo de comer estaba delicioso!
El tigre, entonces, paró bruscamente y, muerto de miedo, dio media vuelta y huyó apavorado mientras pensaba para sí:
- ¡Menudo cachorro feroz! ¡Por poco me come a mí también!
Un mono que había visto todo, fue detrás del tigre y le contó cómo había
sido engañado por el cachorro. El tigre se puso furioso y dijo:
- ¡Maldito cachorro! ¡Ahora me la vas a pagar!
El cachorro, entonces, vio que el tigre se aproximaba rápidamente a por él con el mono sentado encima y pensó:
- ¡Ah, mono traidor! ¿Y qué hago ahora?
Comenzó a pensar y de repente se le ocurrió una idea: se puso de
espaldas al tigre y cuando este llegó y estaba preparado para darle el
primer zarpazo, el cachorro dijo en voz alta:
- ¡Será perezoso el mono! ¡Hace una hora que le mandé que me trajese otro tigre y todavía no ha vuelto!
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