LA ORACIÓN NO HACE QUE LAS COSAS SUCEDAN SINO QUE LAS COSAS SEAN POSIBLES
En sólo muy pocos casos raros orar a Dios hace que las cosas
sucedan directamente. Es el mundo de Dios, y Él puede hacer lo que
quiera con él, y eso incluye resucitar a los muertos, hacer la danza del
sol, o lo que quiera. Es su mundo, puede romper sus reglas.
Fuentes: NCRegister
La oración nos ayuda a llegar a Dios y a nuestra alma, y al
sintonizarnos, podemos ser escuchados y escuchar, y Dios puede hacer
posible algo relacionado con lo que le pedimos orantemente.
Así que, ¿qué hace la oración? Hace que las cosas sean posibles.
La oración nos refresca como el sueño. Nos fortalece como la comida.
Nos ilumina como una buena educación. Nos da energía, como el ejercicio.
Asimismo, nos estimula, como una buena conversación. Nos inspira con un
ejemplo de la grandeza. Y nos anima como el aliento de alguien que
admiramos.
Pero la oración es más que eso. La descripción que acabo de escribir
hace el sonido de oración como una especie de ejercicio holístico que se
puede aprender de un DVD, o algo que podría replicarse en una reunión
de una convención sinergista en el Marriott.
Eso no es lo que la oración es.
La oración es como la decisión de utilizar las dos manos para atar su
zapato. Es como quitarse los anteojos de sol cuando usted está buscando
en la escultura de Bernini. Es como llenar su pluma con tinta negra
profunda. Es como recordar una broma que escuchaste cuando eras un niño,
y finalmente conseguirla. Es como añadir el catalizador que lo cambia
todo. Es como decirle a su amada lo que hay realmente en su mente, y
estar encantados de darse cuenta de que su amada ya sabe. Es la
conversación que sucede antes, durante y después de todo lo grande y lo
pequeño que hacemos. La oración no hace que las cosas sucedan. La
oración hace que las cosas sean posibles.
¿Las personas logran cosas sin orar? Obviamente. Sucede todo el
tiempo. Pero eso no demuestra que la oración sea innecesaria. Esto
demuestra que Dios es muy generoso, Él nos da lo que necesitamos,
incluso cuando no pedimos. Él está dispuesto a hablar, incluso si no
estamos escuchando.
Pero cuando le pedimos por ello. Cuando escuchamos. Cuando nos
bajamos y empezamos a hacer cosas. Esto hace que el mundo sea un lugar
mejor. Hace nuestros cerebros, nuestros corazones, nuestras mentes un
lugar mejor. Orar no hace que las cosas sucedan. Orar hace las cosas
posibles.
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