YO SOY EL PAN DE VIDA
Audio-Santoral: SAN ANSELMO DE CANTEBURY
Jn. 6,30-35
El hombre de hoy
está sediento, está hambriento y no sabe de qué. Por ello ha desatado
una búsqueda sin tregua tratando de encontrar algo que verdaderamente lo
sacie. Lo busca en el placer, en el poder, en la fama, en el dinero.
Al final de la búsqueda, siempre encuentra lo mismo: vacío y soledad. Y es que sólo Jesús es el pan que sacia. Sólo la vida en el amor de Dios puede dar sentido a la vida. Jesús dijo: "Yo soy el pan que da la vida". Por ello sólo Él sacia, sólo su amor llena nuestros vacíos y nuestras soledades. La vida en Cristo se transforma en plenitud.
Por ello, quien tiene a Cristo lo tiene todo, quien no lo tiene, carece de todo. Esta Pascua es de nuevo la oportunidad para encontrarnos con Jesús resucitado, con el verdadero pan que sacia, con el pan que da la vida; que es paz, alegría y amor. Encuéntrate hoy con Jesús en tu oración personal. Está esperándote para saciarte.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Al final de la búsqueda, siempre encuentra lo mismo: vacío y soledad. Y es que sólo Jesús es el pan que sacia. Sólo la vida en el amor de Dios puede dar sentido a la vida. Jesús dijo: "Yo soy el pan que da la vida". Por ello sólo Él sacia, sólo su amor llena nuestros vacíos y nuestras soledades. La vida en Cristo se transforma en plenitud.
Por ello, quien tiene a Cristo lo tiene todo, quien no lo tiene, carece de todo. Esta Pascua es de nuevo la oportunidad para encontrarnos con Jesús resucitado, con el verdadero pan que sacia, con el pan que da la vida; que es paz, alegría y amor. Encuéntrate hoy con Jesús en tu oración personal. Está esperándote para saciarte.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
«La comida material primero se
convierte en el que la come y, en consecuencia, restaura
sus pérdidas y acrecienta sus fuerzas vitales. La comida espiritual,
en cambio, convierte en sí al que la come, y
así el efecto propio de este sacramento es la conversión
del hombre en Cristo, para que no viva él sino
Cristo en él; y en consecuencia, tiene el doble efecto
de restaurar las pérdidas espirituales causadas por los pecados y
deficiencias, y de aumentar las fuerzas de las virtudes.»
Santo Tomás, Comentarios IV al Libro de las sentencias
Santo Tomás, Comentarios IV al Libro de las sentencias
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