CRECIENTE AGRESIVIDAD LAICISTA
La confrontación de posiciones entre ateos y creyentes de Dios es cada vez más frecuente debido al crecimiento del ateísmo y a la creciente agresividad laicista.
Un ejemplo de la promoción de estos gestos agresivos lo vimos funcionar en el discurso del Presidente Obama en la Jornada Nacional de Oración, que no sólo estigmatizó a las religiones como fuentes de violencia, sino que equiparó al cristianismo con el islamismo como productores de actos violentos.
Un ejemplo de la promoción de estos gestos agresivos lo vimos funcionar en el discurso del Presidente Obama en la Jornada Nacional de Oración, que no sólo estigmatizó a las religiones como fuentes de violencia, sino que equiparó al cristianismo con el islamismo como productores de actos violentos.
Los ateos se consideran que son más lógicos y modernos que los creyentes, que la religión es intolerante y produce violencia. Y en base a la creencia idealizada de la ciencia, piden a los creyentes que demuestren que existe Dios.
Fuentes: raymondibrahim, thegregoriam.org, buff.ly, hup.harvard.edu
Probablemente un debate no sirva para cambiar la posición de un ateo,
porque también hay elementos de orgullo intelectual y de experiencias
personales, pero los argumentos de la fe tal vez los conserve en su mente, y quizás el Señor lo venga a buscar un día y éste no se rebele como anteriormente; esto vale aún más para quienes presencian el debate.
Y sobre todo no hay que dejar pasar las
informaciones falsas, como que todas las religiones son fuentes de
violencia o como que el Islam es tan violento como el cristianismo.
Los católicos deben ser conscientes de las amenazas que plantea a la
fe el resurgimiento del ateísmo, pero no debemos tener miedo de ellos.
La Iglesia se ha enfrentado a oponentes mucho más feroces y más
inteligente por más de 2000 años, y todavía estamos aquí para contarlo.
Dios nos guiará.
LAS FALACIAS DEL DISCURSO DEL PRESIDENTE OBAMA
Mientras que el mundo está en estado de shock y horrorizado por las
acciones cada vez más salvajes de la banda terrorista Estado Islámico
(ISIS) – como la reciente inmolación de un piloto prisionero – en los
EE.UU. la respuesta del presidente Obama refleja los mitos que el relativismo quiere imponer.
En su intervención en el ‘Jornada de Oración Nacional’ el 5 de
febrero, Obama aconsejó a los estadounidenses a bajar del pedestal para recordar que los cristianos también han sido culpables de tales atrocidades:
“Cuando miramos desde un
pedestal y pensamos que las decapitaciones, la esclavitud sexual, la
crucifixión, la inmolación humana es único de otro lugar, recordemos que
durante las Cruzadas y la Inquisición, las personas cometieron actos
terribles en nombre de Cristo.”
Esta frase de Obama introduce dos falacias: una
que compara la violencia del Estado Islámico con la que hubo en
guerras, y otra es insistir sobre el mito de las Cruzadas como un hecho
sanguinario de los cristianos contra los musulmanes.
Indirectamente y solapadamente también intenta hacer “buena letra” con los musulmanes, poniendo el nivel de violencia de cristianos y musulmanes a la par. Pero lo que soslaya Obama es que mientras Jesucristo nunca justificó los actos de violencia, Mahoma lo hizo repetidamente y los estimuló. Y además que mientras los cristianos hace siglos han abandonado prácticas guerreras, los musulmanes siguen con su lógica de conquista sanguinaria.
¿Obama puede mostrar algún documento público o secreto en que
organizaciones cristianas pidan la amputación de miembros, la
crucifixión, o el degüello en algún caso? No lo hay, porque no es la
lógica del cristianismo.
En cambio hay fatwas de hoy del Estado Islámico incitando a esa violencia, y las “autoridades” islámica de Al Azhar – la universidad más antigua y prestigiosa del mundo islámico – todavía prescribe libros que la justifican y el corte de las manos y los pies de los miembros del Estado Islámico por la quema del piloto jordano, legitimando así estos actos de acuerdo a la ley islámica.
Y respecto a las Cruzadas, Obama sigue la narrativa académica
dominante que retrata anacrónicamente a los cruzados como codiciosos e
imperialistas cristianos que decidieron conquistar a los musulmanes
amantes de la paz en el Medio Oriente.
Considera las palabras del Papa Urbano II, pronunciadas hace casi un milenio:
“Desde los confines de Jerusalén, y de la ciudad de Constantinopla viene una horrible historia a nuestros oídos, que una
raza del Reino de los persas [es decir, los turcos
musulmanes]… invadieron las tierras de los cristianos y la despoblaron
con la espada, el pillaje y el fuego; llevado a algunos de los prisioneros a su propio país [como esclavos], y una parte fue destruida con crueles suplicios; ellos han destruido las iglesias de Dios, o se las apropiaron para los ritos de su religión… ¿Y qué puedo decir acerca de violaciones abominables de las mujeres? Hablar de ello es peor que estar en silencio”
Fue así como los cruzados dejaron sus tierras y familias para
ir en ayuda de los cristianos atacados, perseguidos y para liberar
Jerusalén de las manos musulmanas.
Y ahora Obama está retratando a los cristianos como “no mejores que el estado islámico”.
La verdadera lección de las Cruzadas es que la violencia
islámica ha sido notablemente consistente y que la persecución musulmana
a los cristianos fue de hecho el principal impulso para las cruzadas.
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