PARA COMBATIR LA *E.S.I.
No hay mayor hermosura y encanto que el de una persona que, no por ignorancia sino por voluntad plenamente conciente, a pesar de todas las luchas, de todas las tormentas, de todos los enemigos, de todos los atractivos de los sentidos, sabe gobernarse, elevarse y mantenerse integro y lozano en el lirio de su propio corazón. Madres, ustedes son las jardineras de esas flores angelicales, rieguenlas con la gloria de la inocencia.
~Patricia Verboven~
Nunca se
había manifestado como hasta ahora tanta preocupación por el niño, se
han multiplicado las obras de protección a la infancia, los edificios
escolares se han convertido en palacios se han impuestos listas de
derechos para ellos y sin embargo, nunca los principios de la educación
han estado en peores condiciones.
Esto sucede porque el mundo civilizado ha renegado de las verdades eternas y proclamado la independencia del hombre ante Dios.
Se ha
desarrollado la instrucción, la ciencia se ha extendido, se han
multiplicado los descubrimientos….pero buscamos hombres (en el sentido
de personas íntegras) y no los encontramos. El mundo agoniza por falta
de hombres.
En esta
crisis moral que padece el mundo, y sabiendo que toda formación se
deriva de las primeras enseñanzas, los padres tenemos el deber de ser
los educadores de nuestros niños, porque somos naturalmente los llamados
a esta tarea.
Dice el
padre Pavanetti: “Nuestra vida en esta tierra, es una hazaña en la que
vamos luchando incesantemente por la vida eterna y por la moral
perfecta. Pero no tenemos refriegas más frecuentes, largas y peligrosas
que cuando hemos de luchar por la defensa de la castidad contra la
lujuria”.
Y ante este
pecado, serán vanos los más nobles esfuerzos pedagógicos, estériles los
planes, artículos, libros que la pedagogía nos ofrece en estos últimos
años.
La realidad
de hoy es que la tentación sexual acecha a nuestros hijos de mil y mil
formas y no es lícito que las madres nos quedemos de brazos cruzados.
Decía San
Alfonso: “Entre los condenados que pueblan el infierno, no hay uno solo
que no haya pecado contra el sexto mandamiento, y de 100, 99 fueron
condenados precisamente por este pecado”.
Y lo
confirma Nuestra Señora de Fátima cuando dijo: “Más almas van al
infierno debido a los pecados de la carne que por cualquier otra razón”.
Hoy día, los
jóvenes conocen las cosas sexuales pero no saben el recto modo de
pensar respecto a estas, y ya son esclavos del vicio sin tener aún edad
de conocer la naturaleza del mismo.
Bien sabemos
que en la mayoría de nuestros países, a la edad de 15 o 16 años, ya
casi no se encuentran muchachos o muchachas vírgenes, el nivel moral es
terrible y este es el ambiente venenoso donde nuestros hijos deben
moverse.
EL AMBIENTE VENENOSO
¿Cómo pueden infundir una idea elevada de respeto y dignidad hoy el cine, las revistas, las tiras cómicas, la moda (la desvestida moda femenina) la televisión (especialmente con las novelas donde las tramas siempre rodean los peores vicios y las rupturas de hogar y las infidelidades son el centro de atracción), la música no solo en sus letras sino en el modo de bailarla, y ni hablar de internet, donde todo…absolutamente todo, está al alcance de los niños y jóvenes?
¿Cómo pueden
enseñar pureza a los hijos las infidelidades conyugales, las reuniones
sociales a las que asisten los padres, los bailes o reuniones infantiles
(“matiné” se les llama en Argentina), las amistades, las
conversaciones…?
Como vemos,
ante el ambiente del mundo, se requiere una gran fuerza de voluntad, una
gran prudencia y vigilancia para preservar a nuestros hijos de la
corrupción reinante.
MENTALIDAD MODERNA
¡Y lo peor es ver como se quiere hacer desaparecer el sentido moral del pudor y de la vergüenza del pecado y del vicio! Se lo tolera y se lo disculpa, se habla deformadamente de los problemas sexuales, se perdonan todas las aberraciones, se hace propaganda de las prácticas anticonceptivas….y peor aún es que esto va a seguir empeorando, ¡en niveles que no se si podemos llegar a imaginar!
LO QUE SE VE, LO QUE SE OYE, LO QUE SE DICE
Esa absoluta desconexión en el control de las amistades, la vigilancia, en las salidas, los noviazgos, las bebidas…esa absoluta libertad es lo que nos hace preguntarnos cuando vemos a esas chicas borrachas saliendo de bares o discos… ¿tienen madre? O cuando vemos a los muchachos a las 4 de la mañana, caminar por la calle de a varios, gritando cosas que no quisiéramos escuchar en ningún horario… ¿dónde están sus mamás?
¡No hay quien resista en la vida de libertad y pereza!
Agreguemos
lo que se oye decir de quienes creen en el matrimonio, las burlas a
quienes tienen muchos niños, los que afirman que la pureza es imposible o
hasta “nociva para la salud”…
LO QUE ES
La pureza es la virtud de los Ángeles, es el más hermoso de todos los tesoros que pueda poseer un niño, es el principio de las demás virtudes. Sin pureza, cualquier desvelo educativo es en vano.
Si el niño
absorbe el veneno del vicio desde pequeño, esto corromperá lo que tiene
de más noble en su alma y le quitará su amistad con Dios, por eso desde
temprano hay que hacerles AMAR la castidad y resguardar su inocencia. Y
por supuesto, rezar con ellos para pedir las gracias de practicar
siempre la modestia.
Inspírenles
desde temprano la convicción de que su cuerpo es un templo, para que
sepan huir de palabras inmodestas, que alejen sus oídos y por sobre
todo, que pongan en ustedes la confianza para contarles los peligros en
que se encuentren.
Nosotros
somos su ejemplo, nada de lo que les digamos se hará carne en ellos si
somos hipócritas. Por eso nuestros hogares deben ser en primer lugar un
sitio seguro, donde todo lo que les pedimos que hagan, se aplique.
Si tenemos
prácticas habituales de piedad, si en nuestro hogar no hay nada que
pueda ser peligroso para ellos, si somos nosotras modestas en todos los
detalles (en nuestros quehaceres, nuestros deberes, nuestra vestimenta,
nuestro modo de hablar, nuestras diversiones) ya tendremos muchísimo a
favor en la educación pura de nuestros niños.
No tengamos
miedo a las conversaciones íntimas con ellos, esto es posible en toda
edad, y evitará que la curiosidad natural del niño, sea respondida fuera
del entorno del hogar.
Vigilen sus
juegos, vigilen todos sus tiempos, pero con la prudencia de que jamás
sepan que ejercen esa vigilancia. Esto además las ayudará a conocerlos
mejor y poder entablar mas intimidad con ellos.
Si fuera
necesario tomar una decisión tajante cuando una circunstancia lo exija,
¡¡no teman!! Quizás alguna vez deban cortar una amistad, mudarse de un
vecindario, cambiarlos de colegio, no permitir la entrada de algún
adulto a sus hogares…. Serán estas, precauciones necesarias para
conservar el tesoro de la inocencia.
Feliz la madre que haya comprendido el deber de la vigilancia de sus hijos.
LO QUE DEBEN SABER Y HACER LAS MADRES
Teniendo bien presente el ambiente actual de la sociedad y el pecado original por el cual todos nosotros estamos inclinados al mal INCLUIDOS NUESTROS HIJOS, deberemos no cometer los siguientes errores:
* Creer que nuestros hijos son impecables y sin pasiones y que nunca las tendrán.
* Creer en la perpetua inocencia de los hijos.
* Vivir en una inconsciente seguridad.
La curiosidad infantil es la causa principal de las caídas de los niños y por esta razón debe ser bien dirigida.
EL MOMENTO TEMIBLE
Llega el momento de las preguntas, empieza el período de la curiosidad. Dependiendo de la edad, quizás se pregunte por los inicios de la vida, quizás ha escuchado algo en el colegio y desconoce de qué se trata, o ha visto algo que no entiende… Y en este punto, cuando la imaginación del niño comienza a despertar sus sentidos, lo más importante es que sea la madre quien dirija las impresiones del corazón de su hijo y para que esto que vio u oyó no entretenga su imaginación, no se entretenga en objetos peligrosos, habremos de inculcarles desde pequeños el horror al pecado y la belleza y ventajas de la virtud, como decíamos antes. Para esto, conocerlo bien y el haber ganado su confianza para poder hablar francamente son las armas que tenemos para enfrentar esta etapa.
ACTUACIÓN POSITIVA
Si hemos ganado su confianza, podremos provocar sus confidencias. Nunca se muestren sorprendidas o turbadas por sus preguntas.
La confianza
no se impone, se la gana y se la merece; y si no han podido lograr aún
esto con sus hijos, no es tarde… Comiencen a trabajar hoy mismo en ello y
comenzará la renovación.
Cuenta el
Padre Pavanetti, que hablando con niños que aún conservan su inocencia
(se mantienen libres de pecado) pero que tienen la información necesaria
y no son ingenuos ni ignorantes sobre la materia, al preguntarles cómo
es la relación con su madre, todos han contestado que hablan todos los
días con ella, que le cuentan todo para que su madre les explique de qué
se trata todo lo que vieron u oyeron.
Y si nuestro
hijo se encuentra turbado, o pone reservas para hablar con nosotras, es
probable que hayan cometido una falta, y en este caso debemos redoblar
nuestro amor; compréndanlos y amen aún sus miserias para poder curarlas
con bondad.
Necesitamos ahora, infundirle también confianza en el confesor, quien será el médico y guía de su alma, que acercará a sus heridas las dulces manos de la caridad.
Busquen un
Sacerdote que sea su guía espiritual. Nos preocupamos tanto a veces de
que el niño se atienda siempre con el mismo pediatra, porque ya conoce
el funcionamiento de su cuerpo, ¿y no nos vamos a preocupar por quien
conozca profundamente su alma?
Infúndales
desde siempre que pueden confiar sus penas y sus pecados a este buen
amigo que sabrá aconsejarlo para preservarlo de una nueva caída y le
ayudará a ver de nuevo el camino del bien y del honor.
Tantas
madres cometen el error de enviar a sus hijos a terapias psicológicas,
cuando los ven turbados o encerrados en sí mismos…, los envían con
desconocidos con quienes están obligados a contar sus secretos y donde,
si con la mejor de las suertes, encuentran un profesional católico, este
podrá guiarlo; pero el niño no obtendrá las gracias del Sacramento.
¡Ni hablar de un profesional sin fe! ¡Seguramente este encontrará el problema en nosotros y nuestra obsesión religiosa!
Enséñenles a
sus hijos a confesarse, enséñenles el modo de acusar ciertos pecados
que no se atreverían a nombrar, inspírenles confianza absoluta en ese
médico del alma, y den el ejemplo también ustedes.
Y acompañen
todo, siempre, siempre con la oración. El niño que reza se transforma,
háganles amar la oración, y Nuestra buena Madre no los abandonará en las
tentaciones.
Como la
prudencia lo indica: “No es conveniente entrar en el campo de los
enemigos para purificarlo, entrar allí ya es mancharse”.
Por esta
razón, es preferible entonces, más que detenernos a criticar los
programas de educación sexual integral, mantenernos firmes y resguardar
lo que tenemos, que es lo que el Magisterio de la Iglesia nos enseña
sobre la educación.
Hagamos frente a esta batalla educando a nuestros hijos en la pureza, para que puedan resistir al mundo que los quiere atrapar.
“Educación para la pureza”.
Trataré de hacer una síntesis de lo que nos compete en este tema guiada por grandes escritores sobre la materia como lo son:
* Monseñor
Tihamér Tóth, fallecido en 1939 quien fue un sacerdote católico húngaro,
obispo de Veszprém, que se destacó como predicador y por su dedicación a
la pastoral de jóvenes y estudiantes.
* Padre Eduardo Pavanetti escritor sobre moral y educación.
* Luce Quennet autora del libro La educación en la pureza.
Insisto en
que debemos resguardar lo que tenemos, y que no nos sirve de nada
aprender toda la planificación de la ESI con sus puntos y comas, si no
estamos haciendo bien las cosas en casa…
De esta
lectura, habrá quienes desconocían que la iglesia tiene muy claro desde
siempre como educar a nuestros niños en los temas sexuales. Por ustedes,
doy gracias a Dios por que la Divina Providencia los hizo estar leyendo
estas líneas.
Habrá
quienes puedan aprender algo nuevo para aplicar o reforzar lo que ya
hacen con sus hijos. Para ustedes pido la fuerza para cambiar lo que
falta cambiar…
Y habrá
quienes ya conocían todo al respecto y además lo aplican. Para ustedes
que sea este el momento de sentirse gratificados por estar cumpliendo
sus deberes de padres como Dios manda y agradecer a Nuestro Señor por
ello.
“Debido a
una herida profunda que es una consecuencia del pecado original, la
pureza necesita ser educada, fortificada, protegida” (Luce Quennet).
EL PROBLEMA EN LA ACTUALIDAD
Nunca se había manifestado como hasta ahora tanta preocupación por el niño, se han multiplicado las obras de protección a la infancia, los edificios escolares se han convertido en palacios se han impuestos listas de derechos para ellos y sin embargo, nunca los principios de la educación han estado en peores condiciones.
Esto sucede porque el mundo civilizado ha renegado de las verdades eternas y proclamado la independencia del hombre ante Dios.
Se ha
desarrollado la instrucción, la ciencia se ha extendido, se han
multiplicado los descubrimientos….pero buscamos hombres (en el sentido
de personas íntegras) y no los encontramos. El mundo agoniza por falta
de hombres.
En esta
crisis moral que padece el mundo, y sabiendo que toda formación se
deriva de las primeras enseñanzas, los padres tenemos el deber de ser
los educadores de nuestros niños, porque somos naturalmente los llamados
a esta tarea.
Dice el
padre Pavanetti: “Nuestra vida en esta tierra, es una hazaña en la que
vamos luchando incesantemente por la vida eterna y por la moral
perfecta. Pero no tenemos refriegas más frecuentes, largas y peligrosas
que cuando hemos de luchar por la defensa de la castidad contra la
lujuria”.
Y ante este
pecado, serán vanos los más nobles esfuerzos pedagógicos, estériles los
planes, artículos, libros que la pedagogía nos ofrece en estos últimos
años.
La realidad
de hoy es que la tentación sexual acecha a nuestros hijos de mil y mil
formas y no es lícito que las madres nos quedemos de brazos cruzados.
Decía San
Alfonso: “Entre los condenados que pueblan el infierno, no hay uno solo
que no haya pecado contra el sexto mandamiento, y de 100, 99 fueron
condenados precisamente por este pecado”.
Y lo
confirma Nuestra Señora de Fátima cuando dijo: “Más almas van al
infierno debido a los pecados de la carne que por cualquier otra razón”.
Hoy día, los
jóvenes conocen las cosas sexuales pero no saben el recto modo de
pensar respecto a estas, y ya son esclavos del vicio sin tener aún edad
de conocer la naturaleza del mismo.
Bien sabemos
que en la mayoría de nuestros países, a la edad de 15 o 16 años, ya
casi no se encuentran muchachos o muchachas vírgenes, el nivel moral es
terrible y este es el ambiente venenoso donde nuestros hijos deben
moverse.
EL AMBIENTE VENENOSO
¿Cómo pueden infundir una idea elevada de respeto y dignidad hoy el cine, las revistas, las tiras cómicas, la moda (la desvestida moda femenina) la televisión (especialmente con las novelas donde las tramas siempre rodean los peores vicios y las rupturas de hogar y las infidelidades son el centro de atracción), la música no solo en sus letras sino en el modo de bailarla, y ni hablar de internet, donde todo…absolutamente todo, está al alcance de los niños y jóvenes?
¿Cómo pueden
enseñar pureza a los hijos las infidelidades conyugales, las reuniones
sociales a las que asisten los padres, los bailes o reuniones infantiles
(“matiné” se les llama en Argentina), las amistades, las
conversaciones…?
Como vemos,
ante el ambiente del mundo, se requiere una gran fuerza de voluntad, una
gran prudencia y vigilancia para preservar a nuestros hijos de la
corrupción reinante.
MENTALIDAD MODERNA
¡Y lo peor es ver como se quiere hacer desaparecer el sentido moral del pudor y de la vergüenza del pecado y del vicio! Se lo tolera y se lo disculpa, se habla deformadamente de los problemas sexuales, se perdonan todas las aberraciones, se hace propaganda de las prácticas anticonceptivas….y peor aún es que esto va a seguir empeorando, ¡en niveles que no se si podemos llegar a imaginar!
LO QUE SE VE, LO QUE SE OYE, LO QUE SE DICE
Esa absoluta desconexión en el control de las amistades, la vigilancia, en las salidas, los noviazgos, las bebidas…esa absoluta libertad es lo que nos hace preguntarnos cuando vemos a esas chicas borrachas saliendo de bares o discos… ¿tienen madre? O cuando vemos a los muchachos a las 4 de la mañana, caminar por la calle de a varios, gritando cosas que no quisiéramos escuchar en ningún horario… ¿dónde están sus mamás?
¡No hay quien resista en la vida de libertad y pereza!
Agreguemos
lo que se oye decir de quienes creen en el matrimonio, las burlas a
quienes tienen muchos niños, los que afirman que la pureza es imposible o
hasta “nociva para la salud”…
LO QUE ES
La pureza es la virtud de los Ángeles, es el más hermoso de todos los tesoros que pueda poseer un niño, es el principio de las demás virtudes. Sin pureza, cualquier desvelo educativo es en vano.
Si el niño
absorbe el veneno del vicio desde pequeño, esto corromperá lo que tiene
de más noble en su alma y le quitará su amistad con Dios, por eso desde
temprano hay que hacerles AMAR la castidad y resguardar su inocencia. Y
por supuesto, rezar con ellos para pedir las gracias de practicar
siempre la modestia.
Inspírenles
desde temprano la convicción de que su cuerpo es un templo, para que
sepan huir de palabras inmodestas, que alejen sus oídos y por sobre
todo, que pongan en ustedes la confianza para contarles los peligros en
que se encuentren.
Nosotros
somos su ejemplo, nada de lo que les digamos se hará carne en ellos si
somos hipócritas. Por eso nuestros hogares deben ser en primer lugar un
sitio seguro, donde todo lo que les pedimos que hagan, se aplique.
Si tenemos
prácticas habituales de piedad, si en nuestro hogar no hay nada que
pueda ser peligroso para ellos, si somos nosotras modestas en todos los
detalles (en nuestros quehaceres, nuestros deberes, nuestra vestimenta,
nuestro modo de hablar, nuestras diversiones) ya tendremos muchísimo a
favor en la educación pura de nuestros niños.
No tengamos
miedo a las conversaciones íntimas con ellos, esto es posible en toda
edad, y evitará que la curiosidad natural del niño, sea respondida fuera
del entorno del hogar.
Vigilen sus
juegos, vigilen todos sus tiempos, pero con la prudencia de que jamás
sepan que ejercen esa vigilancia. Esto además las ayudará a conocerlos
mejor y poder entablar mas intimidad con ellos.
Si fuera
necesario tomar una decisión tajante cuando una circunstancia lo exija,
¡¡no teman!! Quizás alguna vez deban cortar una amistad, mudarse de un
vecindario, cambiarlos de colegio, no permitir la entrada de algún
adulto a sus hogares…. Serán estas, precauciones necesarias para
conservar el tesoro de la inocencia.
Feliz la madre que haya comprendido el deber de la vigilancia de sus hijos.
LO QUE DEBEN SABER Y HACER LAS MADRES
Teniendo bien presente el ambiente actual de la sociedad y el pecado original por el cual todos nosotros estamos inclinados al mal INCLUIDOS NUESTROS HIJOS, deberemos no cometer los siguientes errores:
* Creer que nuestros hijos son impecables y sin pasiones y que nunca las tendrán.
* Creer en la perpetua inocencia de los hijos.
* Vivir en una inconsciente seguridad.
La curiosidad infantil es la causa principal de las caídas de los niños y por esta razón debe ser bien dirigida.
EL MOMENTO TEMIBLE
Llega el momento de las preguntas, empieza el período de la curiosidad. Dependiendo de la edad, quizás se pregunte por los inicios de la vida, quizás ha escuchado algo en el colegio y desconoce de qué se trata, o ha visto algo que no entiende… Y en este punto, cuando la imaginación del niño comienza a despertar sus sentidos, lo más importante es que sea la madre quien dirija las impresiones del corazón de su hijo y para que esto que vio u oyó no entretenga su imaginación, no se entretenga en objetos peligrosos, habremos de inculcarles desde pequeños el horror al pecado y la belleza y ventajas de la virtud, como decíamos antes. Para esto, conocerlo bien y el haber ganado su confianza para poder hablar francamente son las armas que tenemos para enfrentar esta etapa.
ACTUACIÓN POSITIVA
Si hemos ganado su confianza, podremos provocar sus confidencias. Nunca se muestren sorprendidas o turbadas por sus preguntas,
La confianza
no se impone, se la gana y se la merece; y si no han podido lograr aún
esto con sus hijos, no es tarde… Comiencen a trabajar hoy mismo en ello y
comenzará la renovación.
Cuenta el
Padre Pavanetti, que hablando con niños que aún conservan su inocencia
(se mantienen libres de pecado) pero que tienen la información necesaria
y no son ingenuos ni ignorantes sobre la materia, al preguntarles cómo
es la relación con su madre, todos han contestado que hablan todos los
días con ella, que le cuentan todo para que su madre les explique de qué
se trata todo lo que vieron u oyeron.
Y si nuestro
hijo se encuentra turbado, o pone reservas para hablar con nosotras, es
probable que hayan cometido una falta, y en este caso debemos redoblar
nuestro amor; compréndanlos y amen aún sus miserias para poder curarlas
con bondad.
Necesitamos ahora, infundirle también confianza en el confesor, quien será el médico y guía de su alma, que acercará a sus heridas las dulces manos de la caridad.
Busquen un
Sacerdote que sea su guía espiritual. Nos preocupamos tanto a veces de
que el niño se atienda siempre con el mismo pediatra, porque ya conoce
el funcionamiento de su cuerpo, ¿y no nos vamos a preocupar por quien
conozca profundamente su alma?
Infúndales
desde siempre que pueden confiar sus penas y sus pecados a este buen
amigo que sabrá aconsejarlo para preservarlo de una nueva caída y le
ayudará a ver de nuevo el camino del bien y del honor.
Tantas
madres cometen el error de enviar a sus hijos a terapias psicológicas,
cuando los ven turbados o encerrados en sí mismos…, los envían con
desconocidos con quienes están obligados a contar sus secretos y donde,
si con la mejor de las suertes, encuentran un profesional católico, este
podrá guiarlo; pero el niño no obtendrá las gracias del Sacramento.
¡Ni hablar de un profesional sin fe! ¡Seguramente este encontrará el problema en nosotros y nuestra obsesión religiosa!
Enséñenles a
sus hijos a confesarse, enséñenles el modo de acusar ciertos pecados
que no se atreverían a nombrar, inspírenles confianza absoluta en ese
médico del alma, y den el ejemplo también ustedes.
Y acompañen
todo, siempre, siempre con la oración. El niño que reza se transforma,
háganles amar la oración, y Nuestra buena Madre no los abandonará en las
tentaciones.
ACTUACIÓN OPORTUNA
En esta parte ya entramos en el terreno de la instrucción inicial; y es aquí cuando nos preguntamos: ¿Cuándo debo hablarle? ¿Cómo debo hablarle? ¿Qué palabras debo emplear?
Lo primero
que debemos tener claro es que la iniciación en estos temas corresponde y
es derecho exclusivo de los padres, y de entre ellos de la madre, cuyo
natural sentido pedagógico la hará más acertada en el tono y en el
tiempo.
Si el niño
recibe todo de sus padres, casa, alimento, vestido, cultura, ¿será justo
en esta única cuestión, tan seria y santa, que no tendrán derecho a
recibir nuestra orientación?
Pues bien, ¿cuándo deben intervenir los padres en el asunto? Sencillamente, cuando el niño pregunte.
ACTUACIÓN FRANCA
Si ustedes satisfacen esta primera curiosidad, el niño sentirá el placer de interrogarlos a ustedes y no a otros.
¡Esta actuación debe ser FRANCA!
No cometan
el error de huir de estas inquietudes de sus hijos, el niño se
desconcertará, porque no sabe la importancia de lo que ha preguntado, y
obedecerá callando y no se atreverá a preguntar jamás.
Nunca les
digan que no son temas para hablar, ni les hagan cuentos de la cigüeña o
el repollo, ellos los creerán y quedarán en ridículo ante sus pares
cuando se les presente la verdad (evoquen su infancia y recordarán que
estos temas solían hablarse en los grupitos de amigos), y eso hará
añicos la confianza en ustedes que lo engañaron.
No utilicen
el típico ejemplo de los animalitos… el perro con la perrita, etc., ya
que esto asemeja al hombre con los animales y justamente es esta la
diferencia que debemos marcarles, el fin moral y sobrenatural del acto
sexual.
No utilicen
terminología fisiológica ni científica, no es la fisiología la que lo
salvará del pecado, sino la formación espiritual.
Y no
contesten mas allá de lo que el niño pregunta, basta con dejar su
imaginación en paz para que en ella no germine nada que pueda dañar su
pureza.
Cuanto menos
edad tiene, mas fácil recibe el niño las explicaciones, justamente
porque todavía es puro, es en las etapas más tempranas donde el niño
recibirá con frescura todas las grandezas morales y espirituales.
Es más fácil hablar un año más temprano que un año después.
LAS PRIMERAS CONFIDENCIAS
Y cuando esté listo, ya sea porque empieza a preguntarse sobre su origen, o bien porque va a tener un hermanito o porque su tía está embarazada…
El niño no
tendrá lugar ni momento adecuado para lanzar sus preguntas, pero lo más
recomendable es siempre hablarles en privado y con mucha calma, para
poder llegar a su corazón. Ni siquiera sería agradable que lo hablen
junto a su hermano mayor o menor o mellizo, ya que cada niño tiene sus
tiempos, y ese secreto, esa confidencia, debe ser entre ustedes dos,
para con esto enseñarles lo que es la intimidad y el pudor.
Luego vendrá
la explicación de la función del padre y aquí es donde se debe
aprovechar para insistir en el concepto de familia y la maravillosa obra
de Dios que es la generación humana.
Todo esto
está tratado en aspectos generales, pero hay muchísimos ejemplos
prácticos de cómo resolver estas situaciones y qué decir, dependiendo de
la edad del niño y la etapa que esté atravesando, estos textos los
pondremos a su disposición en otra ocasión.
Hasta aquí, las armas que tenemos para defender la pureza de nuestros hijos en esta lucha.
Citamos
nuevamente el Magisterio de la verdadera Iglesia católica que, más allá
de la situación tan problemática que vivimos, nos da el aval para poder
enfrentar cualquier situación que se suscite por defender la integridad
de nuestros hijos.
NOTA:
*E.S.I.: Educación Sexual Integral.
DIOS CONTIGO
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