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LA ARMONÍA DE LA JUSTICIA
Fuente: Valores
El
valor de la Justicia representa para el Liderazgo la rectitud de
comportamiento, la equidad en la toma de decisiones y el dar a cada
quien lo que le corresponde.
En general, la justicia es el resultado de la expresión armónica y equilibrada del carácter del Líder.
La
justicia en el Liderazgo significa no sólo ser justo consigo mismo,
sino aplicar justicia hacia el exterior, en hacer justicia al resto de
los humanos.
La justicia personal del Líder consiste en vivir una vida justa, de acuerdo a sus principios, valores y naturaleza básica.
Está
íntimamente ligada a la integridad, que es la forma de actuar por la
que se hace justicia a la coherencia entre pensamiento, palabra y obra.
De esta manera el Líder logra satisfacer justamente sus propias
necesidades, alimentando siempre los valores éticos y la honestidad.
La
justicia interna, además, depende de la Templanza, ese otro valor para
el Liderazgo, que puedes leer en mi artículo: “Valores Y Liderazgo:
El Orden De La Templanza”, y que apunta a la búsqueda del punto medio
(moderación del pensamiento y comportamiento), donde radica el
conocimiento de los límites propios de actuación.
No
es tarea ligera esto de ser Líderes con valores y justicia. Mientras en
nuestros corazones reine el poder del EGO, mientras nuestro sistema
psicológico esté plagado de deseos por colmar, y de egoísmos y segundas
intenciones, seremos presa fácil de la injusticia, pues no sabremos
discernir ni decidir lo conveniente a la justicia.
Sólo
puede ser justo hacia afuera, quien ha aprendido y practicado la
justicia interna. Esto es parte del despertar de la consciencia, a que
estamos llamados a consumar.
En
el caso de las empresas, el valor de la justicia se relaciona con que
el Líder trata justa e imparcialmente a cada uno a sus relacionados, ya
sean sub-ordinados, jefes, socios, empleados, accionistas, contratistas,
suplidores o clientes.
El
valor de la justicia en el Líder Empresario se manifiesta procurando un
trato amable, demostrando comprensión por los problemas personales y
laborales de los demás, entregando salarios justos, accediendo y
facilitando el desarrollo personal y profesional de los colaboradores,
creando ambientes de trabajo saludables, respetando los acuerdos, normas
y horarios, aceptando la participación en la toma de decisiones,
acogiendo otros puntos de vista, permitiendo el desenvolvimiento de la
creatividad de todos los involucrados, entre otras.
Bien
es cierto que cuando la empresa tiene problemas financieros y no genera
ganancias, no se puede hacer justicia a los colaboradores, pero situar
el valor que le damos al dinero, por sobre el valor del hombre, no le
hace justicia a este último.
Ya
sea como Empresario o Gobernante, el Líder debe realizar una
distribución justa de los bienes comunes, dependiendo del rol que cada
quien juegue y de su desempeño social o empresarial.
La
justicia debe ser ciega para el Líder, quien no debe dejarse tentar por
aquellos que ofreciéndole dádivas y agasajos, intenten desviar el curso
de sus decisiones.
Las
decisiones que tome el Líder deben estar bien sustentadas en hechos e
información fidedigna para lograr medidas de solución justas, en cada
caso en particular.
Anselm
Grûn, en su libro “Dirigir con Valores” lo expresa de la siguiente
manera: “La justicia exige a todo dirigente tener presente el bien de
todos los seres humanos. Sus decisiones tienen siempre repercusión en el
mundo entero. Por eso debe conocer las circunstancias y condiciones
económicas que se dan en el mundo. La globalización sólo tendrá éxito si
va unida a valores éticos, si se convierte ante todo en precursora de
la justicia, y no en la explotadora de aquellos que todavía no son lo
bastante astutos para asegurarse el mayor provecho.”
No
es sencillo ser justos, pues al parecer somos injustos por naturaleza, o
tal vez por aprendizaje o herencia. No lo sé. Estas palabras no
necesitan más demostración que la de ver en lo que hemos convertido
nuestro mundo, gracias a la injusticia.
Observamos
cómo la sed de justicia es uno de los emblemas más apetecidos por toda
la sociedad. Si el ser humano fuese justo, no aspiraría tanto a la
justicia, como lo hacemos en estos tiempos.
Todo
aquel que desee ser un Líder verdadero deberá adoptar la Justicia como
uno de sus valores fundamentales, recordando siempre que al ser Líderes,
tienen bajo su responsabilidad las almas de otros seres humanos a
quienes cuidadosamente deben dirigir y guiar, a quienes deben comprender
y animar, representar, apoyar para lograr su desarrollo psicológico,
ayudar a resolver sus problemas y a satisfacer sus necesidades.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia y todas las demás cosas se os dará por añadidura”
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