LOS MILAGROS DE JESÚS DE NAZARET
Por: José Barros Guede es sacerdote incardinado en la archidiócesis castrense
de España. Es coronel capellán, ya retirado. Está licenciado en
Teología y en Derecho Civil. Fue abogado en ejercicio y escritor. Reside
habitualmente en A Coruña.
Llamamos milagros a hechos reales
sobrenaturales que no tienen explicación natural. Los cuatro Evangelios
refieren muchos milagros realizados por Jesús de Nazaret ligados a su
predicación evangélica del reino de Dios, que prueban su divinidad,
entre los cuales, hay curaciones de enfermos, expulsiones de demonios,
resurrecciones de muertos y hechos físicos inexplicables naturalmente,
de los cuales sus enemigos contemporáneos ni dudaron ni los negaron,
sino que los atribuyeron al poder de demonio.
Curaciones de enfermos con su sola
presencia o con su simple palabra del sí quiero o con sólo tocarle su
túnica, tales, como la del criado del centurión de Cafarnaúm, la de la
suegra de Simón Pedro y la de la curación de un paralítico en dicha
ciudad, la de la hemorroisa, la de la hija de Jairo, la de los dos
ciegos de Jericó y la de diez leprosos, etec.
Expulsiones de demonios con el solo
acto de su voluntad, tales, como echar a los cerdos a los demonios y
morir ahogados que poseían a dos personas en Garasa, la de un
endemoniado mudo y la de un muchacho que tenía un espíritu inmundo y que
sus discípulos no pudieron curarlo. etc.
Resurrecciones de muertos con su sola
voluntad tales, como la del hijo de la viuda Naín, la de Lázaro y la del
propio Jesús de Nazaret. Hechos físicos naturalmente inexplicables,
tales, como las dos multiplicaciones de panes y peces, la transformación
de agua en vino en las bodas de Caná y las pescas milagrosas etec.
Determinados racionalistas,
materialistas, deterministas y panteístas niegan que dichos hechos sean
milagros. Afirman que son alucinaciones y alteraciones del sistema
nervioso de las personas enfermas, o que son fábulas o mitos creados por
la primitiva comunidad cristiana. Se basan en el principio filosófico y
científico de que los milagros no son posibles.
Sin embargo, la Iglesia afirma que son
posibles y los realizados por Jesús de Nazaret son verdaderos milagros.
El concilio Vaticano I manifiesta: “Si alguno dijere que los milagros no
son posibles, y que por lo tanto todas las narraciones de ellos, aún
las contenidas en las Sagradas Escrituras, se han de relegar a fábulas o
mitos, o que nunca puedan conocerse con certeza los milagros, y que no
se prueba con ellos el origen divino de la religión cristiana, sea
excomulgado” (Canon 4).
Debemos distinguir entre leyes y fuerzas
materiales y sicológicas y entre leyes y fuerzas metafísicas y
matemáticas. Dios con su poder infinito y todopoderoso puede cambiar y
modificar las leyes y fuerzas materiales y sicológicas naturales. Lo que
Dios no puede cambiar o modificar son las leyes metafísicas y
matemáticas porque son inmutables, eternas y de absoluta necesidad,
tales como, cambiar el bien por el mal o transformar un triángulo en
cuadrado.
Jesús de Nazaret, por ser el Hijo
Unigénito de Dios Padre, tenía el poder divino de hacer milagros
cambiando o modificando las leyes materiales y sicológicos naturales por
medio de su palabra, por la imposición de sus manos o con solo tocar a
las personas o a las cosas. Para hacerlos solamente exigía al enfermo,
al endemoniado y al necesitado fe a su persona, a su misión evangélica
de reino de Dios y a Dios Padre. Lo que no podía hacer era cambiar las
leyes metafísicas y matemáticas porque son inmutables, eternas y de
absoluta necesidad.
Los santos no pueden hacer milagros
porque no tienen el poder infinito y divino de Dios para cambiar o
modificar las leyes materiales y sicológicas de las personas y de las
cosas, sin embargo con su oración y con su ejemplo de vida cristiana
pueden pedir a Dios Padre y a su Hijo Dios, Jesús de Nazaret, que los
realice, como conocemos muchos casos por la historia de las
canonizaciones.
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