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Curso Espiritualidad Sacerdotal Espiritualidad sacerdotal ayer, hoy y siempre: Tema 4 - Servidores para evangelizar - Parte II Autor: Mons. Juan Esquerda / Centro Sacerdotal Logos | |
Tema 4 - Servidores para evangelizar - Parte II 3.-Prolongar el sacrificio pascual de Cristo Para todo creyente y para toda la comunidad eclesial, la eucaristía es «la fuente y la cumbre de toda la vida cristiana» (LG 11; +can.897). Para el sacerdote ministro, es «la principal y central razón de su ser», ya que «el sacerdote ejerce su misión principal y se manifiesta en su plenitud celebrando la eucaristía» (Juan Pablo II, Carta Jueves Santo 1980). «Somos, en cierto sentido, por ella y para ella; somos, de modo particular, responsables de ella» (ibidem). El sacerdote ministro, después de anunciar la palabra de Dios, hace presente a Cristo inmolado (Sacerdote y Víctima) bajo signos eucarísticos. Pero en la eucaristía se hace presente el Señor inmolado en sacrificio para comunicarse a todos. La eucaristía es, pues: -Presencia permanente de Cristo bajo las especies sacramentales de pan y de vino (mientras éstas no se corrompan), como declaración de amor (Alianza) y como presencia que reclama relación personal (Mt 26,26-28; +PO 18). -Sacrificio de la nueva Alianza, como donación incondicional y actualización o prolongación en el tiempo del único sacrificio de Cristo (Lc 22,19-22; +SC 47). -Comunión o participación en la vida de Cristo como pan de vida, sacramento (signo eficaz de vida nueva en el Espíritu) y banquete pascual (Jn 6,35.38; Mc 14,22-24; 1Cor 10,16ss; 10,13). -Encuentro inicial que anticipa o preludia el encuentro definitivo (escatología) en el más allá (1Cor 11,26). -Misión o encargo de toda la comunidad eclesial y ministerio específico del sacerdote ordenado, para que sea realidad sacramental y vivencial en toda comunidad humana (Mt 26,28; Lc 22,19; 1Cor 11,24). El sacerdote por el servicio eucarístico, estrechamente relacionado con los demás servicios proféticos, cultuales y hodegéticos (o de dirección): -es signo de Cristo Sacerdote obrando en su nombre, -hace presente a Cristo en estado de víctima, -continúa la voluntad inmolativa de Cristo pronunciando sus palabras, -hace que la eucaristía sea el sacrificio de toda la Iglesia, -colabora para construir la comunidad eclesial como comunión y cuerpo místico de Cristo. La espiritualidad sacerdotal en su dimensión eucarística subraya unos puntos básicos: -Espiritualidad de relación personal con Cristo presente: «estar con él» (Mc 3,13); «diálogo cotidiano» (PO 18). -Espiritualidad de inmolación, al estilo de la caridad del Buen Pastor (Jn 10.15). -Espiritualidad de comunión y cercanía o sintonía con los hermanos, compartiendo con ellos el propio existir (Mt 15,32). -Espiritualidad de esperanza que supone confianza en Cristo y tensión hacia la restauración de todas las cosas en él (Ef 1,10; 2Tim 4,6). -Espiritualidad de servicio incondicional y misión sin fronteras (Mt 28,19-20). 4.-Prolongar la acción salvífica y pastoral de Cristo Cristo ha querido necesitar de sus ministros para prolongar su acción salvífica y pastoral, que tiene lugar principalmente en la celebración de los sacramentos. Se llaman sacramentos de la fe porque en ellos la eficacia de la palabra llega a su punto culminante (como forma del sacramento), suscitando la fe y produciendo en los creyentes los frutos de salvación. Esto tiene lugar principalmente en el sacramento y sacrificio de la eucaristía. En los sacramentos se hace presente la acción salvífica de Cristo. Por esto son: -memorial de un hecho pasado, -presencialización o actualización de la acción del Señor, -anuncio de una plenitud en Cristo resucitado, -celebración del misterio pascual, -comunicación de la salvación de Cristo. La acción salvífica y pastoral de Cristo no se agota en la celebración eucarística, sino que pasa necesariamente a los servicios de caridad, de organización y de dirección. Esta es la acción pastoral directa, como diaconía para construir la comunidad en el amor (coinonía). Esta acción salvífica y pastoral (no estrictamente sacramental) tiene sus características, que se desprenden del hecho de prolongar a Cristo Cabeza y Buen Pastor: -Discernir y alentar todos los demás carismas y vocaciones en la armonía de la comunión eclesial. -Discernir los signos de los tiempos para descubrir la voluntad salvífica de Dios en el caminar histórico de la comunidad. -Acercarse preferentemente a los más pobres y débiles, alejados y marginados (+apartado n.6). -Ser principio de unidad en la diversidad de carismas y vocaciones. -Hacer realidad, ya en esta tierra, el inicio del Reino definitivo. El trabajo apostólico por extender el Reino de Dios necesita abarcar todas sus dimensiones: carismática (camino de perfección), institucional (de Iglesia visible fundada por Cristo) y escatológica (de plenitud en el más allá). Para compartir en los foros del curso Escoja uno de estos puntos para comentar en el foro -El anuncio, la presencialización y la comunicación del misterio pascual de Cristo: 1Cor 11,23-24. -Aprender a ser pan comido a partir de la eucaristía: Jn 6,35ss.48ss. -Delinear la ascética o espiritualidad del predicador del evangelio (LG 41; PO 4,13). -La eucaristía como presencia, sacrificio, comunión y misión (PO 5; SC 47). BBLIA PRESBYTEROUM ORDINIS SACROSANCTUM CONCILIUM LUMEN DENTIUM |
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