ASÍ ERA DON ÁLVARO
Un maestro, un padre, un hombre de Dios, un hombre fiel... Estos
son los recuerdos que conservan de Mons. del Portillo diversas personas
–cardenales, madres de familia, religiosos y profesionales– que pudieron
conocerle.
-Opus Dei-
DIOS PADRE MISERICORDIOSO, que concediste a tu siervo Álvaro,
Obispo, la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio a la Iglesia y
fidelísimo hijo y sucesor de San Josemaría, Fundador del Opus Dei: haz
que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la
vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de
mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo; dígnate
glorificar a tu siervo Álvaro, y concédeme por su intercesión el favor
que te pido... (pídase). Así sea.
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