El saludar todos los días a una persona, le salva la vida a un hombre.
En la vida tan acelerada que hoy día es común en muchos lugares,
no es raro que dos personas se crucen sin siquiera decirse “hola” o
“buenos días”. Por supuesto, no se espera que vayamos saludando a todo
el que encontremos en una calle concurrida. Sin embargo, hay muchas
otras situaciones en que saludar es apropiado y aconsejable. ¿Tiene
usted la costumbre de saludar? ¿O sigue caminando sin sonreír ni decir
palabra?
DIOS CONTIGO
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