LA ESTRATEGIA DE SANTOS Y LOS MEDIOS PARA LA APROBACIÓN FORZOSA DEL ACUERDO CON LAS FARC
El día de ayer 5 de octubre se llevó a cabo una
reunión en el Palacio de Nariño, entre el gabinete de Juan Manuel Santos
y la delegación del Centro Democrático para tratar de acordar las
reformas que se harían al acuerdo entre el gobierno y las FARC que fue
rechazado por los colombianos en el plebiscito del 2 de octubre. Luego
de la reunión que tomó más de cinco horas, el presidente Santos salió a
dar un mensaje de optimismo, “estamos muy cerca de lograr la paz. Una
paz estable y duradera con un apoyo ciudadano más amplio”, mientras que
el ex procurador, Alejandro Ordóñez se mostró más bien pesimista: “nos
dijo que valoraría las propuestas que sean viables y razonables, lo cual
pone esta discusión en un terreno muy deleznable”.
~VotoCatólico~
¿Por
qué esta discrepancia? La explicación estaría en unas declaraciones
hechas por Santos luego de reunirse con un grupo de pastores
protestantes. Dijo que con ellos “identificamos que muchas de sus
preocupaciones están en puntos que solo requieren aclaraciones”. Así es
que ni siquiera hay acuerdo sobre el nivel de disenso, según el
procurador Ordóñez “ese acuerdo no existe. Si hay cosas rescatables,
serán para incluirlas en un nuevo acuerdo en el que las condiciones son
las que surgieron en las votaciones del 2 de octubre. Las razones del NO
son los inamovibles que nosotros tenemos y sobre los que se debe
construir un nuevo acuerdo”, mientras que para Santos, lo que le hace
falta al acuerdo para conseguir ese “apoyo ciudadano más amplio”, son
meras “aclaraciones”.
En esto, las declaraciones de santos coincide con la columna escrita por Rodrigo Uprimny,
el director de Dejusticia y lider jurídico del lobby gay y del aborto
en Colombia, en la que plantea una serie de “tesis” sobre la
renegociación. Uprimny, haciendo uso de una falacia “hombre de paja”
desfigura la oposición al plebiscito, pretendiendo que “los promotores
del NO en general dijeron que no se oponían a todo el acuerdo sino a
puntos particulares” y a través de esta idea, asumir que “Los puntos del
acuerdo de paz que no recibieron oposición clara por los voceros del NO
durante los debates del plebiscito deberían entenderse todos
aprobados”.
Bien es sabido que Uprimny ha
acompañado al gobierno Santos en la defensa del acuerdo con las FARC,
así como también representa una posición coincidente con el gobierno en
los temas de aborto, eutanasia, “matrimonio” y adopción homosexual y
“estado laico”. De la lectura de esta columna se percibe de forma
transparente cuál va a hacer la estrategia del gobierno para revender el
mismo acuerdo con otra cara.
La estrategia
consiste en determinar qué se va a aceptar de las críticas al acuerdo y
qué no. Lo que Uprimny llama “oposición clara” y Santos “propuestas
viables y razonables” viene siendo lo mismo: Sólo aceptarán cambios
menores al documento, ignorando de entrada las críticas más generales:
Al mecanismo del plebiscito, a su implementación como materia constitucional y tratado especial, al Acto legislativo 01 de 2016, etc. Un ejemplo, que viene a la perfección lo da el mismo Uprimny cuando dice:
Y aunque suene un poco moralista o puramente académico, en esta búsqueda del pacto por la paz deberíamos asumir una ética comunicativa cercana a la defendida por algunos filósofos, pues en la campaña del plebiscito hubo mentiras y descalificaciones inaceptables en ambos lados. Deberíamos comprometernos a buscar acuerdos (sin negar nuestras diferencias), ser leales con los argumentos y evitar falsedades. Esto implica un pacto de honestidad intelectual o simplemente de orden en el debate, que conduzca a excluir temas que no tienen que ver con la paz y que crean mucho ruido y confusión entre los votantes, como sucedió con la llamada ideología de género, que nada tiene que ver con las negociaciones de paz.
De modo tal que, el llamado “enfoque de género”
(mismo concepto con distinto nombre) que el acuerdo establece como
principio esencial a lo largo de todo el texto, y por el cual buena
parte de los cristianos católicos y protestantes rechazaron los acuerdos
en el plebiscito, sigue siendo negado por los promotores del SI. Poco
importa que la misma confirmación
del enfoque ideológico de género venga directamente del jefe de la
delegación de gobierno, Humberto de la Calle, ellos siguen negándolo.
Algo similar ocurre con los otros puntos, contra los que existen reparos
sustanciales, pero que son ignorados por Uprimny.
Esto
da el tono de las negociaciones, y la estrategia que están emprendiendo
los del SI, complementaria con tratar de forzar en la opinión pública
la idea de que la campaña del NO estaba basada en mentiras, y la amenaza
de Santos de acabar con el cese al fuego, para poner contra el tiempo a
los negociadores. Reducir unilateralmente la oposición a los acuerdos,
como si se tratase de corregir algunos aspectos secundarios, y presentar
un acuerdo que sustancialmente sea igual al que se firmó el 26 de
septiembre, pero con un maquillaje nuevo, y que parezca producto de un “nuevo consenso” con los sectores que votaron NO.
DIOS CONTIGO
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