Kiko |
En una carta reservada la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos se ha emplazado a los
Neocatecumenales a dejar de lado las prácticas litúrgica abusivas,
reveló el vaticanista Andrea Tornielli.
Tras la publicación del texto en italiano en Il Giornalle, Sandro Magister en su web Chiessa
comenta el hecho como absolutamente veraz. Dos fuentes de tendencias
marcadamente distintas confirman la existencia de la carta, fechada el
primero de noviembre de 2005.
En ella, por orden expresa del Papa Benedicto
el Card. Francis Arinze se dirige a Kiko Argüello, a Carmen Hernández y
al P. Mario Pezzi, españoles los dos primeros, italiano el último,
máximos referentes del llamado "camino neocatecumenal".
Como es sabido, los neocatecumenales no celebran la
misa los días domingos sino los sábados por la tarde, lo hacen en casas
de familia y sentados a una mesa con un mantel largo. Restringen la
asistencia a personas aceptadas en el movimiento. La homilía es dicha
habitualmente por un laico (casi nunca un sacerdote) inclusive por
mujeres… o bien consiste en una serie de comentarios de los presentes.
Comulgan de un pan ácimo grande, en forma de tortilla, del cual todos
desgarran su parte, pasándoselo unos a otros después de la consagración,
lo mismo que el cáliz, del cual beben grandes sorbos.
Estas prácticas han sido prohibidas por la Santa
Sede, aunque les ha concedido a los neocatecumenales un "tiempo de
adaptación" de dos años, a fin de que se vayan erradicando gradualmente.
Entre las directivas de la carta leemos:
El domingo es el "Dies Domini" como el Siervo de
Dios Juan Pablo II ha querido ilustrar en su Carta Apostólica sobre el
Día del Señor. Por lo tanto, el Camino Neocatecumenal debe comenzar el
diálogo con los obispos ordinarios diocesanos a fin de poner en claro
que la comunidad neocatecumenal se incorporará a la parroquia inclusive
en el contexto de las celebraciones litúrgicas. Al menos un domingo al
mes las comunidades del Camino Neocatecumenal deben participar de la
Santa Misa en la comunidad parroquial.
Se les ordena también seguir la normativa litúrgica
vigente en la Intitutio Generalis Missalis Romani (nn. 105 a 128) y en
la Praenotanda del Ordo Lectionum Miase (nn 15, 19, 38, 42). Según manda
el Codex Iuris Canonici (Código de Derecho Canonico) en su Canon 767 §
1, la homilía debe ser dicha por un presbítero o diácono.
Si bien no son taxativas las prohibiciones de
"diálogo" o "testimonios" aportados por fieles durante las homilías, se
recomienda reducir esta intervenciones a su mínima expresión, como algo
realmente extraordinario y en ocasión debidamente justificada. Se ordena
sí, sin excepción que los neocatecumenales adopten el uso eclesiástico
en vigor para la recepción de la Sagrada Comunión y que sigan los libros
litúrgicos aprobados. También se les ordena celebrar otras "plegarias
litúrgicas" no tan solo la N º 2.
Resulta sorprendente que a poco de ser
institucionalizados oficialmente por la Iglesia, los neocatecumenales
sean llamados al orden de un modo tan severo, aunque discreto. Y en
materia litúrgica. Sin duda el Papa Benedicto tiene una preocupación
particular por el tema. Sin embargo parece difícil que dichas directivas
sean acatadas pacíficamente, máxime con el tiempo de "adaptación" que
se les ha concedido, lo que hará que abriguen esperanzas de una
"revisión" de la medida o les dará tiempo para presionar por dicha
revisión.
Se verá aquí cuanto hay de verdad en la tan
manifestada obediencia de estos movimientos a la Santa Sede, ahora,
cuando Roma los llama al orden.
Fuente: Panorama.-
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