LA IGLESIA AL REVÉS
Esta ha sido una semana convulsa en la Iglesia Católica. Parece
inverosímil que tengamos que asistir a la sanción y persecución de
quienes mantienen la Fe Católica, mientras los que la niegan o
desvirtúan gozan de total impunidad, cuando no son premiados.
Fuente: Ed. V.C.C.
Sin duda alguna, la noticia que ha sacudido a la Iglesia Católica es la "anexión de facto",
en palabras del Dr. Rober Shaw, de la Soberana Orden de Malta, por
parte de la Santa Sede. La Orden de Malta, la orden de caballería más
antigua existente, es una entidad soberana de derecho público
internacional, emite pasaportes y tiene embajadas. Aunque sus miembros
de más alto rango hacen votos religiosos, y por lanto están sujetos a
obediencia al Papa, la Orden como tal no es una orden religiosa, sino
que tiene sus propios organismos de gobierno y administración de
Justicia. No obstante, la semana pasada la máxima autoridad de la Orden,
el Gran Maestre, fue obligado a renunciar por el Papa Francisco, y
obedeció en virtud de su voto de obediencia, pero además el Papa anunció
que anulaba los últimos actos de gobierno y nombraría un delegado
pontificio para dirigir una reorganización de la Orden.
¿La
razón? El Gran Maestre, Frey Matthew Festing, había ordenado la
dimisión del Gran Canciller de la Orden, Albrecht von Boeselager,
responable de unas actividades de caridad en Myanmar en la cuales se
encontró que la Orden estaba distribuyendo anticonceptivos. Ahora, con
la anulación de los actos del Gran Maestre, el Papa ha restituido a von
Boeselager en el cargo, de quien se supo recientemente que su hermano
Georg Freiherr von Boeselager entró a trabajar en el Banco Vaticano el
pasado diciembre.
Otra de las noticias que ha
sacudido los medios católicos esta semana, es la blasfemia de Sor Lucía
Caram, una monja dominica española, quien en una entrevista televisiva
afirmó que la Virgen María y San José tenían relaciones sexuales. Las
herejíasde Lucía Caram no son novedad, ya ha causado escándalo por su
defenda del aborto y la homosexualidad. Lo que sorprende y resulta
incomprensible, es que ante la negación de verdades de Fe, como la
Virginidad Perpetua de María, los obispos se limitan a "lamentar lo
ocurrido" rehusándose a aplicar las sanciones previstas en el Derecho
Canónico para la negación de las verdades de Fe. Al fin y al cabo, es lo
mismo que ha ocurrido aquí en Colombia con los escándalos provocados
por miembros de la Compañía de Jesús, como el P. Carlos Novoa, P.
Alberto Múnera, o el P. Alfonso Llano.
Y mientras los que contradicen la Fe católica siguen igual de campantes, aquí en Colombia un sacerdote fue suspendido a divinis,
bajo cargos de romper la comunión con el Papa Francisco y sus
enseñanzas sobre el matrimonio y la eucaristía, es decir, por negarse a
que se diera la comunión a los adúlteros públicos como se pretende en la
exhortación apostólica Amoris Laetitia. Un caso no muy
distinto del del P. Giovanni Cavalcoli OP, quien ha sido censurado
canónicamente por afirmar, acorde con la enseñanza de la Iglesia, que
los recientes terremotos ocurridos en Italia podrían ser un castigo
divino a causa de la legalización de las uniones homosexuales.
¿Qué
es lo que está pasando en la Iglesia? Mientras los herejes campan a sus
anchas y se les permite difundir su veneno fatal por todo el cuerpo de
Cristo, los clérigos fieles son condenados injustamente. Mientras von
Boeselager, el repartidor de condones, es rehabilitado en el cargo,
Festing, el que buscaba purificar a la orden es destituido. Mientras
Caram y los jesuitas se muestran intocables, sacerdotes fieles como el
P. Medina o el P. Cavalcoli son sancionados. En fin, mientras un
encubridor de pederastia como el Card. Daneels es nombrado asesor del
Sínodo, un defensor de la familia como el Card. Burke es expulsado de la
curia. Como explica el Dr. Joseph Saw
en su artículo, hace al menos 50 años que en la Iglesia el Derecho
Canónico es usado arbitrariamente, con manga ancha para los desviados y
estrecha para los fieles. El prejuicio antilegalista, como el que ha
expresado el Papa Francisco en muchos pronunciamientos, parece ignorar
que el propósito de la ley, tanto civil como canónica, es evitar el
abuso de poder por parte de quienes lo detentan.
Afortunadamente, esta semana hemos podido saber que Mons. Rigoberto Corredor ha recapacitado y ha readmitido al P. Luis Carlos Medina en su ministerio sacerdotal,
prometiendo además que prohibirá que se administre la comunión a
quienes se encuentran en pecado público, como el adulterio. Roguemos a
Dios que se repitan estos casos en la jerarquía, y cada vez más obispos
se animen a enfrentar el mal y el error con honestidad y valentía.
DIOS CONTIGO
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