QUERIDOS HERMAN@S OS INVITO A ACOMPAÑARNOS EN ESTA NUEVA ETAPA, HEMOS ABIERTO UNA NUEVA COMUNIDAD "MARÍA REINA Y SEÑORA POR SIEMPRE", ESTAMOS HACIENDO UNA INVITACIÓN PARA QUE NOS ACOMPAÑES.
San Francisco, como buen
cristiano e hijo fiel de la Iglesia, profesaba una grandísima
devoción a la Virgen María. Su primer biógrafo,
Tomás de Celano, nos lo recuerda con estas palabras: «Rodeaba de
amor indecible a la Madre de Jesús, por haber hecho hermano nuestro al
Señor de la majestad. Le tributaba peculiares alabanzas, le multiplicaba
oraciones, le ofrecía afectos, tantos y tales como no puede expresar
lengua humana. Pero lo que más alegra es que la constituyó
abogada de la Orden, y puso bajo sus alas, para que los nutriese y protegiese
hasta el fin, los hijos que estaba a punto de abandonar» (2 Cel 198).
By MariamContigo™
De las oraciones litúrgicas
1. Concede, Señor, a tu pueblo perseverancia y firmeza en la fe, y a
cuantos confiesan que tu Hijo, Dios de gloria eterna como tú,
nació de Madre Virgen con un cuerpo como el nuestro, líbralos de
los males de esta vida y ayúdales a alcanzar las alegrías
eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
2. Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que, cuantos hemos
recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen
María, consigamos aumento de paz al celebrar tan gran misterio. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
3. Concédenos, Señor, por intercesión de la Virgen
María, hacernos dignos de participar, como ella, de la plenitud de tu
gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
4. Confirma, Señor, en nosotros, la verdadera fe, para que cuantos
confesamos al Hijo de la Virgen, como Dios y como hombre verdadero, podamos
llegar a las alegrías del reino por el poder de su santa
resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
5. Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del
ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que
lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la
resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
6. Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra
eterna, se encarnase en el seno de María, siempre Virgen, escucha
nuestras súplicas, y que Cristo, tu Unigénito, hecho hombre por
nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
7. Dios de misericordia, fortalece nuestra débil condición y, al
recordar a la Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión,
vernos libres de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
8. Dios de misericordia, remedia con el amparo del cielo nuestro desvalimiento,
para que, cuantos celebramos la memoria de la inmaculada Virgen María,
Madre de Dios, podamos, por su intercesión, vernos libres de nuestros
pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
9. Dios todopoderoso, concede a los fieles, que se alegran bajo la
protección de la Virgen María, verse libres, por su
intercesión, de todos los males de este mundo y alcanzar las
alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
10. Dios todopoderoso, confírmanos en la fe de los misterios que celebramos,
y, pues confesamos a tu Hijo Jesucristo, nacido de la Virgen, Dios y hombre
verdadero, te rogamos que por la fuerza salvadora de su resurrección
merezcamos llegar a las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
11. Dios todopoderoso, que derramaste el Espíritu Santo sobre los
apóstoles, reunidos en oración con María, la Madre de
Jesús, concédenos, por intercesión de la Virgen,
entregarnos fielmente a tu servicio y proclamar la gloria de tu nombre con
testimonio de palabra y de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
12. Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu
Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión
alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
13. Dios todopoderoso, que por la maternidad virginal de María entregaste a
los hombres los bienes de la salvación, concédenos experimentar
la intercesión materna de la que nos ha dado a tu Hijo Jesucristo, el
autor de la vida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
14. Dios todopoderoso, que, según lo anunciaste por el ángel, has
querido que tu Hijo se encarnara en el seno de María, la Virgen, escucha
nuestras súplicas y haz que sintamos la protección de
María los que la proclamamos verdadera Madre de Dios. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
15. Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen María, cuando
llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima Isabel,
concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del
Espíritu, podamos, con María, cantar tus maravillas durante toda
nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
16. Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que tu Hijo, que se encarnó en
las entrañas de la Virgen María y quiso vivir entre nosotros, nos
haga partícipes de la abundancia de su misericordia. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
17. Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido
un amparo celestial a cuantos la invocan, concédenos, por su
intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia
en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
18. Dios y Padre de nuestro salvador Jesucristo, que en María, virgen santa
y madre diligente, nos has dado la imagen de la Iglesia; envía tu
Espíritu en ayuda de nuestra debilidad, para que perseverando en la fe
crezcamos en el amor y avancemos juntos hasta la meta de la bienaventurada
esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
19. Dios y Señor nuestro, que en el parto de la Virgen María has
querido revelar al mundo entero el esplendor de tu gloria, asístenos con
tu gracia, para que proclamemos con fe íntegra y celebremos con piedad
sincera el misterio admirable de la encarnación de tu Hijo. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
20. Dios y Señor nuestro, que por la maternidad virginal de María
entregaste a los hombres los bienes de la salvación, concédenos
experimentar la intercesión de aquella de quien hemos recibido a tu Hijo
Jesucristo, el autor de la vida. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos. Amén.
21. Oh Dios, cuyo Hijo al expirar en la cruz quiso que su madre, la Virgen
María, fuese en adelante nuestra Madre, concédenos a quienes
recurrimos a su protección ser confortados por la invocación de
su santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
22. Oh Dios, Padre de misericordia, cuyo Hijo, clavado en la cruz, proclamó
como Madre nuestra a santa María Virgen, Madre suya, concédenos,
por su mediación amorosa, que tu Iglesia, cada día más
fecunda, se llene de gozo por la santidad de sus hijos, y atraiga a su seno a
todas las familias de los pueblos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
23. Oh Dios, que en tu providencia admirable has querido asociar a la Virgen
María al misterio de nuestra salvación, haz que, fieles a su
consejo, pongamos en práctica todo lo que Cristo nos ha enseñado
en el Evangelio. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
24. Oh Dios, que por la concepción inmaculada de la Virgen María
preparaste a tu Hijo una digna morada, y en previsión de la muerte de tu
Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su
intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
25. Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por
intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los
gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
26. Oh Dios, tú que has preparado en el Corazón de la Virgen
María una digna morada al Espíritu Santo, haz que nosotros, por
intercesión de la Virgen, lleguemos a ser templos dignos de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
27. Perdona, Señor, los pecados de tus hijos y, ya que nuestras obras no
pueden complacerte, concédenos la salvación por medio de la Madre
de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
28. Porque te has complacido, Señor, en la humildad de tu sierva, la Virgen
María, has querido elevarla a la dignidad de Madre de tu Hijo y la has
coronado de gloria y esplendor; por su intercesión, te pedimos que, a
cuantos has salvado por el misterio de la redención, nos concedas
también el premio de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
29. Que se alegre tu Iglesia, Señor, y se goce en el Nacimiento de la Virgen
María, que fue para el mundo esperanza y aurora de salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
30. Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu
Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María
a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
31. Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de
la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos
a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos
semejantes a él en su naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
32. Señor y Dios nuestro, a cuyo designio se sometió la Virgen
Inmaculada aceptando, al anunciárselo el ángel, encarnar en su
seno a tu Hijo: tú que la has transformado, por obra del Espíritu
Santo, en templo de tu divinidad, concédenos, siguiendo su ejemplo, la
gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
33. Te pedimos, Señor, que, al recordar los dolores de la Virgen
María, completemos en nosotros, en favor de la Iglesia, lo que falta a
la pasión de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos. Amén.
34. Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud
de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen,
líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las
alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
35. Te pedimos, Señor, que tu Iglesia, por la mediación maternal de
la Virgen, anuncie a todas las gentes el Evangelio y llene el mundo entero de
la efusión de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
36. Te rogamos, Señor, que venga en nuestra ayuda la intercesión
poderosa de la Virgen María, para que nos veamos libres de todo peligro
y podamos vivir en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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