A SAN ELÍAS DEL MONTE CARMELO
Para vencer toda maldad
Esclarecido Patriarca Elías, tú
que eres la forma misma de la justicia, espejo de la santidad. ejemplo
de la piedad, defensor de la Fe, Doctor del israelítico pueblo, maestro
de los ignorantes, refugio de los oprimidos, Abogado de los pobres, Juez
de las viudas, vista de los ciegos, lengua de los mudos, vengador de
las ofensas de Dios, temor de los malos, gloria de los buenos, vara
castigadora de los Poderosos, martillo de los tiranos, Padre de los
Reyes, Sal de la tierra, luz de todo el mundo, Profeta del Altísimo,
Precursor de Jesucristo en su segunda venida, Cristo del Señor, Dios de
Acab, terror de los falsos profetas de Baal y rayo destructor de los
herejes, por todas estas tus excelentísimas prerrogativas que el Señor
puso en ti, te suplicamos rendidos interpongas con la Divina Majestad tu
poderosa y eficaz intercesión para que mediante ella los justos
consigan la perseverancia, los afligidos el consuelo, los desvalidos el
amparo, los pobres el remedio, las viudas el alivio, los pecadores la
penitencia, los ciegos vista, vida los muertos, enmienda los tiranos,
los Reyes Católicos paz y concordia, los herejes arrepentimiento, los
idólatras luz y conocimiento del verdadero Dios, y todos consigamos de
su Divina Majestad los bienes que necesitamos así de alma
como de cuerpo, y así de gracia como de gloria, para que todo lo que
hemos pedido en tu Novena redunde en honra de Dios y provecho nuestro.
Amén.
Si a la necia ceguedad, vencerá vuestro fervo.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Sol brillante de Israel, a quien la gracia previno para el mas alto destino previsto antes de nacer: Por ti hemos de merecer gozar de felicidad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Siendo vos recién nacido, fue vuestro padre admirado por veros, niño sagrado, entre unas llamas metido: discreto, cuanto advertido, consultó la novedad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Que seríais Juez prudente, dijo el oráculo santo, vuestro celo sin quebranto en todo tiempo eminente: Que os educara decente,
con temor santo y verdad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Con una firme esperanza salisteis desde Galaad
para reprender a Acab, por su idolatría tanta: todo su reino se espanta al ver la gran sequedad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Candados vuestro poder en esas nubes echó, y la lluvia no cayó,
atenta a vuestro querer: Portentoso habéis de ser sin duda, en cualquier edad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
El hospedaje pagaste a la viuda sareptana, cuando en virtud más que humana su hijo resucitaste: Que fue mucha declaraste
siempre vuestra potestad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
El fuego de su región a vuestro imperio bajó, hechas cenizas dejó
la contumaz religión: Denos vuestra intercesión el de ardiente caridad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
La idolatría postrada a vuestras plantas quedó, cuando el fuego consumió vuestra víctima sagrada: Acab, su altivez domada,
veneró tal santidad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Bajo un enebro rendido os miro, Padre sagrado,
del camino fatigado, de Jezabel perseguido: del Cielo favorecido
con generosa piedad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
En prueba de vuestra pureza ángeles os acompañaban, y el sustento os llevaban huyendo de la fiereza de Jezabel, en la empresa contra vuestra benignidad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Con oracion fervorosa conseguiste en el Carmelo, ver la nube del consuelo y abundancia prodigiosa: Que hizo la suerte dichosa
de Adán y su posteridad.
de Adán y su posteridad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
El vaticinio que hicisteis en aquella nubecilla de la Virgen sin mancilla ser hijos nos merecisteis: Bajo su amparo tuvisteis
a vuestra posteridad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
De tu fe los resplandores dieron luz a los errantes, que estando de Dios distantes daban a Baal loores: La Iglesia con tus favores
aumentó su claridad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Masfa y Galaad son testigos de tu austera penitencia, la humildad y la obediencia alli trajo a tus amigos, y profesaron activos
la más pura castidad.
la más pura castidad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Paso el Jordán os franquea de vuestra virtud forzado; diste espíritu doblado a Eliseo, que posea: Propicia también nos sea
vuestra liberalidad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Carroza os sirve de fuego, padre, por aquellos Cielos; premio que a vuestros desvelos envía Dios desde luego: Alcanzad que el mundo ciego conozca su gran verdad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Allá en el Monte Tabor, cercada de claridad, se os mostró la humanidad de Cristo nuestro Señor: Sin duda fue ese favor
señal de grande amistad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Todo encendido en amor vuestras palabras eran fuego,
que daban la vista al ciego
y pureza al pecador: Todos como protector os piden con humildad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Y pues tu predicacion fue y por último será, un rayo de Cristiandad que partirá el corazón: danos tu bendición, patriarca, con longanimidad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Contra el perverso Anticristo y su doctrina feroz, predicará vuestra voz la verdad de Jesucristo: Por vos el mundo malquisto dejará su ceguedad.
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
Si a la necia ceguedad vencerá vuestro fervor,
Elías, danos favor, para vencer la maldad.
DIOS CONTIGO
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