Un eufemismo es una palabra o expresión políticamente aceptable o menos
ofensiva que sustituye a otra palabra de mal gusto o tabú, que puede
ofender o sugerir algo no placentero o peyorativo al oyente.
Está claro que en nuestro ambiente sobrepasamos los eufemismos, y llegamos convertir las realidades feas o malas, en bonitas y buenas, con el viejo truco de cambiarles de nombre, creando un lenguaje social, por un supuesto respeto a la libertad de los demás. Así también solemos ridiculizar a otros cuando nos molesta el buen ejemplo que nos dan. Por ello llamamos:
♥ A fornicar: “Hacer el amor”
♥ A difamar: “Tener tema de conversación”.
♥ A la infidelidad matrimonial: “Amistad”
♥ A la cobardía: “Prudencia”
♥ Al adulterio legalizado por el divorcio: “Rehacer sus vidas”
♥ Al bueno para nada: “Buen chico”
♥ Al inútil haragán: “Bohemio”
♥ A la superficialidad vestida con ropa de marca: “Personalidad”
♥ A la grosería: “Franqueza”
♥ Al inmoral: “Tipo con éxito”
♥ Al que lleva una vida deshonesta, pero sale en televisión: “Famoso”
♥ Al hijo dentro del vientre materno: “Producto”
♥ Al asesinato por aborto: “Interrupción del embarazo”
♥ Al no querer tener más hijos por comodidad y cobardía: “Responsabilidad”
♥ A la mujer decente dedicada a su familia: “Anticuada”
♥ Al hombre bueno: “Idiota”
♥ Al que perdona: “Imbécil”
♥ A quien cree en Dios, y lo trata: “Santurrón”
♥ Al pecado: “Debilidad”
♥ Al pecado (en otros lugares): “Producto de una mentalidad retrógrada”
♥ Al malgastar el dinero para meterse en todo tipo de lugares: “Saber vivir”
♥ Al sonso que lee todo lo que cae en sus manos: “Culto”
♥ A quien tiene una jerarquía de valores en la que prevalece Dios: “Fanático”
♥ A quien habla o escribe teniendo una jerarquía de valores sin Dios: “Intelectual”
♥ Al que habla o escribe sin tener jerarquía de valores: “Persona de criterio abierto”
♥ A los sexos masculino y femenino, para justificar los desórdenes antinaturales de las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales: “Ideología de Género”.
♥ Al que no sabe obedecer: “Auténtico”
♥ A la mujer dedicada a su hogar: “Víctima”
♥ Al que se atreve a usar la palabra pecado para sí mismo: “Escrupuloso”
♥ Al que se atreve a usar la palabra pecado para otros: “Inquisidor”
♥ Al robo: “Compensación”
♥ Al fraude: “Habilidad”
♥ A la conciencia putrefacta: “Madurez”
♥ A las diversiones para degenerados: “Espectáculos para adultos”
♥ Al hombre fiel a su mujer: “Dominado”
♥ A la pornografía: “Arte”
♥ A la moral de Cristo: “Viejos prejuicios”
Es muy grande el peligro de ser arrastrados por un ambiente contaminado de mentiras y críticas, por eso vale la pena detenernos para analizar nuestra vida comparándola con nuestros principios. Cuando el hombre traiciona la verdad, se traiciona a sí mismo, puesto que nuestra inteligencia debe enfrentarse a la realidad para conocerla, y no para inventarla.
DIOS CONTIGO
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